Caminando hacia casa con Blue mi mente comenzó a adquirir sus habilidades habituales, al menos, parte de ellas, ya que con el alcohol se había dormido y, gracias al aire fresco que golpeaba mi cara, comenzaban a volver en sí.
- Blue... - dije con una mirada interrogativa - ¿cómo es posible que Karen te haya llamado si no te conoce? - no me contestó - es más, ¿tienes un móvil al que pueda llamarte?
En ese momento, Blue, sorprendido por mis descubrimientos y, quizás, ¿avergonzado? se rascó la nuca y carraspeó.
- ¿En qué momento te has recuperado tan bien? ¿no estabas borracha? - contestó, evadiendo mi pregunta.
- ¡Blue! - me quejé.
- Ag - gruñó - bueno, eh... - dijo mientras ¿pensaba?
- ¡No me digas que estás pensando una excusa! - dije enfurruñada.
- ¿Qué? ¡no! ¿una excusa por qué? - contestó - es solo que eres la futura reina de Dru y no deberías beber tanto...
- ¿Me estás vacilando? - pregunte anonadada.
Me agaché para coger una rama que había en el camino de tierra por el que íbamos, dispuesta a lanzársela.
Cuando la rama estaba a punto de alcanzarlo hizo un ademán y esta comenzó a flotar.
Al ver mi expresión, totalmente sorprendida e hipnotizada y aún más exagerada debido al alcohol, Blue movió su otra mano y, montones de ramas, flores, hojas y hierbas del camino comenzaron a rodearme, girando a mi alrededor. Me quedé abrumada con lo hermosa que resultaba esta imagen.
Después de unos segundos observando la situación, pregunté.
- ¿Yo podré hacer esto algún día?
Blue sonrió.
- Podrás hacer mucho más que esto - dijo dulcemente e hizo un gesto que devolvió todos los elementos a su lugar de origen.
- ¿Me enseñarás? - pregunté de forma más dulce de la que pretendía.
- Encantado - contestó, luego, soprendido por su propia respuesta, carraspeó y continuó - ese es el trabajo que me han encomendado.
Mi sonrisa cayó un poco, de forma inconsciente. Luego, mi barriga hizo acto de presencia.
- Me muero de hambre - dije de inmediato.
- No estaría mal probar la comida humana.
- ¿Nunca has probado la comida de aquí? - pregunté sorprendida.
Blue se limitó a negar con la cabeza.
Emocionada, lo agarré por la mano y cambié nuestra trayectoria. Blue en un principio se sorprendió pero, luego, se dejó llevar.
Me dirigí a un local, abierto 24 horas que servía el mejor Kebab de toda la ciudad. Habrá muchas comidas que Blue tendrá que probar pero, sin duda, para tomar a las cinco de la madrugada un sábado, la mejor opción es un Kebab.
Nos sentamos en una mesa e hice el pedido por ambos.
Cuando nuestros kebabs llegaron me lancé hacia el mío sin miramientos, cuando bebía, me convertía en un devorador de comida basura. Después del primer bocado me percaté de que Blue me miraba, aguantándose la risa, aún sin probar el suyo.
- Confía en mi, está buenísimo - dije mientras daba otro bocado a mi durum de pollo.
Poco confiado, Blue retiró el aluminio del kebab y dió un bocado. Luego otro, y otro.
Después de cuatro bocados en los que yo lo miraba curiosa, esperando el veredicto, Blue dijo.
- Tenías razón - y dió otro bocado.
Puse una pose victoriosa y continué comiendo mi kebab.
El ritmo descendió cuando llevábamos algo más de medio kebab. Acompañábamos la comida con una conversación informal, curiosidades de ambos mundos.
Un poco de ketchup reposaba en la comisura de su labio. Cuando se lo dije, intentó limpiarse sin éxito.
Se me escapó una risa y cogí una servilleta para limpiarlo. Un gesto amistoso en mi mente pero que, en el momento que me acerqué a él y lo toqué, adquirió un significado muy diferente.
Me estaba mirando fijamente a los ojos y, cuando ya lo había limpiado y había retirado mi mano y la servilleta, mi cuerpo permaneció en el mismo lugar, reclinada hacia él.
De pronto, su mano reposó en mi mejilla y yo me recosté en ella. Movió su pulgar, dándome una leve caricia.
Era como estar en un trance. No había nadie más. No importaba nada más. Me olvidé de mi vida humana, de David, de las hadas, de todo. Sólo existíamos Blue y yo, en aquel momento, en aquel lugar. Pude entonces notar su fuerte energía, noté como cambiaba a medida que nos acercábamos, notaba la pureza e intensidad de sus emociones y de pronto, frío.
Blue retiró su mano, decepcionado consigo mismo.
- ¡Mierda! - susurró de forma casi imperceptible.
- Discúlpame yo, no debía haber hecho eso - dijo en tono frío - esto no está bien - dijo casi en un susurro.
Se levantó de la mesa.
- Acaba tu comida tranquila, te esperaré fuera - dijo, y salió por la puerta.
Y allí me quedé yo, confundida, arrepentida, triste y sola con mi kebab a medio comer.
Me quedé un rato sentada, dándole vueltas al origen de mis sentimientos.
Me sentía mal porque estaba, de alguna forma, fallándole a David, aunque no había hecho nada con Blue, mi cabeza sí y eso me hacía sentir mal. David era maravilloso y no se merecía esto. Jamás había tenido intenciones con ningún otro chico que no fuese David desde que estamos juntos, jamás me había atraído nadie más, hasta ahora.
Pero, por mucho que quisiera negarlo, no sólo me sentía mal por David, también me molestaba la idea de que Blue me rechazase. Sí, él era el responsable de los acercamientos, pero también era el que luego se alejaba y esto me molestaba más de lo que me gustaría admitir.
Pero tenía razón, fuese lo que fuese esto que había entre nosotros debía acabar incluso antes de comenzar. No tenía cabida en ningún lugar. En el mundo humano yo estaba con David y, en el reino de Dru no podíamos estar juntos, ya que él era el Capitán del Ejército, su deber era protegeme, no quererme y, además, de estar con alguien allí... sería con Ezio, con el que estaba prometida.
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Fairy Queen: Un mundo mágico [COMPLETA ⭕✔]
Fantasia¿Qué se supone que debe hacer una chica de dieciocho años que acaba de descubrir que su vida es una mentira, que hay muchas cosas más allá de la vida que conocía? Hadas blancas,hadas oscuras, luchas de poder y ella, su reina. Al nacer, una de sus do...