🌌 Capítulo X. Princesa Jen 🌋

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Cuando Ezio estaba a unos pasos de mí y de Blue, este último posó su rodilla en el suelo, a modo de reverencia.

- Señor - dice bajando la cabeza.

Ezio le dá un breve asentimiento y Blue se levanta y se retira.

- Princesa Jen - dice el joven hada, haciendo una reverencia - es un honor conocerla por fin. Soy Ezio, regente del reino de Dru en su ausencia. Quiero agradecerle su decisión de permanecer en el reino y darnos la oportunidad de explicaros la situación.

- Encantada, Ezio, por favor, me gustaría que me tuteases. No quiero sonar desagradecida pero, aunque he visto quién soy y lo que se espera de mi, no voy a renunciar a mi vida, en... el mundo humano - proseguí - he visto que me necesitáis aquí y no negaré mi naturaleza ni mis responsabilidades, pero no veo motivo por el que no pueda estar en ambos lugares - dije esperando que mi discurso resultase convincente.

- De hecho - contestó de forma indiferente - no lo hay. Verás - dijo sentándose en un banco próximo a ORION e invitándome a hacer lo mismo - cuando descubrimos que estaban en el mundo humano y comenzamos a planificar tu regreso, también tuvimos que planificar que pasaría después...

Ezio me contó que hubo muchas dudas acerca de como explicarme quién era, si debían aparecer ellos en el mundo humano e irme mostrando las cosas, si sería mejor traerme aquí. Se plantearon varias posibilidades según mi actitud, si no lo aceptaría, si intentase escapar, etc.

Al final, llegaron a la conclusión de que no sería justo obligarme a abandonar la vida que había conocido. Que lo más recomendable, para mí, mi adaptación y, como consecuencia, para el reino, sería que yo continuase mi vida normal, si así lo deseaba, visitando el reino diariamente, especialmente de noche, para reconectar mi naturaleza de hada con Dru e ir aprendiendo todo lo necesario para, primero, ser un hada completamente, aprender lo fundamental sobre ello y, finalmente, formarme para poder tomar mi lugar en el trono.

No mencionó ni por un momento el hecho de que practicamente estábamos prometidos, algo que agradecí, supongo que, para ambos, la idea de tener que casarnos con un completo desconocido no resultaba agradable. Al fin y al cabo, deberíamos comenzar a pasar tiempo juntos para, primero, conocernos mejor.

También me comentó que Blue viajaría conmigo, que no debía separarme de él y que sería el responsable de protegerme. Cuando pregunté de quien debía protegerme decidió evadir la pregunta. ¿Cómo se supone que voy a aceptar algo a lo que no encuentro sentido?.

Además, descubrí que el tiempo en el reino de las Hadas no se desarrollaba igual que en el mundo humano. Cuatro días en el mundo de las Hadas eran equivalentes a un día en el mundo humano; es decir, un día en Dru tan solo eran seis horas en la tierra. Aún así, era sencillo saberlo, Dru tenía su propia luna, una de color verde pero, cada cuatro días, veían también la luna humana, lo que indicaba que había pasado un día humano. Además, las hadas contaban los años a partir de la luna humana, no de la suya. Pero, en la práctica, el tiempo aquí pasaba de forma diferente.

Cuándo ya me había explicado lo fundamental me dió un momento para procesarlo y decirle si me parecía bien la decisión. Asentí.

- Tengo una pregunta más - comenté.

Hizo un aspaviento para indicarme que continuase.

- ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

Se paró, pensativo.

- No lo sé exactamente pero, en torno a unas ocho horas. Dos desde que te despertaste - esas las había calculado aproximadamente - y seis dormida.

- Es decir, que allí solo han pasado - dije mientras calculaba - ¡dos horas! ¡sólo han pasado dos horas!

Eso era estupendo, nadie estará preocupado ni habrán llamado a la policía - bueno, es genial porque no me han hecho daño y tienen buenas intenciones, si no...podría llevar ocho horas muerta y allí casi ni se habrían enterado - así que tan solo estoy llegando tarde a mi fiesta. Un par de reproches y todo listo...

- Veo que estás deseando volver - comentó Ezio - bien, te mostraré dónde te hospedarás y luego podrás irte con Blue. Ya le he explicado a él toda la situación, por favor, intenta obedecerlo, ya que estarás más tiempo allí que aquí.

Estaba conforme con la decisión pero, lo de tener a un perrito guardián constantemente detrás de mí, no me gustaba en absoluto.

Volvimos al castillo y Ezio me indicó mi habitación, también me mostró un armario lleno de ropa blanca, que debería ponerme al llegar, al irme, podría volver a ponerme mi ropa de "humana". Lo cierto es que la ropa se veía muy cómoda y de buena calidad, ya que era elaborada puramente a través de materiales provenientes de plantas. Además, todas las prendas se veían muy elegantes y hermosas.

Para regresar a "casa" descendí con Blue por unas escaleras del castillo y me encontré con una sala, abierta, iluminada y espaciosa, completamente vacía, excepto por un arco de piedra en el centro, idéntico al de aquel puente de madera en el lago, además de unos veinte soldados hada rodeándolo.

Blue asintió a mi dirección para indicarme que pasase por debajo. Al cruzarlo, aparecimos, de nuevo, en aquel precioso lago, en medio del bosque.

Fairy Queen: Un mundo mágico [COMPLETA ⭕✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora