41: Arreglando.

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***

Cuando llego a mi casa, después de haber recogido a Ada, siento que el mundo se me viene encima. Es cierto que quizá me he pasado con Jensen, quizá he sido más celosa de lo normal. Porque sé y soy bien consciente de que los celos no son para nada buenos.

¿Por qué justamente tiene que aparecer Hannah ahora? Me ha recordado una época que no era para nada agradable. Aquellos momentos fueron muy duros para mí. Perdí a mi hermano y al amor de mi vida casi al mismo tiempo. Me sentía tan sola que a veces dudo hasta cómo pude superar todo aquello.

—Jean, ¿me vas a contar ya lo que ha pasado? —cuestiona mi hermana, sentándose a mi lado en el sofá. Va muy bien maquillada, pues ella misma no ha querido quitarse lo que le han hecho para el anuncio, le parecía bonito. La verdad es que está muy guapa, sus ojos parecen más grandes.

—He peleado con Jensen. O sea, no sé si te acordarás de que te dije que se acostó con una chica cuando no estábamos juntos.

—Sí, me acuerdo —me corta. Sé que lo hace porque mi ánimo cuando hablo de ese tema decae en picado.

—Pues esa misma chica ha aparecido hoy en la oficina, diciéndole que quiere cenar con él. Encima delante de mí, sin entrar al asunto, le ha dicho que aceptara su proposición. Quizá estoy siendo exagerada, pero... —mi voz se va apagando, conforme me doy cuenta de la situación bizarra que he vivido. Mira que hay pocas probabilidades de encontrarla, más aún a alguien que conoció lejos de aquí.

Ha sido un shock para mí ponerle cara a la mujer que se acostó con el hombre que amo. Sé que Jensen no es un santo, que si lo quiero lo tengo que querer con pasado incluido (igual que él a mí). Pero a veces esto es algo complicado.

—Es de muy mala educación lo que ha hecho, Jeannette. Pero ¿y Jensen? —cuestiona, intrigada. Quiere saber si ha dicho algo o reaccionado de alguna forma.

—Me ha dicho que tenía que hablar con ella y que Hannah le había invitado a cenar —el ceño de Ada se frunce—. Según Jensen, Hannah fue un gran apoyo para él en esa época y solo quiere hablar con ella y aclarar las cosas. ¿Pero eso lo ves bien? No sé... es que estoy hecha un lío —cubro mi cara con el cojín del sofá, para respirar hondo. De verdad que estas cosas me hacen sentir muy mal.

—Entonces te entiendo. A ver, ella no tiene que rendirle cuentas a nadie, también te lo digo. Pero comprendo que puedas llegar a estar así con Jensen. No es agradable la situación que has experimentado —me quito el cojín de la cabeza y asiento, porque agradezco el sentirme acompañada de mi hermana— ¿Has comido? —niego. Lo único que he hecho ha sido conducir desde Willmatic hasta el estudio y esperarla hasta que ha acabado— Yo al final tampoco. Vamos a comer, anda.

Ella se levanta junto a mí, de forma que ambas vamos a la cocina. Nos hacemos algo de pasta, de forma que sea rápida y efectiva. No tengo ganas de calentarme mucho la cabeza en estas cosas, suficiente tengo yo ahora mismo.

Entre el trabajo y mi vida personal se podría escribir una novela, vaya que sí.

En el momento en el que estamos pasando la pasta a los platos, me llegan un par de mensajes que nos hacen levantar la vista a Ada y a mí. Sí, tengo un sonido especial para las notificaciones de Jensen, cosa que nos hace saber que es él. Normalmente suena como un claxon de bicicleta, pero en su tono suena un arpa.

Agarro mi teléfono, caminando hacia el salón, pues siento que necesito un poco de intimidad para esto. Miro los mensajes sin llegar a abrirlos, de forma que no sepa que los he leído. Quiero esperar a tener una respuesta pensada porque puedo soltar lo primero que se me pase por la cabeza y a lo mejor más tarde me arrepiento. Estoy aprendiendo a pensar antes de actuar, con cabeza fría.

Peligrosa ilusión (2ª Bilogía "Novelas peligrosas")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora