Peligrosa ilusión (2ª Bilogía "Novelas peligrosas")

18: Ada.

Pensamiento de Jeannette:

Estoy nerviosa. Como si eso fuera una novedad en mi vida, experimento ese maldito sentimiento que tantas veces he vivido. Esta vez no es agradable, no es esos nervios por un beso, por una caricia, por algo bonito en general... son esos nervios que te remueven todo por dentro, que sientes que se agarran a las paredes de tu estómago y lo remueven, causándote ganas de vomitar. Súmale el hecho de que estoy embarazada. Eso explicaría el porqué me he tirado toda la maldita mañana vomitando, agarrada a la taza del váter y mareada.

Jade parlotea en la línea de teléfono, intentando calmarme. Si soy sincera, no logra conseguirlo. Mi estado de nervios es tan sumamente elevado que ni siquiera mi mejor amiga cantándome una nana sería capaz de lograr relajarme. Así que sus palabras tampoco lo consiguen por mucho que lo intente, para mi absoluta desgracia.

Ayer recibí una llamada de Ricardo, justo después de ir a terapia con mi psicóloga. Él mismo me confirmó que Ada es mi hermana. Los resultados de ADN con León han sido positivos, por tanto afirmo que tengo una hermanastra. Pero hermana al fin y al cabo. 

La misma que con un ataque de nervios me apuntó con un arma ilegal, en la frente. Aquella a quien tenían sumida en una mentira constante. Alguien a quien el mundo se le ha roto en pedazos, la misma que se sentirá perdida. Recuerdo aquel momento en el que sentí que mi vida iba a acabar, aún consigue ponerme el vello de punta.

En el mismo instante en el que me enteré que Ada compartía sangre conmigo llamé a mi mejor amiga, que acababa de comprarse el vestido que llevaría en la boda de Maggie. Quedó conmigo y me ayudó a sobrellevar esa noticia... en lo más interno de mi ser fantaseaba con que esa chica no era nada mío, que solo hubiera sido un suceso extraño. Pero no, no existen las casualidades en mi vida.

Aún no recordaba que Jade no sabía nada sobre Ada, Steve no le contó sobre lo sucedido. Jade se quedó flipando y juró torturar a su hermano más tarde, por no haberle hecho llegar esta noticia. La calmé, sigo pensando que era lo más lógico. Quizá mi mejor amigo no quiso contarle nada porque pensaba que yo era la única que debía decirle una noticia con una magnitud tan grande como aquella. Lo entendía.

Parece que mi mundo familiar solo aumenta, entre mi bebé y mi nueva hermana. Siento que todo a mi alrededor cambia a doscientos por hora, sin dejarme asimilar los cambios. Las noticias nuevas corren a la velocidad de la luz, mientras yo siento y afirmo que estoy fuera de lugar. Joder, parezco tonta. No termino de asimilar nada.

—Haz el favor, Jean. No te pongas nerviosa. Ya estás pensando mal antes de que todo pase —me habla Jade—. Ahora, también te digo que no tomes medidas desesperadas y que no hayas pensado en frío —musita. Sé que lo dice porque voy a  dejar vivir aquí a Ada. Ya lo tengo decidido. De hecho, le he dicho que se traiga todo lo que sea de su pertenencia, para poder instalarse. Ayer me pasé un buen rato consiguiendo los muebles que me faltaban y dándole prisa a los que vinieron a montarlos. Esto ha sido una habitación express.