Sheldon
Toda mi vida he odiado los hospitales, desde que tengo memoria.
Bueno, he de admitir que decir «desde que tengo memoria» luego de decir «toda mi vida» es algo redundante. Después de todo, mi memoria eidética me permite recordar cada suceso de mi vida.
Para ser franco conmigo mismo, estar esperando sentado en este poco práctico e incomodo lugar no es para nada confortante. Ver una anciana salir llorando y gritando mientras que un niño pequeño no para de sacarse los mocos y dejarlos justo al lado de mí es quizá de las peores experiencias que he vivido.
Por un segundo pienso en salir, de no ser por Leonard.
Cielos, Leonard. ¿Por qué, oh, estúpido compañero de cohabitación? ¿Por qué? ¿Por qué fuiste tan torpe? ¿Por qué no llegué a tiempo?
—Tranquilo, Sheldon —me dice Koothrappali, quien ya lleva un rato sentado a izquierda mía. Puedo notar, por cómo mueve una de sus piernas sin cesar de arriba abajo, que está en un estado de nerviosismo e incertidumbre.
Yo también me encuentro en un estado similar.
Empiezo a dudar si Leonard sigue con vida. Aquella explosión en el elevador fue muy fuerte. Sigo sin creer cómo fue tan estúpido como para no alejarse de aquella sustancia tan volátil y explosiva solo para probarle a sus amigos su intelecto.
Vuelvo a sentir una extraña sensación incómoda en mi pecho por no haber podido llegar a tiempo para salvarlo.
Sin preverlo en absoluto, siento cómo mis ojos se humedecen. Antes de que algo más ocurra, veo a Wolowitz correr hacia nosotros, bastante agitado.
—¡Está bien! —grita él, aun cuando está justo al lado mío y de Rajesh—. ¡Leonard está bien! ¡El doctor dijo que ya está estable! ¡Vengan!
Me levanto de aquel incómodo asiento, sintiendo un enorme alivio. Mientras camino, siguiendo a Howard, dudo si el alivio fue debido a las buenas noticias acerca de Leonard o si fue tan solo por haber salido de aquel poco higiénico martirio.
Cuando ya estamos por entrar, un doctor —o un impostor usando una bata de doctor. Nunca está de más sospechar— se interpone entre nosotros y nuestro amigo. Antes de que alguno pudiese reclamarle algo, el quizá médico nos pregunta:
—¿Son familiares del señor Hofstadter?
—Eh… —escucho divagar a Rajesh.
—No —comunico yo—. ¿Ya podemos verlo?
—Si no son sus familiares —habla el pseudomédico—, entonces no.
—¿Qué? —vocifera Wolowitz—. Está bromeando, ¿no es así? Leonard es nuestro mejor amigo. Además, ni siquiera tiene familiares aquí: esta no es su ciudad. Por favor, doctor…
—Roger Brown —dice mi nuevo enemigo.
—Brown —continúa Howard—. ¡Él necesita vernos! Aunque sea déjenos verlo por cinco minutos.
El estúpido doctor Brown —el cual pronto añadiré a mi lista negra— hojeó unos tantos papeles de un portafolio, como si ellos fuesen a darle la respuesta de si podemos pasar o no.
—Está bien —afirma al fin—, pero solo por cinco minutos. El paciente necesita descansar.
Howard hace un «sí» de éxito y los tres entramos. Soy el último en pasar y, al hacerlo, me llevo una sorpresa para nada agradable.
Leonard lleva vendas y yesos en casi todo su cuerpo. Un montón de vías de intravenosa por aquí y por allá. Su mirada se fija en nosotros como si fuera un niño perdido. No sé por qué, pero cubro mi boca con mis manos, incluso cuando no tengo la más minúscula intención de callarme.
—Oye, amigo —dice Howard—, te ves bien.
Es evidente que Wolowitz miente, pues el rostro de Leonard —además de su cuello, brazos, piernas…— están cubiertos por múltiples quemaduras; muchas de ellas se ven graves.
—Gracias —responde Leonard con una sonrisa.
—¡Eres un tonto! —digo yo al fin, quitando mis manos de mi rostro—. ¡Idiota, idiota, idiota! —Cada vez doy más pasos hacia él y caigo de rodillas en frente suyo. Puedo notar su mirada confundida dirigida hacia mí.
—¡Bien —exclama el estúpido doctor Brown—, creo que es suficiente de visitas!
Mis amigos… Quiero decir, los amigos de Leonard me toman de los brazos, pretendiendo recogerme del suelo. Ejerzo fuerza y pataleo un par de veces, pero al cabo de un rato me doy cuenta de que es inútil: no lograré seguir con Leonard.
—¡Idiota, ¿por qué fuiste tan irresponsable?! ¡¿Por qué?! —lanzo gritos antes de que el par de bobos cierren la puerta en mi cara.
Puedo notar rabia en sus semblantes, por cómo se arquean sus cejas al mirarme.
—¡Sheldon, eres un cretino inmaduro! —me vocea Howard.
—Sí —brama Rajesh—. ¿Tienes idea de lo mal que la está pasando Leonard? ¡Lo último que quiere es que un tonto como tú le esté gritando e insultando!
—¡No es mi culpa que el tonto se haya hecho daño a sí mismo! —grito con mi pulso acelerado.
Los dos me miran, quizá con rabia, tal vez con disgusto, podría ser con decepción, o es posible también que sea con dolor: es inútil para mí seguir intentando; por más que lo hago no comprendo lo que ellos sienten, y no lo haré hasta que sean honestos conmigo y me lo digan.
Antes de que pueda seguir quejándome, los dos se van, dejándome solo a la deriva. Reviso mi bolsillo y suspiro de alivio al saber que tengo lo suficiente para irme en autobús.
Ahora solo me queda conseguir uno, mantener la boca cerrada para evitar más problemas e irme.
Supongo que debo confiar que Leonard estará bien ahora. Después de todo, este hospital tiene un muy alto índice de recuperados.
«Aún así… —pienso mientras me subo al transporte—, ¿por qué estoy tan preocupado?»
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Universo alternativo ꨄ︎ Shelnard ꨄ︎
Fanfiction❝ ¿Nunca te has preguntado qué sería de tu vida si un simple hecho del pasado cambiase? ❞ ೋ๑┋Aclaraciones┋๑ೋ 🍥 Género ༄ Historia romántica, fanfiction y con temática homosexual 🍥 Fandom ༄ The Big Bang Theory 🍥 Duración ༄ Treinta (30) capítulos...