Capítulo 28: Llovizna

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Leonard

Hoy es. Hoy es el día. El día en el que, al fin, firmo el acuerdo de pareja junto con Sheldon y ambos nos volvemos, oficialmente, novios.

No puedo ni describir la emoción que siento en este instante.

Discutimos los últimos detalles del acuerdo en la mañana y mientras íbamos de camino a la universidad.

Y sí: al fin puedo conducir mi automóvil de nuevo.

Vaya que Sheldon está aliviado por eso.

Estoy sentado frente a Sheldon en el almuerzo y el acuerdo está entre nosotros. No puedo creer que lo haya traído. Esa cosa pesa un montón, pero en fin: cosas de Sheldon.

—¿Eso significa que ahora podemos pasear tomados de las manos? —suplico. Sheldon parece atragantarse con su jugo de naranja y me preocupo, pero a los segundos se recupera.

—¡¿Tan pronto?! —vocifera—. ¡Pero, Leonard, apenas acabamos de firmarlo!

—Lo sé —explico—, ¡pero es que estoy tan emocionado!

Él me muestra una expresión comprensiva, y habla:

—Ya lo veo, pero quizá debamos esperar un par de días. No lo sé…

—Comprendo: quieres que ambos nos sintamos cómodos con esto. Es solo el entusiasmo —reconozco.

Seguimos comiendo en silencio. El tiempo se acaba y los dos volvemos a nuestros trabajos. Cielos, quiero a Sheldon un montón, pero no sé si pueda soportar esperar tanto para que comencemos a hacer cosas de pareja.

Relájate, Leonard Hofstadter. Solo tienes que esperar un poco más. No seas tan impaciente.

El trabajo transcurre aburrido y tedioso. Detesto esto.

Antes, me hubiese sentido alegre y relajado por poder pasar tiempo lejos de Sheldon, pero ahora es todo lo contrario.

Cómo cambian las cosas en tan poco tiempo.

Hasta hace poco estaba recostado en una camilla, minusválido, sin poder caminar y sin saber si podré hacerlo. Y mírenme ahora: de pie, trabajando sin agotarme rápido, siendo tan capaz y competente como cualquier otro empleado de mi nivel, sino es que hasta mejor.

Me siento orgulloso de mí mismo.

Y, como siempre, cuando disfrutas el tiempo que vives, el mismo se te va volando. Escucho sonar a mi alarma. Suspiro, recojo mis cosas y salgo. Sonrío y camino esperando encontrarme a Sheldon en cualquier momento.

Doy recorridos por toda la universidad, saludando a algún que otro colega en el camino, pero no veo a Sheldon.

Estoy a punto de darme por vencido, pero, mirando desapercibido hacia mi alrededor, puedo notar a Sheldon, apoyado en el marco de la puerta de salida, mirando hacia una leve lluvia que cae.

Las tenues gotas de rocío adornan los empañados vidrios de las ventanas. El sonido es calmante y sereno.

—Sheldon.

Él se voltea. Me mira y sonríe un poco.

—Te estaba esperando. ¿Nos vamos?

—Sí.

Cuando ambos estamos de camino a casa, Sheldon mira hacia el exterior, como si estuviese hipnotizado por la lluvia.

—¿Qué tanto ves? —investigo. Si no estuviese concentrado en el mojado camino, de seguro intentaría observar directo hacia sus ojos.

Universo alternativo ꨄ︎ Shelnard ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora