Sheldon
No pretendo decirlo en voz alta, pero sí sé que fue algo egoísta de mi parte el decirle a Leonard que esperase hasta que yo llegara para hacer su terapia.
Aún no sé por qué lo hice. Quizá solo era curiosidad. No tengo la menor idea.
Me ha ido mejor en el trabajo. Hoy, por una extraña razón, Koothrappali se alejo de manera discreta de su amigo Howard en el almuerzo y se sentó en frente de mí.
Nadie se había sentado conmigo en el almuerzo desde que Leonard tuvo el accidente.
—¿Odias a Leonard? —me preguntó Rajesh en ese momento; sin haber saludado siquiera.
—Por supuesto que no.
Él pareció intentar leer mis expresiones faciales. Dio un bocado a su comida y me volvió a preguntar algo:
—¿Y lo quieres?
—¿A Leonard? —Raj asintió—. Claro que sí. Pero ¿qué clase de preguntas son esas? Leonard es mi mejor amigo.
Rajesh miró hacia los lados, quizá por temor. Tomó su bandeja de nuevo y se dirigió hasta su amigo, Howard, como si nada hubiese ocurrido.
«Ese tipo no sabe nada sobre convivencia social», pensé después de que se alejara de mí. «Ni siquiera me dijo “hola”.»
En ese instante decidí restarle relevancia y seguí comiendo en soledad. Dudo si deba de compartirle esta anécdota a Leonard, pero, al final, me decido en no decirle nada. Digo, si fuese un asunto de relevancia me afectaría a mí o a él, y eso lo dudo mucho.
Cuando llego al hospital, traigo comida italiana y me siento hambriento. Saludo a la recepcionista como la otra vez, pero, a diferencia de la otra vez, en esta ocasión sí me regresa el saludo.
Me sorprendo de qué tan rápido puede cambiar el estado de ánimo de un ser humano.
Llego a la habitación de Leonard y lo encuentro leyendo. Comemos, esperamos casi una media hora y él llama a una enfermera. Puedo leer el nombre de «Rosemary» en una credencial que trae enganchada en el bolsillo de su camisa, una prenda de ropa tan blanca como el papel nuevo.
Leonard, con la ayuda de Rosemary, logra acomodarse en una silla de ruedas. ¿Desde hace cuánto tiempo la usa?
Nos dirigimos hacia una zona diferente del hospital, nunca antes vista por mí.
—Aquí vengo todos los días —escucho decir a Leonard en algún momento, un poco distorsionado por el bullicio.
La incomodidad predomina en mí, aun más que la curiosidad misma. Nunca fui muy fanático del ejercicio (a menos que fuese en el espacio exterior, y eso es solo para conservar la musculatura usual). Pero, ya que Leonard necesita esto, me quedo y lo veo.
Él parece entusiasmado. Todas sus actividades las realiza con euforia. Puedo alcanzar a ver minúsculas gotas de transpiración deslizándose por su rostro, perdiéndose en su cuello.
Leonard aún no puede caminar, pues sus músculos y cartílagos necesitan recuperación. La cirugía reconstructiva en sus piernas fue un éxito en su momento, pero pareciera que a los médicos solo les interesasen los logros a corto plazo.
Me duele empezar a pensar que Leonard quizá no pueda caminar de nuevo.
Lo veo de reojo. Él sonríe y yo no puedo evitar sonreír.
—Oye, Leonard. —Me levanto y me acerco hasta él. Su mirada es inquisitiva—. ¿Has probado…?, no lo sé, ¿intentar levantarte de la silla?
La enfermera me mira con ojos saltones y me aparta lejos de mi Leonard.
Un segundo… ¿Acabo de pensar en Leonard como «mi Leonard»? De acuerdo, eso fue extraño.
—Señor… —Ella alarga la palabra.
—Cooper. Sheldon Cooper.
—Señor Cooper, su amigo, Leonard, no está listo para algo de ese estilo.
—Pero ya lleva muchísimo tiempo en esto. Si saben que él no volverá a caminar, ¿por qué no solo son honestos? ¿Qué no hicieron todos un juramento hipocrático? ¿No deberían ser francos con todos sus pacientes y no darles falsas esperanzas?
—Ese es el asunto. El doctor Brown está seguro de que Leonard no volverá a caminar. Por otro lado, el doctor James, quien tiene más experiencia en esto, dice que aún existe una pequeña posibilidad. —Ella mira al suelo y suspira—. Los médicos ya hablaron con Leonard, pero creo que él decidió tener esperanzas.
Quedo callado y siento mis manos temblar. Se me pone la piel de gallina en los brazos, y no es debido al frío. Parece que estoy pronto a hiperventilarme.
—¿Y usted qué cree que él debería hacer? —pregunto.
La enfermera lo sopesa unos momentos y me habla:
—La esperanza es lo último que se pierde, ¿no lo cree?
Leonard está listo para volver a la habitación. Al llegar decido que es momento de hablar con él.
Pero eso es todo lo que ocurre. Solo pienso: «Bien, debería decirle que olvide sus esperanzas erróneas», mas no puedo.
No puedo quebrar la fantasía de recuperación de Leonard.
Esa noche, sin que él se dé cuenta, pretendo salir. Leonard escucha mis pasos y me pregunta hacia dónde voy. Le respondo que iré a tomar aire y me retiro.
Me dirijo hacia el patio del hospital. El guardia de seguridad me observa con extrañeza. Yo decido ignorarlo.
Cuando mis zapatos entran en contacto con el verde y húmedo césped, dejo salir la primera lágrima. Al estar tan alejado como sea posible, libero mis sollozos y siento que mi corazón se rompe…, figurativamente.
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Universo alternativo ꨄ︎ Shelnard ꨄ︎
Fanfiction❝ ¿Nunca te has preguntado qué sería de tu vida si un simple hecho del pasado cambiase? ❞ ೋ๑┋Aclaraciones┋๑ೋ 🍥 Género ༄ Historia romántica, fanfiction y con temática homosexual 🍥 Fandom ༄ The Big Bang Theory 🍥 Duración ༄ Treinta (30) capítulos...