Capítulo 10: Recíproco

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Leonard

—¡Es increíble! ¡¿En verdad te levantaste de la cama sin ayuda?!

—Sí. Si no me crees, puedes preguntárselo a Howard y a Raj. Ellos me vieron hacerlo.

Sheldon y yo comíamos cada uno de una mitad del mejor pastel que he probado en toda mi vida. Vaya que mis amigos tienen un buen gusto (y querían hacer una muy buena disculpa para Sheldon).

—No es necesario. Sé que tú jamás me mentirías, Leonard.

Los médicos se alteraron mucho cuando Howard y Raj les dijeron que me levanté por mi cuenta. Traté de explicarles que fue por instinto y que no me dolió en absoluto, pero ellos parecían querer hacer caso omiso. Ya es de noche, pero estoy seguro de que mañana podré demostrarles que ya soy capaz de más cosas de las que ellos creen.

Shelly y yo resolvimos nuestros problemas. Aún somos mejores amigos, y me gusta pensar que lo seremos por siempre.

Es cierto que dudé mucho cuando le llamé, le escribí mensajes y él no contestó. Por unos momentos, llegué a pensar que había perdido a Sheldon para siempre. Pero ahora todo se ha resuelto. Hablamos y nos disculpamos.

Él se ve feliz al lado mío. El verlo feliz hace que yo sienta sincera felicidad.

—¿Eso significa que podrás volver a caminar? —me interpela con una sonrisa llena de optimismo. Me asombro, porque ya hace tiempo que no veía ese brillo de esperanza en sus ojos azulados.

—Bueno… Eso significa que pude levantarme sin ayuda. —Hago una pausa y prosigo—: No-no me malinterpretes. Tengo muchas ganas de caminar, y si los médicos me permitiesen intentarlo lo haría sin pensarlo dos veces.

—¿Pero…? —concede, como si esperara que continúe.

—Pero… —Me hundo de hombros y digo—: no estoy del todo seguro si en verdad podré mejorar. —No me atrevo a mirarle a los ojos. Me gusta pensar que él aún conserva ese brillo—. No me queda de otra que dejarle mi destino al destino y esperar lo mejor.

Sheldon toma mi mano. Yo me sonrojo un poco. Ya se ha vuelto normal que nos sujetemos las manos, pero… ¿es normal que dos mejores amigos se tomen de las manos y que uno de ellos se sonroje por ello?

Quiero a Shelly, más que a nadie en el mundo. Eso no quiere decir que los sentimientos que tenga hacia él sean románticos…, ¿o sí?

—Mientras tú tengas esperanzas… —dice Sheldon—, entonces yo también las tendré.

Creo que él miente. Algo me dice que miente.

Pero no puedo decir eso.

—Gracias —susurro abrazándolo. Él corresponde al minuto.

Nos acostumbramos a darnos abrazos muy a menudo. Él le teme a los gérmenes (y al contacto humano), pero acepta como cualquier otra persona. Yo sonrío y lo apretujo más entre mis brazos.

—Uau. Sí que has incrementado la fuerza en tus extremidades superiores —comenta en un farfullo.

Yo me siento más que alegre de que lo notase.

—¿Ya es hora de dormir? —pregunto.

—Eso depende en gran medida de si en verdad tienes sueño —explica aún en el abrazo.

Me doy cuenta de que debí confiar más en mí mismo. Sheldon me ha dado bastante más libertad de la que ellos creen. Le respondo que ya tengo sueño y ambos nos acostamos.

Suspiro sujetando mi almohada. No creo poder sentirme más alegre de ser amigo de Sheldon. Siento la calma luego de la tormenta y me relajo al saber que no he perdido a mi mejor amigo.

Claro, solo que… Es un poco extraño que me duela pensar en Sheldon como «mi mejor amigo». Digo, por supuesto que lo es, pero a veces me gusta pensar que Sheldon y yo somos… algo más que solo mejores amigos.

No sé qué demonios me ocurre.

¿Me… me gusta Sheldon? No… Eso no puede ser…

Volteo y veo a mi amigo. Sus ojos abiertos miran en dirección hacia mí y me sobresalto un poco. Bueno, no caigo de la cama, pero si efectúo un pequeño brinco.

—Sheldon, me asustaste.

—Pe-perdón. No quise hacerlo.

—Descuida.

Me volteo hacia arriba, vuelvo a observarle y él sigue mirándome.

—¿Ocurre algo?

—No puedo dormir.

—Es algo tarde —digo—. Al menos inténtalo.

—Ya lo hice —se queja él, haciendo un mohín—. Oye…

—¿Sí?

—¿Podemos seguir hablando? Puede ser acerca de lo que sea. Solo me gustaría oír tu voz un poco más; es que me hace relajar.

—Oh. —No me esperaba eso, pero no me quejo y hablo—: Bien… ¿Vendrás mañana para ver mis ejercicios? ¿Te gustaría eso?

—No.

—¿No?

—Ya no. Solo desacomodo tus horarios. Eso es algo que tú jamás me hubieses hecho; ni siquiera por el más grande capricho que pudieses tener. Está bien que ejercites sin mí.

—De acuerdo. Si lo prefieres así, entonces muchas gracias —le digo. En lo personal, estoy mejor con esta nueva decisión.

—¿Sabes? Tenía algo de miedo de no poder recuperarte.

Me conmuevo. Hace un tiempo que no escuchaba un comentario tan lindo de parte de nadie, a excepción de Sheldon.

Es en verdad agradable saber que hay al menos una persona en el mundo que se interesa por ti.

—Y yo igual. Pero ya no hay que temer. —Lo escucho bostezar—. Seguimos siendo amigos.

—Sí. Me alegro por eso. —Él se voltea, y me dice—: Buenas noches, Leonard.

—Buenas noches a ti también, Sheldon.

Quedo en silencio. Suspiro y me siento en las nubes, a punto de viajar al mundo de los sueños desde la comodidad de mi cama. Antes de dormir, decido ser honesto con él y conmigo mismo.

—Te amo, Sheldon.

Temo por su respuesta, y me siento con menos somnolencia que antes. Antes de que me diese un ataque de pánico escuché su respuesta:

—Yo también.

Sonrío y duermo como nunca antes.

Universo alternativo ꨄ︎ Shelnard ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora