Una bolsa embrujada

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Hermione se apartó el cabello de los ojos mientras caminaba por el pasillo, un ligero salto en su paso. La conversación con Ginny había ido bien, pensó, aunque era un poco incómodo con Tom sentado al otro lado del espejo.

Pobre Ginny. ella parecía tan molesta. Hermione insistió en que Harry no se estaba cansando de ella, la amaba demasiado para hacerlo. Siempre hablaba de ella cada vez que Hermione tenía la oportunidad de verlo, y tan feliz por él y su nuevo amor como ella, se sintió un poco excluida.

Harry ya casi nunca le preguntaba cómo estaba, y eso dolía. Solía ​​haber un tiempo en que la había cuidado, pero ya ni siquiera la buscaba. Estaba demasiado ocupado con su propia vida.

Sin embargo, parecía bastante agotado la última vez que se vio. Literalmente podía ver el cansancio en sus ojos. Conocía bien a Harry, por lo que estaba bastante segura de que esa era la única razón por la que se quedaría dormido como lo hizo.

Hermione todavía estaba perpleja de por qué Harry querría el trabajo de Auror, considerando que había luchado y destruido vivo al Mago Más Oscuro, pero parecía disfrutar la prisa de ponerse en peligro permanente, y no había nada que ella pudiera hacer para detenerlo.

Pensó en su conversación con Ginny, y sus ojos se abrieron cuando se dio cuenta del otro tema de su discusión. Habían estado hablando de la guerra y de cómo Harry Potter había matado al mago más oscuro de su mundo.

No había duda de que Tom la había escuchado, ya que Ginny no había estado hablando en voz baja, pero no pareció reaccionar mucho ante la noticia de su propia muerte. Quizás había estado un poco confundido, lo que era de esperar, pero no mucho más que eso.

¿Y si estaba cambiando el futuro? Hermione se preguntó con un grito ahogado. Se detuvo en seco por un momento y reflexionó sobre la situación. Ella acababa de permitir que Tom Riddle, el mago más oscuro del mundo, conocido por todos como Lord Voldemort, escuchara una conversación entre ella y Ginny sobre cómo su mejor amiga lo había matado.

"¿Qué he hecho?" Hermione murmuró para sí misma. "¿Que hará el?"

¿Era ella la que había puesto a Harry como objetivo de Lord Voldemort todo el tiempo? ¿Era su conversación, y no alguna profecía, lo que había puesto los acontecimientos en el orden que tomó?

Ciertamente parecía una posibilidad en este momento. Tom había estado sentado allí durante toda la conversación. Lo mencionado como Lord Voldemort y como el Señor Oscuro, así que sabía que estaban hablando de él. Sabía de la guerra y que al final Harry Potter lo mató.

Hermione estaba aturdida y asustada de que esto hubiera sucedido. Estaba segura de que Tom no se tomaría la noticia con calma, después de todo, él era el Señor Oscuro. Pero ella sabía que no había nada que se pudiera hacer al respecto en este momento. Tom sabía lo que él sabía y ella no podía cambiar eso.

Toda la conversación y todas sus ramificaciones tendrían que olvidarse por ahora. Como directora, necesita concentrarse mucho más de lo que lo había hecho recientemente. Y ciertamente tampoco quería que su trabajo escolar sufriera.

Caminó resueltamente hacia su siguiente clase: Historia de los muggles. Hoy no estaba de humor para eso; quería pasar tiempo en su dormitorio, hablando ... hablando con Tom. Quería conocer sus pensamientos, y no solo sus pensamientos sobre la guerra y su muerte inminente. Quería saberlo todo. Solo escuchar su voz mientras le hablaba, escuchar el suave timbre de barítono que siempre la emocionaba hasta los huesos.

La idea se apoderó de ella en un calor cálido que se instaló en algún lugar de su medio. Realmente deseaba no tener que ir a esta clase. Ella ya sabía la mayoría de las cosas que estaban cubriendo porque ella misma se había criado en la sociedad Muggle. Parecía estúpido ir a una clase sobre muggles cuando, de hecho, eras muggle.

En el espejo (TRADUCCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora