Mark, durante estos años trataba de ignorar mi existencia tanto en la casa como en la escuela. Pero eso no dejaba que me diera cuenta del hombre en el cual se estaba convirtiendo. Sus ojos ahora eran más fieros y cautelosos. Había desarrollado musculatura. Estaba empezando a marcársele el abdomen. Estaba muy guapo y sexy. No podía compararse con ningún otro niño de la escuela. Su belleza era única. Pero yo… yo tengo prohibido a fijarme en él. Sea como sea es mi “hermano”.
– ¡Idiota! – grite. Mientras veía el coche doblar en la esquina. Otra vez lo volvía a hacer. ¿Qué escusa dio esta vez? Se quedó con unas amigas, está en detención, está en un grupo de estudio… Cual sería esta vez.
No es que en algún momento esperara otra cosa de él, pero si no lo hacía no era él. Siempre hacia como si se olvidase de mi cuando teníamos que ir o regresar de la escuela. En ocasiones trataba de llegar antes que él, pero la mayoría de las veces él era más rápido que yo en llegar al coche. No me quedaba de otra que darme un paseo andando de la escuela a casa, o que algún compañero (lo cual era muy escaso) me diera un aventón.
Poco a poco, me fui acostumbrando a su forma de ser conmigo. Sus padres por más que le regañaban no veían cambios en el. Un día ellos, al igual que yo, desistieron que Mark me aceptase en la familia. Así que cada quien por su lado.
–Chloe, sabes que no me gusta verte así. No llores más por su culpa. No se merece que derrames tus lágrimas así. – me consolaba Kat, mi amiga.
Desde que empecé en la escuela nadie me hablaba. A no ser que fuera para molestarme o porque era algún trabajo en grupo que terminaba haciendo sola. Nadie se acercaba a mí, hasta que conocí a Katherine. A ella no le importo los rumores que corrían por la escuela sobre mi procedencia “dudosa”.
– Es que no puedo evitar que sus palabras me hieran. – dije sorbiendo por la nariz.
– Le has dicho a tus padres sobre… ¿esto? – pregunto. Negué con la cabeza. – Ese tipo te está molestando. Si no le dices a alguien más, a parte de mí. Entonces tendré que decirle a tu… a Mark y ver que hace.
– No le dirás a nadie. Yo sola puedo con esto. Además no tienes porque involucrar a “ese” en mis asuntos. – le dije molesta. Cogí mis cosas y salí del baño donde me había refugiado.
– ¡Clhoe! – grito mi amiga detrás de mí. – ¡Clhoe, espera! - la ignore y seguí mi camino.
Había pasados varios días desde aquel incidente con Scott. Ese día, papá le pidió a Mark que esperara por mí.
– Mark, por favor, espera hoy a Chloe regreso a casa. Te lo digo de favor.
Pero como era de esperar, le había entrado por un oído y salido por el otro. Mark se olvidó que debíamos regresar a casa juntos ya que solo había disposición de un solo auto.
– ¡Chloe! – dijo una voz más atrás.
– Solo esto me faltaba. – dije al ver quien era que me llamaba. Era Scott, mi pesadilla. Él estaba en la misma clase que Mark. Como le era costumbre empezó a molestarme. Claro junto con sus compinches quienes le hacían compañía.
– Sola otra vez, ¿te llevo a casa, nena? – dijo soltando una risita.
– Ni en tus sueños, idiota. – le contesté molesta.
– No sabes lo que te pierdes. – me respondió haciendo un sugestivo meneo con sus caderas y guiñado un ojo.
– Pervertido. – le grite. Sus amigos estallaron en risas. Algo que lo le gustó, porque los fulmino con la mirada.
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Es posible amar (editando)
RomanceChloe, una niña abandonada en una iglesia por las circunstancias de su familia. Tras ir en la búsqueda de su madre, Chloe sufre un accidente que le cambia la vida, despertando en un hospital sin memoria de que fue lo que le pasó. Lo único que cree r...