Desde que regrese a casa habían pasado unos días. Y la culpa me seguía carcomiéndome por dentro. Mis padres estaban tan contentos con mi regreso y no se imaginan realmente que fue lo que me motivo tener que ir con ellos.
– Hoy yo preparo el almuerzo. – dije mientras me levantaba del sofá.
– Chloe, no te preocupes por eso. Yo puedo hacerlo.
– Yo quiero hacerlo. Ustedes han hecho mucho por mí. Como no me van a dejar prepárales una comida.
– Hija, tú has hecho mucho también. Eres una joven hermosa, responsable, dedicada a tus estudios, trabajadora. Dime, ¿qué más podíamos pedir de ti? – dijo Daniel.
– Como negarme a mi preciosa hija. Adelante. La cocina es tuya. – termino diciendo Nina.
Me quede en la cocina y prepare el platillo favorito de mis padres. Prepare cada uno con dedicación y amor. Hoy era el día. Hoy les diría las cosas que me están atormentando desde hace meses.
Una vez terminada la comida les avise que pasaran al comedor. Ya tenía la mesa lista y quien primero se apareció por allí fue Mark. No lo había visto desde ayer por la noche. Más atrás llegaros los señores Willson. Todos nos acomodamos en nuestras sillas y almorzamos tranquilamente. Cuando terminamos fuimos al jardín a tomar el postre.
– Ese almuerzo fue el mejor que haya probado en mi vida. – me alagaba Nina.
– Sin duda alguna tiene la misma mano que tú para los alimentos. – dijo Daniel.
– Ya, basta de halagos.
– Están diciendo la verdad, hermanita.
Minutos después empecé a hablar.
–Nina, Daniel… – dije para atraer su atención. – Mamá, papá yo los amo sobre todas las cosas. Ustedes siempre han estado ahí para mí aunque yo sea adoptada. Ustedes son a quienes reconozco como mi familia, mis padres. No quiero que tengan que sufrir por mí.
– ¿Qué cosas dices Chloe? – decía Nina.
– Ustedes son los que estaban en mis momentos tristes y alegres. Me dieron todo y más de lo que debían darme realmente. Cuidaron de mí como si fuera su propia hija. Cosa que muchas personas no harían.
– Chloe hija…
– Les agradezco eso. El darme una oportunidad de tener una familia real. Compartieron las cosas que le correspondían a Mark conmigo. No voy a negar que los hice reír y sufrir con mis problemas y aun así siguieron dándome todo su amor. Les agradezco eso y más de las cosas que han hecho por mí. Por eso, nunca he querido ser una mala hija y ser obediente. – a este punto ya estaba llorando. – Mark, también sufrió por mi culpa. Él era el único que tenía su atención. Mark era un niño consentido y de momento tuvo que compartirlos conmigo. Con una completa extraña.
– ¡Oye! Yo no era ningún niño consentido. – interrumpió Mark.
– Sí que lo eras. Claro, hasta que llegue. Ya después, les empezamos a dar dolores de cabeza, saben cómo eran las cosas en ese entones. ¡Gracias Mark! Porque dentro de todo tu también fuiste paciente conmigo y por aceptarme en la familia.
– Hija, gracias por esas palabras. Muy hermosas. – Dijo mi padre – Pero ¿hay algo más?
– No es que nunca nos hayas dicho lo agradecida que estas con nosotros Chloe. ¿Porque siento como si esto fuera a cambiar las cosas? – dijo Nina.
– Adelante Chloe. Este es el momento. – me alentó Mark.
– Yo… mi memoria… mis recuerdos… los sé. – mi madre me veía con los ojos aguados. – Recupere… esos recuerdos que había olvidado por el accidente.
– Accidente del cual soy responsable. – dijo Daniel mientras apretaba una de mis manos. – No sabes cuantas veces le pedí a Dios que no te pasara nada.
– Chloe, ¿hace cuánto que recuperaste sus recuerdos? – demando Nina.
– Hace unos meses mamá. – Dirigiéndome a Daniel – No quiero que te sientas culpable por eso. Yo también la tuve. – Le mire a los ojos – Dime, ¿cómo crees que sería mi vida? ¿Quizás encontrara mi casa, quizás no? Era de noche y no sabía con qué clase de peligro me iba a encontrar. Esa señora me dejo así. Ahora que estoy grande, te doy gracias por haberte quedado a ayudarme. Otra persona talvez se hubiera dado a la fuga. Yo estuviera muerta o…
– No, no sigas. – pidió Nina.
– Gracias por darme un hogar sin saber quién era. – Mis ojos estaban llenos de lágrimas al igual que todos allí en la mesa. – Yo sin querer me encontré con esa mujer.
– ¿Qué mujer? – pregunto mi madre algo temerosa.
– La que me abandono. – Mi madre fue a abrazarme. Yo correspondí a su abrazo. Era tan cálido sentirme así en sus brazos. – Te amo, mamá.
– ¿Cómo fue que la viste? – pregunto Daniel.
– Es la madrasta de un amigo y el me llevo a que conozca a sus padres.
– Chloe no ha querido hablar con esa mujer. – argumentó Mark.
– ¿Tu lo sabias? – exigió Nina. – ¿Porque no nos dijiste?
– No me tocaba decirles a mí eso. Además…
– Yo le pedí que no les contara nada. – dije interrumpiendo a Mark. – Gracias, gracias por ser una familia para mí. Los quiero mucho. Nada ni nadie podrá cambiar esto.
– Gracias debemos dar al Cielo por la hija que nos dio. – Daniel me llevo a sus brazos. – Eres un ser maravilloso Chloe. Tú al igual que Mark – a quien jalo para un abrazo – son nuestros orgullos. Ustedes siempre tendrán nuestro apoyo para las cosas que necesiten.
Luego de haber desahogado mi corazón con mis padres me sentía más tranquila. Sentía que me había quitado una carga de las que llevo guardada. Estaba feliz por eso. Esto era una etapa más en nuestras vidas. Un obstáculo el cual logramos pasar o al menos eso creo. Pero que yo aún estaba en medio. Fui a mi habitación a descansar ya que me sentía agotada de tanto llorar.
– ¿Chloe estas dormida? – escucho que susurran a mi oído.
– Mmm… - me remeneo entre las sabanas. – No. – digo aun medio dormida.
– Te amo. – me susurro al oído.
– Yo… – abrí los ojos como si de ello dependiera mi vida. Él se echó a reír ante mi acción. – ¿Qué cosas estas diciendo?
– Que te amo. Que no se te olvide.
– Shh… – tapo su boca. – No digas eso.
– Chloe, TE AMO. ¿Cuantas veces tengo que decírtelo? – dijo acercándose más a mí. Tomando mi rostro entre sus mano y depositando un tierno beso en mis labios.
– No… esto… no… – no lograba articular con claridad mientras trataba de alejarlo de mí.
Eso no basto para que volviera a intentar besarme otra vez. Ahora era un beso diferente, un beso apasionado, yo cedi ante su agarre. Cuando se separó, alce la mano para darle una cachetada que detuvo antes de que estuviera a centímetros de su cara.
– No lo niegues. – Se paró de mi lado y desde la puerta me susurro. – Te amo. – volvió a decir mientras se iba de mi habitación.
Cuando la puerta estuvo cerrada completamente puerta no pude evitar reírme sola por lo que había sucedido. Acaso él estaba loco por hacer eso. ¿Cómo fue capaz de entrar a su habitación para decirme eso? Por cierto fue un lindo despertar el que te susurren al oído un te amo y te lo repitieran unas cuatro veces. Sentía mi estómago lleno de mariposas acompañadas de fuegos artificiales. Me volví a acomodar en la cama y tenía una sonrisa de estúpida dibujada. Esa noche dormí como nunca.
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Es posible amar (editando)
RomanceChloe, una niña abandonada en una iglesia por las circunstancias de su familia. Tras ir en la búsqueda de su madre, Chloe sufre un accidente que le cambia la vida, despertando en un hospital sin memoria de que fue lo que le pasó. Lo único que cree r...