6 Confesión indirecta

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Después del incidente del casi beso donde le rompí la nariz a Mark, no volvimos a hablar. Entre nosotros se sentía un ambiente algo incómodo. Nuestros padres se dieron cuenta pero pensaron que era una simple pelea entre hermanos.

Al paso del tiempo se estaba acercando la graduación de Mark. Ese iba a marcar el momento en que el ya no estuviera en la escuela conmigo. Aun me quedaban dos años más en la escuela. Creo que es lo mejor que cada cual este en ambientes separados. Así podre sacar lo que siento, que no es correcto.

– Mark, apresúrate vamos a llegar tarde. – le dije desde el otro lado de la puerta.

– Hoy tiene que estar guapo. Es su día. – dijo Nina.

– Cierto, no todos los días se gradúa un hijo de la escuela. – comentó Daniel.

– ¡Ahhh! Que cursilerías dicen. Aún les queda Chloe por graduarse. – dijo Mark saliendo de su habitación.

Salimos de casa todos como la familia que somos. La familia que los señores Willson han construido tanto para Mark como para mí. Hoy era un día especial para mi “hermano”. Se emocionado y triste a la vez.

Los actos de graduación fueron largos, pero quedo hecho una ceremonia hermosa. Todos nos sentíamos orgullosos de Mark y de sus logros. No era por presumir pero se llevó casi todas las medallas. Que conste que no tenía el estilo come libros.

– ¡Mark felicidades! – le dije con emoción colgándome de su cuello.

– Gracias.

Nuestros padres se acercaron a felicitarlo también. Así como sus amigos que fueron a felicitarle y felicitarse entre sí. Luego los cuatros nos fuimos a seguir la celebración de la graduación y la admisión de Mark en la universidad.

Meses después de haber empezado la escuela otra vez caía en la realidad. Mark no iba a compartir estas paredes conmigo, el iría a la Universidad. Su actitud había cambiado era que ya empezó a madurar. Imagino que en sus clases ha de estar rodeado de mujeres más bellas y mejor proporcionadas que yo, y claro no son niñas de escuela. Pareciera que todo volvió a ser como era antes, cuando ignoraba mi existencia. Casi no hablábamos y eso de alguna forma me molestaba. Esto continuó así por las próximas semanas y meses. El enfrascado en sus estudios ya que según él tenía muchas tareas. Entiendo es la Universidad, pero aunque sea me hubiera conformado con que me regalara diez minutos de su tiempo al día. Si para él era mucho cinco bastaban. Nuestros padres no eran tontos (no es que lo pensara, bueno ya lo dije) se dieron cuenta como nos comportábamos. 

– ¿Chloe te has peleado con tu hermano? – preguntó Nina mientras tomábamos el desayuno.

– No mamá. – mentira. Mentirosa. Te va a crecer la nariz. Pero no podía decirle, si mamá creo que está molesto conmigo desde la vez que le rompí la nariz. Ah por cierto paso porque me iba a besar. – Yo no sé porque él está así conmigo.

– Bueno solo espero que… – miro hacia donde estaba Mark sentado y dijo – las cosas cambien para bien.

Yo movía mi cabeza en señal de aprobación ante el comentario de Nina. Solo esperaba que ese cambio fuera ya. Extrañaba conversar con él, como hacíamos antes.

Una noche, sin querer escuche a Mark hablar por teléfono con alguno de sus amigos. En su voz se escuchaba algo de preocupación mientras hablaba con su amigo.       

Mat, ¿qué más puedo hacer? Trato de evitarla pero ella no se da cuenta de la situación. – él escuchaba atentamente al teléfono. – No sé porque me fije en ella. Además no sé cuándo paso.

Es que no basta con que la ignore. Siempre trata de buscar conversación con algo. – el escucho algo que le hizo hacer una mueca.

Mat lo peor es que hace unos meses ¡casi nos besamos! – Mark escuchaba lo que le decían pero movía insistentemente su cabeza en forma de no.

No, no puedo confesarle que me gusta. – escuchaba mientras movía su cabeza de un lado a otro y reflejaba frustración en su rostro. – ¡Es una adolescente aun! Lo que puedo hacer es asustarla o ella puede pensar que soy un pervertido.

Mark está enamorado, eso es lo que está ocultando. Ese es el motivo por el cual está tratándome así. Me iba a ir de donde estaba, ya estaba más tranquila pero escuchar mi nombre hizo que me quedara ahí.

Chloe… – hubo un momento de silencio. Yo rezaba para que no sea que se haya dado cuenta que estaba espiando su conversación con Mat. Pero no fue eso. Lo que escuché a continuación de mi nombre me dejo atónita. – Chloe es… es como mi hermana. Entiendes es casi mi hermana. Por Dios. Además mis padres, ¿cómo crees que van a reaccionar todos?

Yo no puedo hacerles esto. Por más que sienta esto por ella no puedo decírselo…

No termine de escuchar la conversación. Me fui a mi cuarto y allí escuchaba en mi mente una y otra vez las palabras de Mark: “No puedo confesarle que me gusta” “Chloe es casi mi hermana”. Esas palabras se repetían una infinidad de veces en mi cabeza hasta que me quede dormida.

 A la mañana siguiente fue duro, pero seguí como siempre. Como si no supiera de los sentimientos de Mark, los cuales por alguna razón son como los míos. 

– ¡Buenos días! – salude a todos dándole besos a mis padres.

– Ya tengo que irme a la Universidad. – dijo Mark una vez me senté en la mesa.

– Muy bien, estudia mucho ¡ánimo! – le dije dándole una cálida sonrisa. 

 Durante los próximos días me era más difícil seguir con esta farsa y mirarle a la cara. Había veces que tenía ganas de salir corriendo y decirle – Mark, lo sé todo –. Pero me detenía y me acobardaba.

Es posible amar (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora