Desde que que empecé a salir con Dyland me sentía en las nubes. A fin de cuentas estaba logrando mi cometido – por muy poco que sea–, sacar a Mark de mi corazón. Tenía tiempo que no pensaba en Mark gracias a Dyland.
Dyland y yo éramos una pareja feliz. Pero como cualquier pareja también teníamos nuestras discusiones, aunque a los pocos minutos ya lo habíamos olvidado y seguíamos como si nada hubiera pasado.
Una tarde cuando salí del trabajo me dirigí al centro comercia con otra de las chicas del café. Iba a comprar un regalo para Dyland ya cumplíamos un año de novios y además era mi cumpleaños.
– ¿Qué opinas de esto? – le pregunte enseñándole una camisa negra con rayas blancas verticales.
– No. – dijo – ¿qué tal esta? – mientras me enseñaba otra camisa azul claro con una línea vertical blanca desde los hombros hasta el pecho.
– Perfecta. –dije y tome la camisa que Gina me había mostrado. – Le gustara.
– ¿Por qué no le regalas una corbata mejor? – dijo algo interesada.
– ¡NO! ¿Sabes lo que dicen de las corbatas? – le dije algo alarmada.
– No cambiaras.
Gina y yo nos fuimos a mi apartamento. Pasamos una tarde agradable. Ella me ayudo a prepárame para mi cita con Dyland. Casi habíamos sacado todas las ropas de mi armario hasta que vimos el traje perfecto para la ocasión. Era un traje anaranjado con un escote en forma de V. El área del pecho estaba decorado con pedrería de color plateado. Lo combine con unos tacos color plata. Gina me había ayudado a peinar mi cabello haciéndome risos en las puntas del cabello.
Puntualmente a las 7 sonó el timbre del apartamento. Al escuchar el timbre Gina terminó de rociar el perfume sobre mí y se quedó el en cuarto.
– Chloe, esta es su noche. – dijo guiñándome un ojo.
Salí a abrir la puerta y allí estaba él se veía hermoso no podía negarlo. Con el tiempo lo aprendí a quererlo, más no a amarlo. Aunque hacia mi esfuerzo.
– Wow~ me has dejado sin palabras, te ves espectacular. – y me dio un beso.
– Gracias. Tú no te quedas atrás, cariño.
Salimos y llegamos a un restaurant italiano. Cuando el mozo se acercó a nuestra mesa Dyland pidió un vino y ordenamos la cena camarones con fetuccini. Al cabo de unos minutos trajeron el vino. Dyland sirvió ambas copas y me entrego una de ellas.
– Brindo por el día que nos conocimos. Desde ese día hasta ahora me has hecho el hombre más feliz. – dijo mientras chocábamos nuestras copas.
– Salud –dijimos al unísono y dimos un trago de vino.
Mientras comíamos Dyland dijo algo que me puso nerviosa.
– Chloe mis padres quieren conocerte.
– Esto me toma por sorpresa. Que tus padres me quieran conocer. – no es algo que me agradara pero ya que.
– El viernes en el hotel donde se hospedan. Te parece bien.
– ¡¿El viernes?! Tan rápido, solo faltan 6 días. – dije algo exaltada.
– Tranquila todo va a salir bien. Además les he hablado tanto de ti que ya quieren conocerte.
– Entonces el viernes conoceré a tus padres. – esa idea me ponía nerviosa. No se me sentía.
Esta vez salimos del restaurant rumbo a mi apartamento. Dyland abrió la puerta para que me baje del auto. Ambos subimos a mi apartamento. Una vez dentro le entregue su regalo de aniversario. El desenvolvió el paquete.
– Esta hermosa la camisa. Me encanta. – dijo y me beso. Se apartó y continúo. – Pero no más que tú. – dijo con una sonrisa pícara.
Nos sentamos en el mueble y nos pusimos a hablar de la cena, de nuestro noviazgo hasta de temas tribales.
– Ya vera que les vas a agradar a mis padres.
– Y si no les agrado.
–No pienses eso. Sabes que eres una mujer encantadora Chloe. – Dyland me dio otro beso pero este era diferente a los demás.
Ese era un beso más apasionado. El rodeo mi espalda con uno de sus brazos y poco a poco me recostó en el mueble. El continuaba besándome, sus manos estaban paseándose por mis piernas. Algo dentro de mí se encendió, tenía que detenerlo ahora antes de que suceda algo que no quiera.
– Dyland… – dije cuando logre sepárame de sus labios para tomar algo de aire. Estaba agitada. – Yo… – Es tan trillado decir que me salve por la campana pero así fue. No había ni empezado a hablar cuando el timbre de la puerta empezó a sonar. Me sentía aliviada y me sentía tan agradecida por quien haya tocado el timbre y me libró de esta situación. Quiero a Dyland pero aun no estoy preparada para dar este paso con él.
– Voy… – grite a quien este tocando insistentemente el timbre.
Me levante del mueble para ir a abrir la puerta. Dyland se acomodó en el mueble y yo me trate de alisar la ropa y algo el pelo. Cuando abrí la puerta quede atónita ante lo que veía. Sentía que los ojos se me iban a salir de las cuencas. Esto sí que era una sorpresa.
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Es posible amar (editando)
RomanceChloe, una niña abandonada en una iglesia por las circunstancias de su familia. Tras ir en la búsqueda de su madre, Chloe sufre un accidente que le cambia la vida, despertando en un hospital sin memoria de que fue lo que le pasó. Lo único que cree r...