Sentía mi cabeza explotar. De un momento a otro veía la imagen de la iglesia en mi mente una y otra vez, una niña llorando, alguien peleando por que se iba de la casa… venían cosas en fragmentos, un coche, el hospital y mis padres.
– Lo siento pero no puedo seguir…
– Tranquila Chloe.
– Dyland… – sentía una crisis como al principio. Hacía tiempo que no me sentía así. Desde esas pesadillas todo cambio. Trate de sacar mi teléfono pero no podía. Mis manos temblaban demasiado.
– Estas bien. – dijo la señora.
– Chloe solo son mis padres. Todo está bien.
– No… ella no puede ser… – me sentía divagando.
Me sentía agitada, imágenes iban y venia de a mi cabeza. Me pare de la silla y salí como pude de allí. Escuchaba que Dyland me llamaba. Afuera con más calma logre tomar mi teléfono. Le marque a Mark pero no contestaba.
– ¿Chloe que pasa? – Demando Dyland – ¿Porque no me dices que sucede contigo? Con un demonio háblame. – el me tomo por los brazos. Se veía preocupado por mí.
– Déjame sola Dyland. – Sentí furia en mis palabras y mirada. Sentía una revolución de sentimientos encontrados. – Suéltame por favor. – le pedí. Al no hacerlo no tuve más que soltarme a la fuerza. Mi teléfono sonó y era él.
– Mark… ven por mí… por favor. – dije tratando de no romper en llanto.
– Chloe ¿qué pasa? – se escuchaba preocupado.
– Vas a venir. – le dije dónde estaba y colgué.
– Claro es eso, Mark. Acaso estas enamorada de él. Porque eso es lo que parece que ustedes están enamorados.
– Si. – le grite. –Eso es lo que quieres escuchar. Si. – antes decir esto no pude evitar reírme y llorar.
– Estas loca.
– Sí, creo que si lo estoy. – empecé a reír y caminar de un lado para otro. – No sabes quién soy. Ni yo misma estoy segura de saber quién demonios soy. Solo se mi nombre, Chloe. Odio no saber realmente quien soy.
– Por favor Chloe. – Estaba algo desesperado – que cosas dices. Tú no eras así ¿qué te sucede?
– Dyland cuando era pequeña perdí casi diez años de mi vida. Ahora después de casi trece años empiezo a recordar algunas cosas. Eso no me gusta para nada. No es posible que ella… ella sea esa mujer.
– Dyland – grito la señora Morrison.
– Mamá, lo siento.
– No tienes por qué disculparte con esa señora Dyland. Ella no… ve con tu madre Dyland.
Caroline se fue acercando a mí poco a poco. Yo cada paso que ella daba lo retrocedía. Luego sentí que la cabeza me dio un jalón y del dolor caí arrodillada al piso. Venían imágenes más nítidas a mi cabeza. Fragmentos de cosas de mi niñez con mis padres. Sentía que parte de esto ya lo había vivido. Pero ella, era esa mujer.
-Chloe. – ella me llamaba mientras me alejaba de su alcance.
-Déjame. – corrí a cruzar la calle.
Venia un auto sus luces estaban encima de mí. La bocina insistente. Volví a sentir la sensación de abandono, miedo, frio arropo todo mi cuerpo. Me sentía desprotegida y sola. Las imágenes venían sin orden alguno. Estaba recordando ese día. Mi mente empezó una revolución. Los gritos en la casa mis padres peleando por el divorcio. Mi madre me llevo de la casa. Llegamos a una iglesia y allí me deja. La persigo y está el carro… luego despierto en el hospital junto a… mis padres adoptivos.
El conductor freno a tiempo y no me paso nada. Estaba en shock por todo que caí nuevamente al piso. Sentía la mirada perdida. Escuche alguien bajar del auto y acercárseme.
– ¿Chloe estas bien? ¿No te paso nada? ¿No te hice daño? – decía una voz familiar. Yo no salía de mis pensamientos. Esa persona me saco del medio de la calle y me sentó.
– ¿Qué estás loco? Casi la matas. – escuché otra voz de hombre.
– ¿Que le paso para que este así? – demando la voz familiar. Alguien me abrazo, sentí su cálido abrazo. Me hacía sentir bien, segura.
– Chloe todo va a estar bien… -
– Suéltame, no me toques. No me toques. Déjame. – rompí en una crisis.
– Chloe tranquila. Soy Mark… aquí estoy. – dijo y me abrazo. Correspondí a su abrazo, me aferre a él con todas mis fuerzas. – No te voy a dejar.
– ¿Qué hay entre ustedes? – grito Dyland.
– No es momento para eso, no ves cómo esta Chloe.
– Si le da una crisis y tienes tú que venir a consolarla. – recrimino Dyland.
– Está no es la primera vez que la veo así.
– Le ha pasado antes… ella no me cuenta esas cosas.
– Realmente no la conoces Dyland.
– Dyland, lo siento, pero realmente esto no puede seguir. – dije soltándome de los brazos de Mark.
– ¿Que dices? Chloe no puedo creer lo que estoy escuchando.
– No quiero estar cerca de tu familia. Es todo.
– Si apenas los conoces hace unas semanas.
– Chloe... – Dijo la señora – hija.
– Usted… no se acerque a mí. No tiene derecho.
– Chloe pero soy… soy tu mamá. – todos quedaron sorprendido ante eso.
– No usted no es mi madre. Me abandono en una iglesia en la noche de mi cumpleaños. ¿Sabías que estaba bien fría esa noche? Me sacaste de la casa en contra de la voluntad de mi padre para dejarme abandonada en una iglesia. Así quieres que te perdone.
– Lo siento tanta hija.
– Señora no me diga si por favor.
– Chloe, esa no fie mi intención primeramente. Si tu padre no podía mantenernos a los tres, crees que yo iba a poder con nosotras.
– Eso es solo escusas. Solo son escusas.
– No seas así conmigo. Entiéndeme.
– No puedo entenderte. Para mi tu eres la culpable de todo. Tú tienes la culpa. – le recrimine.
– Chloe no me digas esas cosas.
– Señora, – intervino Mark – lo mejor es que la deje tranquila. Esto ya es mucho para Chloe.
– Hubiera preferido no recordar nunca lo que paso antes del accidente. Así me sentiría mejor que sabiendo la verdad.
– ¿Qué accidente?, ¿a qué te refieres?
– Chloe fue atropellada y había perdido la memoria de su vida antes del accidente hasta ahora.
– ¡Oh dios mío! Cuan mal lo has pasado. – dijo tratando de acercárseme.
– No realmente no. Mi familia me hace feliz. Ellos son todo para mí. Usted no es nadie para mí.
Dije eso y me fui al carro de Mark. Este se momento nos dirigimos a casa en silencio. Cuando llegamos al apartamento me fui a mi cuarto y allí empecé a llorar. Mark abrió la puerta y me abrazo. Permaneció junto a mí en silencio.
Sentía que el mundo se me venia abajo. Tanto tiempo queriendo saber quién soy. Y ahora ¡pum! Como por arte de magia regresan mis recuerdos de cuando era niña. Ya no sentía ganas de seguir llorando, derramando lágrimas ¿Por qué? Si no se las merecía.
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Es posible amar (editando)
RomanceChloe, una niña abandonada en una iglesia por las circunstancias de su familia. Tras ir en la búsqueda de su madre, Chloe sufre un accidente que le cambia la vida, despertando en un hospital sin memoria de que fue lo que le pasó. Lo único que cree r...