17 Conociendo a sus padres

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Ya era viernes por la tarde empecé a arreglarme para salir con Dyland. Hoy por primera vez conocería a sus padres y si quería llegar temprano tenía que hacerlo desde ahora. Gina había venido a echarme una mano. Cuando vio a Mark no pudo evitar –enamorarse a primera vista- como había dicho. Cada cosa que él decía ella lo apoyaba. Así que tenía que evitar pelearme con él frente a ella porque tendría las de perder.

Saque del armario un traje blanco con diseños plata en los hombros y una faja en el área del abdomen del mismo color. Lo combine con unos tacos plateados. Un poco de maquillaje, perfume y lista. Cuando salimos del cuarto vi la cara de Mark parecía un tonto.

– ¿Te traigo una cubeta? – le dije. El solo puso cara de disgusto.

En ese momento sonó el timbre y salí a abrir. En la puerta me esperaba Dyland, debo admitir que se veía guapo. El no espero mucho para elogiarme.

– Te ves hermosa. – dijo Dyland mientras se acercaba a darme un beso.

– Gracias. – le dije regalándole una sonrisa.

Me despedí de Gina ya que Mark se había desaparecido de la sala. Salimos de mi apartamento y nos dirigimos a su coche.

– Estoy nerviosa, por lo que tus padres piensen de mí.

– No te preocupes les vas a gustar. – dijo y me guiñó un ojo.

Todo el camino fue silencioso. Llegamos a un lujoso hotel. La camarera del restaurante nos dirigió a la mesa donde nos estaban esperando ya los padres de Dyland. La señora se me hacía algo familiar, sentía que la había visto en algún lado. Estaba nerviosa, y mi corazón estaba acelerado. Además sentía esa opresión en el pecho que me dificultaba un poco la respiración.

– Chloe estas bien. – preguntó Dyland.

– Si. – dije tratando de esconder un poco mi miedo.

– Estos son mis padres, Dave Morrison y Coraline Morrison. – dijo Dyland presentándome a sus padres. Cuando menciono en nombre de su mamé sentí que conocía a alguien muy cercano a mí con ese nombre. Pero que va, si las únicas personas cercanas a mí son los señores Willson.

– Hola. – les salude con la mano.

– Hola. - dijo el señor Morrison.

Tomamos asientos y nos entregaron la carta. Ahí fue donde clave mi mirada. Antes de empezar la conversación. Me sentía nerviosa y ansiosa.

– Ves te dije que es hermosa mi novia papá. – dijo Dyland.

– Si es hermosa. – respondió su padre. – oh y ¿cuál es tu nombre? – dijo dirigiéndose a mí.

– Oh, que tonta. Soy Chloe Willson, mucho gusto. – al decir mi nombre la señora me miró fijamente y su semblante cambio.

– Chloe… Chloe… – repetía la señora.

– Sucede algo querida. –  le preguntó su esposo algo preocupado.

– Recuerda lo… – cerro la boca para volver a decir. – Solo que tienen el mismo nombre.

– ¿De casualidad nos conocemos? – le dije a la señora.

– ¿Conocernos? – pensó unos segundos. – No creo.

– Si, se han visto en la iglesia. – intervino Dyland. – ¿Recuerda las dos veces que nos encontramos allí?

– Cierto en la iglesia donde nos conocimos.

– En la iglesia… en esa iglesia.

– Si, la pequeña iglesia cerca del – recordé mi sueño la niña en el parque con sus papás, ese era el parque de mis sueños – parque de niños.

– Ah sí. – dijo la mujer.

– Yo nunca olvidaría la forma en que nos conocimos. – dijo Dyland tomándome de la mano.

– Si… – reí recordando ese día. – Debo mantenerme alejada del peligro.

– Y eso ¿por qué? – pregunto curioso el padre de Dyland.

– Casi fui atropellada al cruzar la calle. – dije. A mi mente no tardaron en venir los recuerdos de la primera vez que me chocaron y desperté en el hospital.

– Pero gracias a mí no pasó nada. – dijo Dyland.

– Cierto y gracias. Esa vez no pasó nada grave. – le dije a Dyland aparentando estar bien.

– No entiendo, ¿tuviste otro accidente antes de ese? – dijo la señora Morrison.

– Si… eso pasó hace mucho tiempo ya. – Despertar en el hospital y no recordar nada solo tu nombre.

– Wau no sé qué decir… - dijo el señor Morrison.

– Que soy un imán para los carros. – dije riendo de mi propio chiste.

Oh por Dios si esto sigue así no sé qué podrá pasar. Este interrogatorio me tiene de los nervios. Solo falta que me pregunten mi cuenta de banco, el tamaño de ropa y zapatos que uso y cuáles son mis contraseñas en mis redes sociales y correo electrónico. Es realmente algo incómodo. Ya íbamos por el postre y la batería de preguntas no era de esperarse.

– Chloe porque nos hablas de tus padres. – dijo Dave.

– Mis padres ellos – dije y quede pensativa. – se dedican a hacer publicidad.

– Estas siguiendo sus pasos.

– En parte lo hago. Ellos no me obligan a hacer nada que no quiera.

–Vaya tienes unos padres liberales. – comento Caroline.

–No es eso. Desde que vivo con ellos siempre ha sido así conmigo a diferencia de Mark.

– Tienes un hermano. Dyland no nos había comentado nada. – dijo el señor.

–  Si es mi hermano de crianza.

– Chloe es adoptada. – soltó Dyland a sus padres.

– ¿Adoptada?

– Si y es una larga pero corta historia.

– Y se la contara otro día. – corto Dyland. – Nosotros ya nos vamos.

 Nos despedimos de sus padres y me llevo a mi apartamento sin decir más. Me dio un beso y se marchó. 

Es posible amar (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora