Jamás iba a esperar que quien tocara a mi puerta fuera él. Joder ni en mis sueños más locos terríficos se me iba a ocurrir que entre todas las personas que podían se iba a ser él, Mark.
Mark estaba aquí, estaba frente a mi puerta. Tenerlo frente a mí, me hizo sentir lo que durante estos años había creído dejar de sentir por él. Pero estaba equivocada. Esta vez me sentía con ansias de abalanzarme sobre él y unir nuestros labios. Cualquiera diría que soy una maldita zorra, con mi novio a unos pasos de mí y tengo estos pensamientos sobre mi “hermano”. Demonios este tiempo que no lo había visto le habían venido más que bien. Un carraspeo me saco de mis pensamientos, él estaba en el marco de la puerta y se veía endiabladamente sexy.
– ¿Quién es Chloe? – pregunto Dyland desde la sala.
– ¿Estas acompañada? – dijo Mark con una sonrisa. – ¿Me vas a dejar aquí afuera?
– Chloe… – escuche a Dyland ya en mi espalada. – él es…
– Entra, no te quedes ahí. – logre decir.
– Dyland él es Mark, mi hermano. – Empecé a hacer las presentaciones – Mark, él es Dyland.
– Su novio. – dijo mientras le tendía una mano a Mark. Este no muy contento correspondió al saludo de Dyland.
– ¿Recuerdas que te hable de él? – dije dirigiéndome a Dyland.
– Si, recuerdo muy buen.
– ¿Interrumpía algo? – pregunto Mark.
– ¿Qué haces aquí? – le conteste con otra pregunta.
– Estoy de visita en California. Claro como mi hermanita vive acá pensé en quedarme unos días con ella. Así me ahorro tener que pagar un hotel. ¿No crees?
– Claro, me hubieras avisado antes que venias.
– ¿Por qué? ¿Por él? – inquirió. – Ya ves no me perdí.
– Chloe, hablamos después. – dijo Dyland levantándose del mueble.
– Cierto que haces en casa de mi hermana estas horas de la noche. – demando Mark.
– Cállate quieres. – espete antes de que Dyland dijera algo.
– Esta bien Dyland, el viernes. – lo acompañé a la puerta y nos despedimos.
– ¿El viernes? ¿Qué hay el viernes?
– Voy a conocer a sus padres.
– Oh, tiene una relación así de formal que ya vas a conocer a sus padres.
– Yah~ como es que después de tres años vienes así, de la nada. Sin siquiera avisar. Porque lo pudiste haber hecho. Fuiste tú quien se quedó molesto. Yo trate de mantenerme en contacto contigo pero tu… – no pude terminar de hablar había empezado a llorar por coraje y frustración.
– Chloe lo siento, no fue mi intención hacerte esto. – fue y me abrazo.
No me resistí a sentirlo cerca de mí. Su pecho estaba fuerte, su perfume me embriagaba. Se sentía tan bien estar otra vez entre sus brazos. No era igual que abrazar a Dyland, estar en los brazos de Mark era diferente. Se sentía mágico, hacía que mi corazón latiera a toda prisa, que se me cortara la respiración y sintiera las típicas mariposas en el estómago. Permanecimos así unos minutos hasta que él empezó a hablar.
– Trate de olvidarte, “hermanita”. – hizo una pausa – Pero ya ves que no pude. Esto que siento no lo puedo controlar. Intente enamorarme de otras personas pero mis pensamientos siempre volvían a ti. Mis padres se dieron cuenta que algo pasándome y les confesé algunas cosas.
– ¿Que? Ellos saben que… – volví a llorar. Ahora siento que he defraudado a mis padres.
– No saben que eres tú. – trato de tranquilizarme. – Voy a luchar por tu amor Chloe. ¡Te amo!
– Lo nuestro no puede ser… nos han criado como hermanos.
– Pero NO eres mi hermana.
– Piensas que esto no les haría daño a ellos.
– ¿Y nosotros que?
– Nosotros no tenemos un futuro.
Esa noche dormí en brazos de Mark. Nuestro amor era uno que no podía ser, por respeto a las personas que me criaron.
Tres días después el ambiente en el apartamento eran tensos. Dyland tampoco hacia las cosas fáciles. Sentía que estaba en medio de una guerra o algo así. Mark regresaría a Virginia dentro de una semana. Solo pensaba en que esa semana pasara.
– ¿Cuándo se va? – pregunto Dyland algo molesto.
– En una semana. ¿Por qué? – dije curiosa.
– No me gusta que se esté quedando contigo.
– Por Dios Dyland, que cosas dices. Es mi hermano.
– Ustedes no son hermanos Chloe.
– Dyland… –me interrumpió.
– No me gusta la forma en que te mira.
– ¿Estas celoso? – dijo a mis espaldas. – Mi hermana está bien hermosa, ¿verdad?
– Mark. – dije algo seria. – Ya basta los dos y pónganse a comer.
Ambos asintieron y siguieron mi orden. Cuando habíamos terminado los mande a los dos a que lavaran los trastes. Ese era su castigo, si no es que sale uno volando por la cocina. Mientras ellos se encargaban de eso me fui a la sala a ver televisión. Me quede pensando que ya pronto se acercaba el día en que conocería a los padres de Dyland. Eso me ponía algo nerviosa.
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Es posible amar (editando)
RomanceChloe, una niña abandonada en una iglesia por las circunstancias de su familia. Tras ir en la búsqueda de su madre, Chloe sufre un accidente que le cambia la vida, despertando en un hospital sin memoria de que fue lo que le pasó. Lo único que cree r...