27 Romance fugaz

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Habían pasado varios días y todo seguía igual, o peor. A la verdad para mí era lo mismo todos los días. Teníamos que buscar la forma de salir adelante un día. Tuvimos que dejar el hotel y buscar otro sitio donde quedarnos. El dinero efectivo que le quedaba a Mark se estaba terminado. No tuvimos más opción que ir a una casa de empeño y vender su teléfono. Así como el collar que me había regalado por mi cumpleaños años atrás. En estos momentos lo que necesitábamos era dinero. Y aunque Mark se pasaba viendo el periódico buscando trabajo, no encontraba nada que le gustara. Nosotros tratábamos de ser fuerte de aguantar algo de la situación, pero era difícil.

Desde que nos habíamos ido de la casa habían pasado dos semanas. Esta noche la pasaríamos otra vez en un motel. Era el único lugar que nos podíamos permitir pagar sin quedarnos con un hoyo en el bolsillo y salía más económico.

– Todo se va a solucionar pronto. – le dije.

– Si, solo tenemos que esperar un poco más.

– Un poco más. ¿Cuál es la diferencia de ayer, antier, de los otros días? – le recrimine.

– Chloe.

– Nada. Por mi te despidieron de tu trabajo.

– Tú no tienes que ver con eso, entiéndelo.

– Si no hubieras venido conmigo esto no estaría pasándonos.

– ¿Te estas arrepintiendo de que estemos juntos? – dijo algo dolido.

No me sentía así ni cuando me fui a Reino Unido hace años. Esta vez era diferente, éramos dos contra el mundo. Sus amigos le dieron la espalda, sus padres también, no tenía un empleo y nos resultaba difícil encontrar uno. ¿Tan mal era que nos amaramos?

 Desperté con los rayos del sol entrando por las rendijas de la ventana. Mark aún estaba dormido junto a mí. Se veía tan hermoso así, como si estuviera ajeno de la situación que nos consumía. Me puse a pensar de qué forma podía arreglar esto. Pero no encontraba como. Además no quería que Mark se prive de su vida por mi culpa. Tenía que buscar la manera de solucionar esto. Si es que no lo empeoraba. Me pare de la cama con cuidado de no despertarlo. Me arregle y antes de salir le deje una nota.

Estaba decidida en lo que iba a hacer. No podía echarme para atrás. Tenía que mantenerme fuerte. Me encamine a donde tenía que ir, donde creo, que pueda solucionar las cosas. Iba para la casa de Mark. La casa de mis padres adoptivos. Cuando llegue a la casa toque el timbre y espere a que abrieran.

– No eres bienvenida en esta casa. – dijo Nina cuando me vio.

– Yo… lo siento. Lo siento mucho sinceramente. No quería causarles tanto dolor, no quería traicionar su confianza y su amor. Pero nos enamoramos.

– Vete de mi casa, antes de que llame a la policía. – amenazo.

– Amo a su hijo y no quiero verlo que sufra por mi culpa.

– ¿Quién es? – dijo Daniel acercándose a la entrada.

– Es mejor que te vayas. – demando Nina.

– Dale la oportunidad de hablar. – refutaba él. – Entra Chloe.

Entre algo nerviosa a la casa donde tantas veces entraba y salía. Nos dirigimos a la sala.

– Chloe, ¿Qué fue lo que realmente paso? – pidió saber Daniel.

– Yo te dije lo que paso. – Grito Nina. – Ella engatuso a nuestro hijo.

– Cariño por favor…

– Mark y yo estamos enamorados. Él me estaba diciendo lo que sentía por mí. Yo tenía miedo que mamá nos viera a él no le importo y… nos besamos. Luego paso lo que paso.

– Están enamorados… - decía más para el que para nosotros. – Yo quiero que sean felices. Ustedes son personas libres de escoger a quien amar.

– ¿Qué demonios estas diciendo? – grito Nina.

– Querida, ellos son adultos.

– Yo no estoy de acuerdo. No lo voy a permitir. – Nina estaba furiosa.

No era nada estarlo si tenía frente a ella a quien crio como una hija y la traicionaba de esa forma. Enamorándose de su hijo. Pero quien manda en el amor. El amor llega inesperadamente y de quien menos esperas. Que yo haya tenido la mala suerte de que fue su hijo. Quien es, digamos que mi hermano adoptivo. Pero nos enamoramos eso no había forma de cambiarlo.

– Por eso es que vine. No le den la espalda a Mark. – me dirigí a Nina. – él no se lo merece, tener que sufrir por estar conmigo. Lo amo tanto que me duele verlo así por mi culpa.

– Chloe que estás pensando hacer. – pidió saber Daniel.

– Yo lo quiero dejar ser. Es mejor que me vaya. – me despedí únicamente de Daniel ya que Nina se había ido de la sala.

– Espera – dijo mientras se desaparecía en el estudio. Cuando regreso me estaba entregando un sobre. – Tómalo.

– No, está bien.

– Ustedes lo necesitan. – cogí el sobre sin más. – No duden en pedirme ayuda.

– Gracias. – dije mientras me iba. Ahora iba a buscar a Mark.

 Al entrar al cuarto del motel, Mark no estaba en la cama se estaba duchando. Aproveche ese momento para ver el contenido del sobre. Lo saque de mi cartera y lo abrí. Dentro se encontraban varios fajos de billetes y un celular. Para ser más exactos mi celular. Devolví todo a mi cartera ya Mark iba a salir.

– Hey, preciosa. – dijo acercándose a darme un beso. – ¿Dónde estabas?  

– Buscando algún trabajo. – mentí.

– ¿Y? – pregunto. Le respondí moviendo la cabeza.

Ya era de noche cuando regresamos al cuarto. La tarde la habíamos pasado en una especie de cita. Dimos un paseo por el parque, comimos helados, reímos y soñamos un futuro. El cual estaba lejano. Yo quería hacerlo feliz por unas horas más. Entregamos nuestros cuerpos siendo un solo ser.

Mark quedo dormido a mi lado. Yo me quede unos minutos más en la cama sintiendo su calor. Solo espero que algún día me perdone por lo que voy a hacerle. Yo le he hecho más daño que cualquiera. Me pare de la cama y me vestí. Busque en mi cartera el sobre cogí unos cuantos dólares y lo demás se lo deje a él. Me duele el corazón, pero siento que tenía que hacerlo. Vivimos una ilusión que no puede hacerse realidad. Antes de marcharme le deje una carta.

 – Lo siento. – le susurre cuando me aleje de su lado.

Volví a escapar de los problemas no quería seguir así. Lo que necesitaba en mi vida era la estabilidad que poco a poco fui perdiendo. Yo misma no sé qué es lo que quiero realmente. No sé muy bien que es lo que deseo. Siento que soy una cobarde al dejar así a Mark, pero estar juntos nos iba a traer más problemas de los que ya teníamos.

Él al menos tenía a donde volver en cambio yo, ¿que tenía yo? Nada. A pesar de todo no tenía nada y no sabía en quien poder confiar. Mark aunque lo ame con todas mis fuerzas tengo que dejarlo ir. En eso consiste el amor. Si tanto lo amas no le hagas daño.

 Lo ilusione con lo que sentía para dejarlo así, sin más. Él es un buen hombre y se merece a una mujer que si lo pueda hacer feliz, alguien que pueda cuidar de él, alguien que su madre adore. Yo lamentablemente no puedo hacer nada de eso. En otras circunstancias, ¿podríamos haber estado juntos? ¿Que nos impediría estar juntos? ¿Su familia? ¿El estatus social? Esto era un amor no destinado. Ambos cometimos un error al fijarnos el uno en el otro desde ese momento. Por más que pusimos tiempo y tierra de por medio, era inevitable dejar de sentir lo mismo. Siento que muero, al hacerle esto. Pero es lo que considero lo mejor. No quiero que por mí se pueda arrepentir de todo lo que dejo atrás. Aunque ya me estoy arrepintiendo de haberlo dejado. De no luchar junto a él. 

Es posible amar (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora