Me sentía tan feliz de estar otra vez en casa. Estaba junto a mis padres, ¿Qué más podía pedir? ¿El corazón de Mark? Si pudiera, egoístamente lo hiciera, sin importarme lo que pasara.
En la tarde preparamos un picnic en el patio de la casa. Mis padres se veían tan contentos, porque estaban sus dos hijos en casa. Mark al poco tiempo de yo irme él también se había ido. Mis padres debieron haber sufrido mucho durante esos dos años y yo… yo nunca me puse en contacto con ellos. Nina y Daniel tienen tanta paciencia para tratar con nosotros que de una forma somos como unos inadaptados sociales. En un momento estamos aquí y el en otro allá. No nos manteníamos en un lugar fijo, siempre buscando para donde ir.
– Mark, ¿tienes una novia por ahí? – interrogo Nina. – ¿Por qué no piensas casarte?
– ¿Casarme? Aun soy joven. Mi corazón ya le pertenece a alguien. – confeso. – Porque no le dicen a Chloe que se case mejor.
No pude evitar ahogarme al escuchar esto último.
– ¡¿YO?! No, no… tú eres más viejo. – puse cara sorprendida – Mark, te están saliendo canas. – y le jale el pelo. Todos nos echamos a reír y Mark estaba sobándose la cabeza.
– Mis niños. Ya pronto cada uno hará su vida y nos dejaran de lado. Tendrán sus familias y vendrán a vernos cuando se acuerden de que existimos.
– ¡Mamá! Yo no pienso olvidarme de ustedes. Además, tengo planeado quedarme aquí por siempre. Junto a ustedes.
Pasamos una tarde agradable entre bromas y pláticas del futuro. Hablando de cosas que quizás pasen. Me sentía completa. Hasta semanas después. Todo cambio, no sé como pero no era como antes.
– Chloe… – dijo Mark mientras me agarraba del brazo. – Mientras estuvimos lejos… me di cuenta de que realmente te amo. – dijo esto tomándome por sorpresa. El aún sigue sintiendo amor por mí.
– Mark… yo…
– Te amo, Chloe y nada va a cambiar lo que siento por ti.
– Mark creo que estas confundido.
– No, estoy muy claro y sé que tú también sientes lo mismo. – se acercó a mí y deposito un beso en mis labios. – No quiero seguir ocultando lo que siento por ti. Cada segundo que estoy lejos de ti siento que muero.
– Mark… – no termine de decir. A mis espaldas se escuchó algo romperse.
En ese instante sentí que se me salió el alma del cuerpo, la sangre se me había escapado, había detenido la respiración. Me quede casi petrificada, cuando gire la cabeza a ver que paso. Ella estaba allí. Nina nos vio, nos escuchó.
Mark esta pálido al igual que nuestra madre, su mamá, mi madre adoptiva. Ella estaba allí parada con la vista perdida y los ojos vidriosos. Sentía el aire tenso, por la situación en la que nos cogieron. Me sentía tan mal, traicione la confianza de quienes me habían traído a su casa a formar parte de su familia. Ahora estoy con un nudo en la garganta y me es inevitable llorar. Mark, está ahí consolándome como en muchas ocasiones ha hecho. Juntos fuimos a encontrarnos con ella. A aclarar la situación, que tonto, más claro no estaba.
– Mamá… – no tuvimos que ir lejos. Ella se encontraba en la sala. – Mamá, lo siento. – dije mientras salían lágrimas de mis ojos.
– Mamá, por favor no es para tanto. – dijo Mark.
Ella no respondía, solo nos veía como si estuviera descifrando algo. Duramos unos minutos así hasta que finalmente profirió palabra.
– Mark, Chloe ¿desde cuándo? ¿Por qué? ¿Cómo es posible? – estaba confundida. – Mark ella es como tu hermana. Y tú ¿cómo nos hiciste eso? – dijo señalándome.
– Sea como sea Chloe NO es mi hermana. – replico Mark dando énfasis al no.
– Mamá yo…
– Te dimos un techo, una familia, todas las cosas de las que carecías en ese momento. Te sentía como una hija ¿porque me haces eso? Enamorarte de tu hermano. – dijo limpiándose las lágrimas con el dorso la mano. – No lo acepto. No, no y no.
– No tenemos culpa de habernos enamorado, madre. – dijo Mark.
– Mamá lo siento. – dije casi en suplica.
– No me llames mamá. Ya no te considero como una hija, como mi hija. – dijo esto y se fue escaleras arriba.
Sentí que me habían atravesado el corazón en repetidas ocasiones. Ahora ¿qué iba a hacer yo? Siento que no tengo un camino, un sentido. Toda mi vida es una tragedia, una desgracia sin final. Pasados unos minutos Nina volvió a bajar, se veía molesta.
– Chloe… Thompson. – al escuchar ese tono me asusté. Ella nunca me había llamado así. – Lo mejor es que busques un lugar donde quedarte. No te quiero en esta casa.
– Mamá, como puedes decir eso. – intervino Mark.
– Esta es mi casa. En mi casa yo hago lo que quiera. Si digo que se tiene que ir, se tiene que ir.
– Bien. Eso es lo que tú quieres. Entonces yo me voy con Chloe. – amenazo Mark.
– ¿Qué es lo que estás diciendo? – le recrimine a Mark.
– Lo que escuchaste.
– No, no tienes que hacer eso. Esta es tu casa, con tus padres. Está bien que yo me vaya. – mire a Nina quien estaba al pie de las escaleras. – Al fin de cuentas solo soy una recogida que trajeron a esta casa.
– Sí, tienes toda la razón. Eres una recogida. – dudo al decirlo. – Entraste a esta casa sin nada… y así mismo saldrás. – mentiría si digo que no estaba asustada en todo el tiempo que la conocía nunca había visto este lado de ella. Se veía que sentía tanto rencor hacia mí.
– Bien... – dije mientras me dirigía a la puerta.
– Chloe, espera.
– Tú… – dijo señalando a Mark. – No pongas un pie fuera de esta casa. – amenazo. – Si no… te olvidas de que tienes madre.
Mark la tenía difícil también. Medito las palabras que su madre le había dicho.
– En algún momento tengo que luchar por lo que quiero y en este momento eso es Chloe.
– ¡No! – le dije sobresaltada. – Tú no le hagas esto.
– Chloe, yo te amo.
– No quiero que vengas conmigo. Mark, no arruines tu vida por mí. – sea como sea tengo que decirle, aunque me duela. – Yo… no siento lo mismo por ti.
– ¿Qué?
– Yo NO te amo… Mark, no te amo. – Le repetí varias veces. Su cara cambio, sus ojos se veían más triste y acuosos. Pero tenía que hacerlo. No quería que el dejara a su familia por mi culpa.
– Ya ves hijo, esa mujer no siente nada por ti. Porque no vienes a la casa. – trato de convencerlo.
Yo tome camino hacia la calle. Mark venia de tras de mí. Podía distinguir los gritos de Nina llamándolo histérica.
– Chloe, detente. No te vayas. – gritaba a mis espaldas Mark.
Yo seguía corriendo, corriendo. Hasta que encontré un atajo y me quede ahí un rato. No me había dado cuenta del frio que estaba haciendo. Había olvidado aunque sea coger un abrigo. Espere unos minutos allí para luego empezar a caminar sin rumbo hasta que llegué a un parque. Me senté en uno de los bancos y me puse a pensar en la última hora. Me sentía horrible. Todo paso tan rápido. La burbuja se rompió.
Busque en los bolsillos de mi pantalón a ver si tenía algo de efectivo pero no tenía ni un centavo. Tampoco traía mi celular y si lo tuviera ¿a quién iba a llamar? Sentía que el mundo se me venía abajo en tan poco tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Es posible amar (editando)
RomanceChloe, una niña abandonada en una iglesia por las circunstancias de su familia. Tras ir en la búsqueda de su madre, Chloe sufre un accidente que le cambia la vida, despertando en un hospital sin memoria de que fue lo que le pasó. Lo único que cree r...