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Desiree

Observé con una sonrisa mientras Dark Passion era entrevistado por el DJ de una estación de radio local.

—Entonces, Matheo, recibimos muchas preguntas sobre algunos de tus tatuajes. Me preguntaba si nos podrías decir que representan los tres caramelos en  tu antebrazo.

Matheo sonrió hacia mí y levantó su brazo sobre el mostrador enfrente de él para mostrarle su tatuaje al DJ.

—El grande de aquí es por mi chica. Cuando comenzamos a salir ella me recordaba a un dulce, era tan buena y de una bella tez bronceada, así que comencé a decirle caramelo. Todavía le digo así. Los dos chicos son por mis dos hijas. Ambas son tan hermosas como ella.

—Caramelo, ¿eh? —preguntó el DJ —. Es una maravilla que no se derrita en este calor—Rió.

Los ojos de Matheo encontraron los míos a través de la habitación y el amor que vivía ahí brilló. El lado de su boca se elevó en una sonrisa experta.

—Bueno, hemos pasado por lo más profundo de infierno para estar juntos. Si ella no se ha derretido todavía, no creo que alguna vez lo haga.

El DJ se rio con fuerza.

—¿Quieres apostar? —dijo a la vez que sus ojos se iluminaban con un tinte rojo.

El cuarto se llenó de fuego. Los chicos de la banda se dividieron en direcciones opuestas, intentando escapar. Yo me encontraba al otro lado de la salida, inmóvil por el miedo.

En vez de escapar, Matheo corrió a través del cuarto hacia mí. Todo comenzó a moverse en cámara lenta mientras le gritaba que se ponga a salvo. No me escuchó y antes de poder lograrlo, el fuego lo consumió. Sus gritos resonaron a través del cuarto y perforaron mis oídos.

Mis piernas se sintieron repentinamente débiles, y cuando bajé la mirada, todo lo que pude ver fueron mis vaqueros goteando de mi cuerpo. Mi piel le siguió mientras se volvía en una masa espesa en el suelo.

Me estaba derritiendo.



...




Me senté abruptamente, revisando mis brazos y piernas para asegurarme que seguían allí. Lo hacía cada vez que despertaba de mi pesadilla sobre derretirme, y aunque sabía en el fondo de mi mente que no era real, no podía deshacerme de la sensación que mis piernas iban a desaparecer cuando despertara.

La habitación desconocida rodeándome estaba tenuemente iluminada. Paredes de suave verde salvia se cerraban sobre mí y el aroma a colonia de hombre flotó alrededor de mí. Aunque la habitación era extraña para mí, la colonia la conocía demasiado bien. Como si se tratara de un incienso relajante, inhalé el ligero aroma y suspiré. Obviamente estaba entrando a otro sueño y estaba completamente bien con ello.

Permitiendo a mi cuerpo que se relajara en el colchón esponjoso, inhalé más hondo el aroma masculino. Esta concreta colonia siempre me recordaría la paz que había encontrado en los meses finales antes de mudarme. Sería un recuerdo de él.

Me estremecí cuando una pesada mano aterrizó sobre mi estómago y me atrajo de lado. Seguí el brazo hasta que mis ojos se fijaron en el diminuto caramelo tatuado en el interior de su antebrazo. Tomando una inhalación honda y tranquilizadora, apoyé mi cabeza contra la almohada acolchada y sonreí para mis adentros.

Ahí es cuando noté mi estado físico. Mi cuerpo permanecía con los efectos de la noche anterior. Mis muslos internos estaban magullados, pero de una buena manera, y los músculos de mi estómago tiraban como si hubiera pasado la noche haciendo abdominales. Había un ligero palpitar alrededor de mí que enviaba pequeñas corrientes de felicidad a mis lugares más profundos. Se sentía increíble. Se sentía impresionante.

Basta con pedir un Deseo? (Dark Passion 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora