No estaba seguro cuándo me volví un loco celoso, pero se sentía como si todo en lo que pudiera pensar era que mi Caramelo me iba a dejar por alguien más.
Era más que probable que tuviera que ver con el hecho de que sin importar lo que ella dijo, constantemente sentía que me estaba ocultando algo. Era uno de esos presentimientos que todo el mundo siempre decía que nunca deberías ignorar. Seguí calmándome con que ella nunca haría algo así. No era mentalmente capaz. Todavía tenía problemas con cualquiera que no fuera Jair o yo tocándola, pero cosas extrañas sucedían.
En el único momento en que estaba bien con el contacto físico era en el campo de fútbol e incluso entonces apenas era tocada. Seguí con esa discusión interna fuerte en mi mente, pero el maldito demonio en lo recóndito de ésta seguía recordándome que Desiree me había permitido la entrada a su mundo; ¿Por qué no le permitiría a alguien más ese lujo? ¿Por qué no se lo permitiría a alguien que valiera más la pena?
Seguí manteniéndome ocupado mientras se encontraba en clases. Me había convertido en su pequeña sirvienta y hasta que pudiera regresar al trabajo, estaba completamente de acuerdo con eso. Me aseguraba que la casa estuviera abastecida de alimentos y cocinaba algo nuevo todas las noches. No podía creer cuánto disfrutaba de verdad con cocinar. La colada siempre estaba lista y el apartamento siempre estaba limpio. Cuanto menos tuviera que preocuparse sobre la casa, mejor.
Ella no lo sabía, pero incluso había comenzado a cubrir sus cuentas. Estaba demasiado ocupada con la universidad y el fútbol para darse cuenta que estaba recibiendo los avisos de tardanza y no dije nada. Era lo menos que podía hacer y me gustaba ocuparme de ella.
Por primera vez en mi vida, podía ver un futuro real con Desiree. Uno lleno con anillos y bebés, cosas que nunca se me habían pasado por la mente antes.
La idea de hacer a Desiree mía de todas las maneras me dio un sentimiento de satisfacción que nunca pensé que la palabra matrimonio me daría. Pero esos pensamientos eran para después; un tiempo cuando regresara con la banda y ella acabara la universidad.
Me detuve en el estacionamiento afuera de la última clase de Desiree y esperé hasta que fue la hora en que saliera. Me recliné en mi asiento y escuché la radio. Estaba empezando a nublarse, y esperaba que se largara una tormenta pronto. No quería que ella tuviera que caminar a través de estacionamiento bajo la lluvia, así que moví el auto más cerca del edificio. Le resultaría difícil verme aquí, pero podía acercarme y llegar a ella una vez que la viera salir.
La lluvia llegó rápido y pronto había tanta agua cayendo por las ventanas que todo afuera estaba borroso. Los árboles se mecían en el viento mientras la gente corría a sus autos y se movía a ponerse en abrigo.
No pasó mucho hasta que vi sus rizos castaños rebotando por la puerta del edificio. Arranqué el auto para acercarme, cuando el tipo alto de la fiesta corrió hasta ella con su paraguas.
Ella se apretujó bajo el paraguas y le tomó la mano. Comenzaron a hablar y vi su cabeza ir hacia atrás mientras se reía de algo que él dijo.
Casi detuve el auto y corrí hacia él. Si eso no le hiciera daño a Desiree también, juro que lo haría. Él se parró junto a ella por unos segundos más y luego se dio la vuelta y se alejó mientras me detenía junto a la acera.
Ella no desperdició tiempo subiéndose al asiento del copiloto.
—Oh, Dios mío. ¡Estoy empapada! —Se rio y tiró de sus ropas.
—Apuesto que lo estás. ¿Es eso lo que él hace? —Salí del estacionamiento y aceleré por la calle hasta el apartamento.
¿Qué pasaba con el malnacido que no me agradaba? No había hablado con él ni un solo día de mi vida, sin embargo, había algo que no podía darme cuenta qué era que me daba la sensación de que no era un buen tipo. No quería a Desiree cerca de algo que era malo. Bueno, nadie excepto yo.
—Por favor, no comiences con eso, Matheo. Te lo dije ya, estoy tratando de engancharlo con April. —Suspiró molesta.
—Entonces por qué estaba tocándote. Lo vi agarrar tu mano y no lo apartaste. No me gusta ver a otros tipos tocándote.
Lo detestaba. Me hacía sentir como si todos mis huesos se estuvieran rompiendo a la vez, y quería arrancarle la mano y alimentarlo con ella.
—Estrechó mi mano. No fue nada importante. Tienes que dejar de preocuparte, Matheo. No voy a ninguna parte. Estoy contigo. Eres la única persona que tiene permitido tocarme. Lo prometo. Tienes que comenzar a confiar en mí. Hasta que te dé una razón para no hacerlo, me merezco esa confianza.
Ella parecía a punto de llorar, y estaba tan confundido mentalmente que no sabía qué hacer. Escuchaba lo que me estaba diciendo, pero también sabía lo que mi instinto me decía. Estábamos en completo desacuerdo entre sí. No podía quitarme la sensación de que me estaba ocultando algo y todo lo que hacía era despertar mis celos.
Reduje la velocidad del auto y ella alargó la mano y tomó la mía, dándole un apretón. Me sentí como un tonto. Sabía en mi interior que Desiree estaba escondiendo algo, pero me haría el tonto por ella. Y si por alguna razón descubría después que ella estaba haciendo algo con ese pedazo de mierda con el que la seguía viendo, lo mataría. Fin de la historia.
Preciosxs, como están? Todo bien?
Quien creen que esta de vacaciones en la universidad y escribirá más, pues sí, yo.
Entonces que dicen, leerian un libro de Hugo?
No olviden votar si les gusta la historia y pueden comentarme alguna cosa por comentarios sobre que tal les va pareciendo todo y si creen que Matheo es tonto por no ver lo que pasa con Dess.
Y agradecería mucho recomendaran esta historia 💕
ESTÁS LEYENDO
Basta con pedir un Deseo? (Dark Passion 2)
Teen FictionEn ocasiones lo que parece un final feliz es el comienzo de un camino que será realmente difícil. Aunque su hermanito y su tía creen que Desiree debería buscar ayuda profesional para lidiar con los demonios del pasado, ella cree que lo único que nec...