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Matheo

La semana siguiente, Desiree y yo nos íbamos a juntar con April y unas cuantas de sus amigas en un club. No me gustaban mucho los clubes, pero Desiree parecía emocionada por ir y me rogó que la acompañara. Tenía problemas negándole algo, así que me senté en el sofá y esperé mientras se vestía.

Pasando a través de los canales con el control remoto del cable, me perdí en un programa de arreglo de un auto en uno de los principales canales.

Actualizar el cable de Caramelo fue una de las mejores cosas que hice. Uno puede resistir mirar noticias hasta determinado punto antes que comience a odiar al mundo a su alrededor.

Alcé la mirada cuando escuché la puerta de la habitación abrirse y mi boca se abrió. Se veía tan jodidamente sexy que casi fui hasta ella, la arrojé contra la pared, y enterré mi polla directamente en ella allí mismo. Su cabello estaba suelto y rizado, el frente apartado, dando un claro vistazo de su precioso rostro. El poco maquillaje alrededor de sus ojos hacía a sus irises marrones resaltar.

Su cuello desnudo daba lugar a un escote profundo. La idea de poner algo bonito alrededor de su cuello llenó mi mente. Me aseguraría de remediar eso tan pronto como estuviera solo de nuevo. Nunca antes había comprado joyas para una chica, pero con Desiree había hecho mucho que nunca antes había hecho. No podía esperar a conseguirle algo especial.

Tenía un vestido de un suave azul que era bajo y corto. Sus largas piernas bronceadas estaban suaves y brillantes, y sus bonitos pies estaban cubiertos por un par de tacones con tirantes plateados. Mis ojos se movieron de su cabeza a pies, y no pude evitar sentir satisfacción al saber que era toda mía.
Sonrió hacia mí y avergonzada se dio una palmadita en el cabello y alisó su vestido.

—¿Me veo bien?

Bien no era una palabra que usaría para describir la manera en que se veía.

—No —dije simplemente.
Su rostro se entristeció y dio la vuelta para regresar al cuarto.

—Te ves sexy.

Esperó un momento y se dio la vuelta para enfrentarme nuevamente.
Me levanté del sofá y fui hasta ella. Rodeando su cintura con mis brazos, acerqué su cuerpo al mío.

—Ya estoy duro con tan solo mirarte. —Pasé mis dedos bajando por su cuello.

Alargó la mano entre nosotros y agarró mi polla como si no me creyera. Cerré mis ojos ante la sensación de su mano ahuecándome. Presionando mi cadera, me empujé contra su palma. La deseaba. Deseaba subir ese vestido hasta su cintura y follarla hasta que gritase mi nombre.

Comencé a empujarla lentamente contra la pared. Me sonrió y no me detuvo. Dolor me atravesó la mano cuando la levanté, pero lo ignoré. Rodeó mis caderas con sus piernas mientras comenzaba a subir su vestido. Las bragas negras que usaba debajo me hicieron endurecer más.

—¿Me deseas? —pregunté mientras empujaba a un lado sus bragas y pasaba mi dedo a través de su clítoris.
Ya estaba mojada y lista. Me encantaba tener el mismo efecto sobre ella que tenía sobre mí.

—Sí —susurró contra mi mejilla antes de comenzar a succionar suavemente mi cuello.

Deshice rápidamente mi cinturón y comencé a desabotonar mis vaqueros. Prácticamente podía sentir su calor rodeándome. Empujé mis vaqueros alrededor de mis caderas y me preparé para mover mis boxers. Todo se detuvo cuando un golpe fuerte sonó en la puerta.

—¡Apresúrense! Las chicas están esperando en el auto y no estoy para nada contenta con estar esperando aquí sola —llamó April a través de la puerta antes de golpear un poco más.

Basta con pedir un Deseo? (Dark Passion 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora