𝐇𝐄𝐋𝐏 ── steve rogers [𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀]

→𝐆𝐎𝐎𝐃𝐁𝐘𝐄

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CHAPTHER SIXTEEN:
→𝑮𝑶𝑶𝑫𝑩𝒀𝑬

Amber sonrió de lado y cubrió su rostro con su mano, giró sobre su cuerpo y se volvió a tapar con la sábana.

—Hey, dijiste que te despertara.—Steve estiró su mano y tiró de la sábana, Amber comenzó a reír y escuchar su risa hizo que Steve también sonriera.

Llevaba años estando ocupado en su vida como Vengador que había ignorado el cómo se sentiría despertar junto a una mujer.

Al ver que Amber no daba señales de querer levantarse, Steve se acercó a ella y le dio un beso en la única parte que no estaba cubierta con la sábana, sus cabellos rubios.

—Levántate Amber, no seas perezosa.—Amber sonreía porque ella se había levantado antes que él y pudo darse un  lujo estando un buen rato observando a Steve dormir.

Se lo veía tan tranquilo y relajado, también muy tierno.

—Pareces mi mamá cuando me levantaba para ir a estudiar.

—Bien, en ese caso me iré ahora, dado que no te quieres despedir se mi.—Steve se levantó cuándo Amber se sentó rápidamente sobre la cama, el acto la mareó un poco.

—Estoy despierta, estoy despierta.—dijo la rubia.—Buenos días.

Aunque Steve estaba con los nervios de punta por la misión que tenía aquel día, no demostraba su temor frente a Amber, ni siquiera estaba seguro de si volvería porque jamás había estado en el espacio y mil cosas podrían salir mal.

Pero aún con todos los temores, se encontró diciendo:—Buenos días querida Amber, ¿cómo dormiste?

—Muy bien, ¿y tú Capitán Rogers?

—Ya nadie me dice así, pero dormí bien.—no le comentó que había dormido bien porque ella había estado a su lado, dándole la tranquilidad que él necesitaba.

—Yo te diré así, se escucha bien.—Amber se quitó el resto de la sábana que aun tenía encima para ponerse de pie, Steve la vio unos segundos y apartó la vista rápido, lo único que se veía de más en ella eran sus piernas con la camiseta que tenía, pero él no la miraría de otra forma.

—Yo... saldré hasta que estés lista.—fue lo único que dijo y salió de la habitación dejando a Amber sola.

La rubia por su parte se dio una corta ducha, no quería tener a Steve esperando, aunque tampoco sabía a que hora es que se iría, porque cuándo chequeó la hora en su celular eran recién las seis de la mañana.