|38| Horas

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Antonia Salvatore

Pase toda la noche despierta junto a mis dos hijos en la sala de estar, esperando que puedan abrir los ojos pero fue en vano, solo veia como se movian y respiraban con dificultad.

Renuncie a llamar a cada uno de los Originales ya que nisiquiera leyeron los mensajes que les escribi y mucho menos atendieron mis llamadas, ya me canse de hacerlo y acepte que en este momento, no le importa dos de sus tres sobrinos y mucho menos su hija.

Mi unica opcion fue llamar a mis hermanos, que por suerte atendieron mi llamada luego del primer tono y agradezco que ambos aceptaran venir hasta Carolina del Norte. Llegaron a nuestra casa a las dos de la madrugada, pero pudieron venir sin importarles la hora.

Tanto Stefan como yo intentamos entrar conectandonos por el vinculo de mellizos pero fue en vano, seguimos sin ser bienvenidos en la cabeza de mi hija, tambien probamos por entrar en la de Dionisio pero no dio resultado.

Solo lo intentamos dos veces porque segun Stefan, estamos alternando algunos cambios dentro de la cabeza de Lucrecia con ellos dos dentro, algo que no pude comprender mucho pero decidi hacerle caso, es mejor prevenir que curar.

Eramos tres Salvatores con dos niños Mikaelson en un trayecto de coma magico y una niña en el piso de arriba durmiendo.

¿Donde estaba Niklaus en todo esto? Estaba afuera en el bosque, vigilando el perimetro durante toda la noche para que nadie pueda venir a lastimarnos. Como lo estuvo haciendo en todo el dia de ayer y hoy mismo, vuelve a ser lo mismo.

Estiro mi mano tomando el vaso de vidrio con bourbon que mi hermano mayor me entrega y le agradezco con un asentimiento con mi cabeza, pasamos toda la noche bebiendo eso o sangre fresca en bolsas, mientras esperabamos un nuevo avance.

-Solo espero que esten bien -hablo luego de darle un largo sorbo a mi vaso viendo a mis dos hijos.

-Ellos son fuerte, como la sangre Salvatore -afirma Damon sentado sobre la mesa de cafe sosteniendo su vaso con ambas manos y su ceño ligeramente fruncido.

-Quisiera entrar a salvarnos, pero no podemos hacerlos -niego poniendo un mechon de Lucrecia detras de su oreja derecha, viendola como suda y se mueve ligeramente, aun escucho su corazon latir muy agitado.

-Esto es como una prueba -de forma inmediata volteo a ver a mi hermano mayor, esto no es un estupido juego de astucia o inteligencia para saber si son utiles o inutiles los dos sin mi- Antonia, quieras o no, ellos son independientes.

-Damon... -cierro los ojos con lentitud, no quiero discutir con el ahora mismo.

-Ellos dos pueden protegerse sin tu ayuda o la de sus padres, y pueden que tengan cinco años pero juntos son fuertes -me interrumpe callandome por completo y lo miro seria, no tienen el poder para controlar su magia y necesitan mi ayuda- Ser sobreprotectora solo los hara mas independiente.

Miro ofendida a Damon por ser tan directo conmigo, es un maldito idiota, estoy a punto de darle una cucharada de su propia medicina pero una voz me detiene:

-Ya basta, los dos.

Ambos miramos al marco de la puerta viendo a Stefan tomando la manito de Hope que se encuentra alado de el, viendo la escena y cierro la boca suspirando mientras miro hacia otro lado, no vale la pena discutir ahora mismo con Damon.

-¿Puedo ir a jugar afuera? -pregunto Hope hacia nosotros tres, seguramente no le gustaba ver a sus hermanos en este estado vegetal, no la juzgo porque a mi tampoco me gusta verlos en este estado.

-Claro, ve, pero ten cuidado -le respondio Stefan coordialmente, si el puede tener hijos seria un gran papa, de eso no tengo dudas.

[...]

𝕸𝖎𝖐𝖆𝖊𝖑𝖘𝖔𝖓: ᴛʜᴇ ᴀᴡᴀᴋᴇ | ᴘᴀʀᴛ ɪɪ | ᴛʜᴇ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora