Strawberry Frappuccino ┊ TsukiYama.

21

Kuroo estaba en una banca frente a la playa junto Kenma. Kenma le había dicho que quería hablar con él seriamente sobre la relación que tenían.

—Estoy feliz.

—¿Te acostaste con esa chica? —preguntó Kenma, mirando como el sol se escondía.

—Nunca me acosté con ella. ¿Sabes algo? Intenté que me gustara pero... ¡tú me gustas más!

Kenma no sabía que decir, realmente sus sentimientos estaban más confundidos. Miró al pelinegro por unos segundos, bajando su vista hacia sus labios, ¿él debería...?

Soltó un suspiro.

—¿Qué debería hacer con las cosas que me dices?

—¿Aceptarlas?

—Yo ya las acepté.

Sólo debía dejar su orgullo de lado para corresponder sus sentimientos. Kuroo se le adelantó y besó los belfos de Kenma de manera rápida. El chico de cabello largo tapó su boca por inercia y le miró con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Kuroo se levantó de la banca mientras reía.

—¡Lo siento, no pude evitarlo! —se disculpó mientras seguía riendo.

Kenma se levantó de la banca y golpeó el estómago del más alto, haciendo que este se retorciera y se agachara un poco. En ese momento, Kenma tomó las mejillas del pelinegro para besar sus labios.

Kuroo no tardó en reaccionar y siguió el beso, abrazándolo por la cintura para atraerlo hacia su cuerpo, entretanto el más bajo lo abrazaba por el cuello. Al separarse, Kuroo dejó otro beso, tenía ganas de más.

—No te emociones.

Kuroo negó con su cabeza, repartiendo más besos en el rostro del más bajo. Este solamente se dejaba, tampoco es como si le molestara del todo. Al final, terminaron yendo a su habitación, en la cual ambos se acurrucaron en la cama abrazados a pesar de que fuese tal vez muy temprano para acostarse, pero ambos estaban cansados.

Kenma tenía a Kuroo reposando en su pecho entretanto jugaba con su cabello. Tenían la televisión encendida para tener algo de ruido ya que ellos no estaban hablando realmente, sólo estaban disfrutando de la presencia del otro.

—Bueno... esto no es tan malo —comentó Kenma, haciendo más caricias en el cabello negro del más alto.

No hubo respuesta. Al parecer Kuroo se había dormido por las caricias.

...

Ambos habían despertado al mismo tiempo por los constantes sonidos que hacía el teléfono del pelinegro. Este se encontraba durmiendo en el pecho del menor muy cómodo. Soltó un gruñido por despertar de una manera tan escandalosa y estiró su brazo para alcanzar su móvil, apagándolo en seguida.

—¿No vas a ver quien te escribía? —preguntó Kenma mientras entrelazaba sus dedos con el cabello del más alto.

Kuroo ronroneó sobre su pecho negando con su cabeza mientras abrazaba el torso ajeno.

—Puede ser algo importante.

—¿Qué va a ser más importante que estar contigo ahora? —preguntó acercando su rostro al impropio, para depositar un beso en sus labios.

—No lo sé, muchas cosas...

Kuroo negó nuevamente con su cabeza, dando más besos sobre sus labios, bajando hasta su cuello. Las manos de Kenma se dirigieron a la nuca del pelinegro.

—No te emociones, Kuroo —murmuró ladeando su cabeza.

El nombrado se separó del más bajo sonriendo. Sus mejillas estaban un tanto sonrojadas. Estaba muy feliz de poder tener al chico que le gustaba de esa manera, aunque esperaba que aquellos sentimientos fueran completamente respondidos, y para asegurarse de eso, iba a esperar a que Kenma fuese el que le pidiese noviazgo.

¿Iban a salir oficialmente como novios algún día? Esperaba eso.

Alguien estaba tocando la puerta. Kuroo se levantó de la cama sin antes darle otro beso en sus labios de manera cariñosa. Kenma se acurrucó entre las sábanas.

—¿Quién? —preguntó el pelinegro abriendo la puerta, encontrándose con el pecoso.

—Soy Yamaguchi... uh, vamos a ir a la playa ahora con Tsukki, Akaashi y Bokuto... él te envió mensajes pero no respondiste así que preferí venir —dijo rascando su nuca.

—¡Claro que iremos! Pero en un rato más, estamos recién despertando —respondió.

Kenma soltó un ruido de quejido.

Él no quería ir a la playa. Quería estar en la habitación.