Kenma había quedado con Kuroo. Necesitaba hablar de lo sucedido y expresar sus sentimientos. Por primera vez, era un tema del que le preocupaba más de lo normal. Buscó muchas cosas en internet y consultó con sus amigos para poder hablar de la mejor manera, ya tenía todo un diálogo preparado pero aún así sentía que si hablaba iba a ponerse nervioso.
Habían quedado en un parque cerca de la casa donde vivía Kenma, no querían estar en un lugar con tanta gente y agradeció que no hubiesen tantas personas allí.
Ahora mismo estaba sentado en una banca con las manos en sus bolsillos. Sentía como su pulso iba más rápido de lo normal, y estos aumentaron al ver aquella silueta tan conocida frente él.
—Hola, Kenma. ¿Qué sucede? —preguntó sentándose a su lado. Kenma frunció el ceño.
—¿No debería preguntarte eso a ti? —preguntó el menor.
Kuroo le miró de reojo.
—¿A qué te refieres? —preguntó el más alto.
—¿Por qué te alejaste de mi cuando confesamos nuestros sentimientos?
—¿Por qué siempre eres tan rudo conmigo? Partamos por eso —dijo mientras se levantaba de la banca, mirando con seriedad al contrario—. Pensé que nuestra relación iba a ser diferente pero me equivoqué.
—¿Por qué nuestra relación iría a cambiar porque hablamos sobre lo que sentíamos? Yo te gusto así, ¿no? —preguntó Kenma levantándose de la banca, mirando a los ojos al más alto.
—Claro que me gustas así, Kenma. Pero pensé que nuestra relación iba a cambiar, ¡pensé que ibas a tratarme como alguien especial, ¿sabes?!
Un pequeño silencio.
—Pero no, seguiste tratándome como uno más, e igual que siempre. ¿Sabes que a veces odiaba que me tratases así?
—¿Así cómo?
—¡Como siempre lo has hecho!
—¡Tú me conoces, siempre he sido así!
—¡Lo sé, sólo esperaba que fuese distinto conmigo!
Otro silencio. Kenma se volvió a sentar en la banca apretando sus labios.
—¿Realmente te gusto o me correspondiste sólo para que dejara de molestarte?
Kenma abrió sus ojos en grande. Se levantó de la banca y tomó por la camisa al más alto. A pesar de su estatura, algunas veces podría ser amenazador, justo como ahora.
—¡¿Por qué piensas que no me gustas?! ¡Si que me gustas! ¡Me gustas muchísimo pero me cuesta hablar de mis sentimientos porque me da vergüenza! ¡Entiéndeme, por favor!
La voz de Kenma estaba temblorosa. Hablar de esos sentimientos le costaba, muchísimo. Y como había dicho, le avergonzaba. No sabía el porqué realmente, simplemente le avergonzaba.
Kuroo miró con determinación al más bajo. Soltó un suspiro mientras sonreía y echaba su cabello hacia atrás.
—¿En serio? —preguntó vacilante.
Kenma ahora mismo tenía su vista apuntando al suelo. Sintió un nudo en su garganta. Cuando levantó su cabeza para enfrentar al más alto, sintió como la mano ajena se posicionaba en su cabeza, entrelazando sus dedos en su largo cabello para así, acercarle.
Kuroo no tardó en pegar sus labios en los ajenos. Kenma no hizo nada para cortar el momento. Sentía que los gestos valían más que todas las palabras que se habían dicho.
El menor llevó sus manos hacia la gran espalda del mayor, intentando acercarle hacia su propio cuerpo, aunque sintió escalofríos cuando una mano se dirigió hacia sus mejillas, las cuales estaban con un leve rubor.
—No me hagas repetirlo de nuevo, Kuroo.
El nombrado sonrió divertido.
—¿Por qué no?
—Kuroo...
El nombrado soltó una carcajada mientras despejaba algunos mechones que tapaban el rostro del menor. Kenma solo se dejaba hacer entretanto miraba a los ojos ambarinos del chico.
—¿Quieres ser mi novio? Oficialmente —Kenma suspiró.
—Sí, Kuroo —respondió en un susurro, apretando las ropas del pelinegro.
La verdad es que Kuroo no había escuchado tan bien, pero sabía que si seguía molestándole iba a acabar todo lo que había avanzado.
—¿Vamos a tu casa? —preguntó Kuroo, mientras hacía caricias en la mejilla de su novio.
—Está bien. Creo que Yamaguchi no está en casa, sólo está Akaashi —dijo mientras comenzaba a caminar.
Kuroo estiró su mano para tomar la ajena, la cual se dejó agarrar.
—Oh, bien.
Ahora ambos estaban más tranquilos.
Kenma intentaría no ser tan grosero con Kuroo, y Kuroo intentaría no hacerlo rabiar de vez en cuando.
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Strawberry Frappuccino ┊ TsukiYama.
FanfictionYamaguchi es un universitario y barista en Starbucks. Vive con sus amigos Akaashi y Kenma. Un día, le piden hacer un frapuccino de fresa y cae enamorado ante su cliente. ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃ ↠ Capítulos medianamente cortos. ↠ Pareja principal: Tsuki...