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Tsukishima estacionó el auto su frente de la residencia de Bokuto. La música resonaba hasta la otra cuadra y habían muchas luces saliendo por las ventanas. Los tres no tenían muy buena cara, no estaban acostumbrados a tanto ruido y a tantas personas, uno más que otro. Akaashi solo venía por su novio, ya que iba a quedarse en la residencia. Tsukishima sólo venía porque Yamaguchi le había insistido.

—Creo que me arrepentí —dijo el rubio apoyándose en el volante.

—No es necesario que estén con todo el mundo... —murmuró Akaashi.

—¿Entonces para qué vinimos?

Akaashi salió del auto junto su bolso en dirección a la entrada de la residencia. Yamaguchi miró a Tsukishima con una sonrisa mientras imitaba la acción de Akaashi. Nunca había ido a una fiesta, la verdad es que estaba emocionado y algo nervioso.

Los tres entraron al mismo tiempo, mientras Akaashi fue directamente a buscar a su novio, dejando al rubio y al pecoso solos. Estos se miraron y buscaron algún lugar donde podrían estar tranquilos y conversar, aunque ambos sabían lo que querían.

—¡Tsukki, viniste! —apareció Bokuto pasando sus brazos por los hombros del nombrado y del más bajo.

—Y me arrepiento muchísimo.

—¡Oh, no digas eso! Vengan.

Bokuto los guió hacia la mesa en la cocina, la cual era bastante grande y tenía una isla donde estaban las bebidas —alcohólicas por su puesto— y comida para picar, habían personas jugando al "espantapájaros". Por lo que ambos podían observar, era de que una persona se dejaba vestir con cualquier prenda que encontrasen. Yamaguchi quiso ponerse en sintonía con la fiesta, a lo que tomó una cerveza en lata.

—¿Cuánto aguante tienes? —preguntó Tsukishima mirando la mesa, buscando algo para beber.

—No lo sé, nunca he tomado...

—Mmh, entonces debes tener cuidado.

Yamaguchi abrió la lata sin mucha dificultad y dio un sorbo. Inmediatamente hizo una mueca de asco, la verdad es no sabía muy bien; ante eso, Tsukishima soltó una carcajada con levedad, revolviendo el cabello del pecoso divertido.

—¿Qué vas a beber?

—No puedo beber alcohol, ¿sino quien te va a llevar a casa? —Yamaguchi rio asintiendo, tenía razón.

Mientras tanto con Bokuto y Akaashi, ambos estaban paseando por la casa. Bokuto ya había tomado un poco, por lo que les decía a todos lo lindo que era su novio, podía decirlo unas tres veces con la misma persona; Akaashi estaba totalmente avergonzado. La verdad es que estaba siendo una buena fiesta, hasta el momento. Todos sabemos lo que pasa a medida del tiempo.

...

Yamaguchi había tomado bastante, y ya se veía en la forma de hablar y en su expresión facial. Tsukishima estaba detrás de él todo el tiempo, no quería que cometiera alguna estupidez, aquello nunca lo permitiría.

—¡Tsukki! —le llamó jalandolo hacia afuera de la casa—. Necesito un respiro.

Salieron tranquilamente afuera, y se sentaron en una banca que estaba allí. Yamaguchi estaba mirando un punto fijo, la verdad es que estaba algo mareado y necesitaba sentarse —según él, le ayudaba—, lo que no sabía es que era peor.

—Tadashi, el alcohol está entrando en tus venas.

—Mmh, sí. Es extraño, siento que estoy muy feliz, ¿debe ser porque estoy contigo?

—Puede ser también por el alcohol.

—¡No lo creo! Me encanta estar contigo.

—¿Si?

—Sí, me encantas.

Tsukishima rio por eso, sabía que podía estar diciendo la verdad; verle en ese estado se le hacía adorable. El pecoso miró al de lentes de manera melosa, con una sonrisa ladina se acomodó en la silla.

¿Ahora si nos podemos besar? —preguntó acercándose al rostro de este, acunando sus mejillas con sus manos.

Tsukishima no lo pensó dos veces y rodeó la cintura del pecoso, para luego besar sus labios de manera cariñosa, acercando el cuerpo ajeno al propio. Un suspiro escapó de los labios de Yamaguchi, olía a alcohol y a eso al rubio no le gustaba, pero podía pasarlo. Se separaron por unos segundos y volvieron a unir sus labios.

Tsukki.

Tadashi.

Tsukishima apretó la cintura del pecoso con fuerza, atrayéndolo hacia su propio cuerpo. Separaron sus rostros por unos segundos. El rubio sonrió al ver como el más bajo estaba un tanto jadeante, sabía que unos efectos del alcohol era que la circulación iba más rápido, provocando una sensación de calor en el organismo.

—¿No tienes calor?

—No, es por la cerveza.

—Ah... —rio divertido con sus mejillas sonrosadas, luego hizo un sonido como si hubiese recordado algo—. ¡Tengo que mostrarte algo muy importante!

—¿Qué cosa? —preguntó calmado mirando como este se levantaba de la banca.

—¡Tengo pecas! —dijo tallando con rudeza su rostro—. Suelo ponerme base para que no se vean porque muchas personas dicen que no me veo bien con ellas.

Tsukishima soltó un suspiro mirándole con los brazos cruzados.

—¿No estas enojado, verdad? ¡Entiendeme~!

Yamaguchi se acercó a este y se sentó sobre su regazo con los muslos a los costados. Tsukishima no decía nada. No es que estuviera molesto, no del todo, podía entender de alguna manera, sólo quería ver qué era lo que hacía Yamaguchi.

—¡Tsukki, no me ignores! —dio un salto zarandeándolo con suavidad por los hombros, abrazándolo con fuerza después—. ¿Si te doy un beso me perdonas? ¡No te enojes conmigo, Tsukki! No fue mi culpa.

Tsukishima soltó una carcajada, no aguantó. Él era tan lindo. Metió sus manos por debajo de la ropa del pecoso, abrazándolo con fuerza mientras hacía caricias en su espalda baja.

—Sé que las personas suelen tener pecas en más lados de su cuerpo, ¿es así? —preguntó dando algún que otro beso en su mejilla y en su cuello.

—Tengo pecas en mi espalda... y algunas en mi pecho, brazos y muslos... —respondió jugando con los rulitos de Tsukishima que estaban en su nuca. Yamaguchi pensaba que eran tan lindos.

—Algún día me gustaría verlas.

Yamaguchi se separó un poco para mirarle con un rostro serio, o al menos intentándolo.

—¡Entonces vamos a casa!

—Vamos a casa entonces.

Strawberry Frappuccino ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora