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Ya habían pasado unos cuantos meses. Akaashi, Kenma y Yamaguchi seguían trabajando en starbucks, no habían tenido problemas hasta ahora. Lamentablemente el contrato de Akaashi llegaba a su fin ese día, este lo había olvidado por completo. Su jefe en ese entonces le recordó.

—¿No hay alguna manera de que pueda ampliar mi trabajo? —preguntó el ojiazul.

—Lo siento, pero el contrato decía que ibas a trabajar por ocho meses solamente, no más... entiende que este es un trabajo rotativo en que muchas personas van y vienen...

—¡Pero...! Yo realmente necesito este dinero... si no me siguen pagano no voy a poder pagar mi vivienda... se lo suplico, por favor... si quiere yo podría trabajar más...

Akaashi realmente estaba angustiado. ¿Qué sería de su vida? ¿Dónde viviría? Es un gran problema que no se solucionaría tan fácilmente y menos con la situación familiar que tenía.

—Lo siento mucho, Akaashi... pero así funcionan las cosas. Créeme que hay muchas personas que también necesitan este puesto tanto como tú.

El pelinegro se sentó en el área de descanso con una mueca en su rostro, pensando en qué podría hacer. Conseguir el trabajo en esa cafetería tampoco fue muy fácil, no quería pensar en qué haría después.

—Pero sigues trabajando ahora, tu contrato termina en tres días —dijo su jefe, para luego desaparecer de su rango de visión.

Se levantó con muy pocas ganas de seguir. Soltó un suspiro y fue a la barra para seguir con su cometido.

21:02

Los tres jóvenes universitarios salían del local. Al ser un día viernes, tenían mucha clientela y estaban algo cansados. Sobre todo Akaashi.

—Akaashi, estoy seguro que encontrarás un buen trabajo... quizás puedes trabajar como un mesero en algún restaurante —intentó animarlo Kenma.

—Sí... uhm, Yamaguchi... ¿puedes mantenerme como allegado en tu casa durante estos meses? Al menos, intentaré pagarte mientras me quede algo de dinero —que no era tanto.

—¡Sí! No te preocupes por eso... puedes quedarte por un tiempo en mi casa.

—Además Yamaguchi no ha estado tanto tiempo en casa, las facturas son más baratas.

Las mejillas de Yamaguchi se tiñeron de rosa y miró al mayor, quien le miraba con una sonrisa burlesca.

—No voy a negarlo. Tsukki me preguntó si quería vivir con él.

Sus amigos se le quedaron viendo sorprendidos, sin detener su caminata a la parada de buses.

—¿En serio? ¿Y no te cobrará por vivir allí?

—Uh... no lo sé, supongo que sí. Pero aún no estoy seguro.

—Seguirías teniendo la casa que tienes ahora, ¿no? —preguntó Kenma.

—Claro que sí, no pienso venderla.

El teléfono de Yamaguchi comenzó a sonar. Al mirar la pantalla se sorprendió. Eran sus padres. Era algo importante.

Estos lo llamaban principalmente para decirle que estarían de vuelta a la ciudad, por lo que irían a visitarlo al otro día. Ellos ya conocían a Akaashi y Kenma, aunque se preguntaba si sería una buena idea presentarle a su novio.

Si bien, ellos no tenían problemas con que su hijo fuese homosexual, aún así le ponía nervioso. Y más con aquella experiencia que tuvo.

Al otro día, Yamaguchi se vistió con su ropa de andar por casa. Sus amigos debían trabajar en la mañana, pero el pecoso se había tomado el día para pues, atender a sus padres.

—¡Mi niño! —exclamó la mujer dejando su bolso en el suelo para correr hacia su hijo, para así abrazarlo con fuerza contra su pecho—. ¿Cómo has estado? ¡Oh! Ya no tienes base en tus pequitas, ¿dejaste de usarlo?

Muchas preguntas.

—Hola, mamá. Estoy muy bien y sí, dejé de usar maquillaje.

—Me parece muy bien. Siempre me han gustado tus pecas —dijo la mujer agarrando los mofletes de su hijo.

—Mamá, ya tengo veinte años, déjame de tratar como un niño...

—Tú sabes que tu madre nunca dejará de hacer eso —dijo su padre, acomodando sus bolsos.

—No pierdo nada con intentarlo.

—¿Dónde está Akaashi y Kenma? —preguntó la mujer caminando en dirección a la cocina para sacar algo de beber.

—Están en el trabajo, me tomé el día libre para recibirlos.

—Oh, que considerado. Tenía ganas de verlos.

...

Se quedaron un buen rato hablando de cómo había sido el viaje y cómo iban los estudios de Yamaguchi, hasta que llegó esa parte que los tres esperaban que se mencionara.

—¿Y tienes algún romance por ahí, Tadashi? —preguntó su padre con una sonrisa cálida.

—¡Es verdad! Nunca supimos más de tu vida amorosa luego de que saliste con... uhm... no recuerdo su nombre.

—Yachi Hitoka —respondió el hombre.

—¡Ay, sí! Ella era tan linda.

—Sí... de hecho, estoy saliendo con alguien. Se llama Tsukishima Kei, llevamos como... cinco meses juntos.

La madre sonrió.

—¿Si? Deberías presentárnoslo algún día —sugirió el hombre.

—Sí... es solo qué él es alguien que tiene un carácter fuerte. El otro día fui a conocer a sus padres.

—¿Cómo fue?

—No fue la mejor idea... ellos me odian.

Los progenitores se quedaron sorprendidos. ¿Realmente le odiaban? ¿A Yamaguchi? Pero si él era un angelito, ¿qué cosas malas hizo? ... Nada realmente.

—¿Por qué?

—Al parecer no soy de la misma clase que ellos. ¡Son de clase muy alta! Y su casa también era enorme... criticaron mi forma de comer y mi trabajo... A pesar de que Tsukishima me dijo que no fuéramos porque era una mala idea —murmuró el chico mientras pasaba sus manos por su cabello.

—¿Por qué no le hiciste caso?

—Porque yo realmente quería conocer a los padres de mi pareja... como las personas normales, ¿saben?

Los padres asintieron.

—¡Eso no pasará con nosotros! ¿Verdad? —preguntó el hombre mirando a la mujer.

—¡Nop! Realmente, queremos conocerlo lo antes posible. ¿Tienes una foto de él?

Yamaguchi sonrió asintiendo. Sacó su teléfono y buscó en la galería. No tenían ninguna realmente decente. Incluso tenían una después de tener sexo, ¿por qué se tomaron una foto después de eso? Fue en ese entonces que encontró una cuando recién se estaban conociendo.

No pudo evitar sonreír con cariño.

—Es él.

Les mostró la foto. La mujer sonrió y el hombre también. Se veía algo serio pero buena persona.

—¡Es muy alto! Mide más de un metro noventa.

—¡¿Más de eso?! No puede ser. Además es rubio.

—Como Yachi.

Yamaguchi rio negando con su cabeza.

—¿No tendrás algo con los rubios?

—¡Mamá! —se quejó este, con las mejillas un tanto sonrojadas.

Es cierto que Yamaguchi y aquella chica que mencionaban eran pareja en la preparatoria. Fue una relación que duró alrededor de dos años, aunque decidieron separarse porque ambos tomarían rumbos distintos por lo que no se podrían ver, era una lástima. Ellos realmente se querían. Era una relación muy sana.

Strawberry Frappuccino ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora