Strawberry Frappuccino ┊ TsukiYama.

26

Bokuto había decidido presentar a su familia a Akaashi, aunque no fue muy sencillo convencerle, estaba tan traumado con su familia que no quería. Ahora mismo el menor estaba viendo que ropa tenía mientras tenía aquella toalla amarrada a su cintura. Quería un outfit que fuese casual y formal.

Finalmente optó por un pantalón negro y un suéter completamente blanco, además de sus zapatillas. Llevó un abrigo gris además de sus lentes, por si acaso. Se miró en el espejo durante mucho tiempo, comprobando que se veía bien desde todos los ángulos. Realmente estaba nervioso, sus manos llegaban a sudar.

Al salir de su habitación se dirigió al salón con su teléfono en la mano. Kuroo y Kenma se encontraban en el mismo sofá, muy acaramelados, uno más que otro entretanto Kenma jugaba videojuegos.

—Oh, ¡Akaashi te ves muy bien! —piropeó al chico de ojos azules.

—¿Tú crees? No lo sé, estoy pensando en cambiarme... —dijo mientras miraba hacia su propio cuerpo.

—¡No, no! Te ves bien así, en serio —intentó calmarle mientras sonreía.

Akaashi sonrió con timidez. Sintió su teléfono vibrar, a lo que miró este, era un mensaje de Bokuto el cual decía lo siguiente: « Akaashi, ¡sólo faltas tú, te estamos esperando! »

La verdad es que se había tardado bastante eligiendo la ropa que iba a ponerse. Respondió con rapidez un "Voy", para luego darse un ultimo vistazo en el espejo, y así salir a la calle.

19:32

Akaashi ya había llegado a la casa de los padres de su novio. Estaba tan ansioso que le costaba respirar. ¡Necesitaba calmarse urgentemente! Iba a estar toda la familia, las hermanas de su novio y sus padres, necesitaba dar una buena impresión.

Soltó un suspiro y tocó el timbre. Apretó sus labios mientras esperaba a que le abrieran. Sintió unos pasos y luego escuchó como abrían la puerta.

—¡Akaashi! —exclamó el chico peligris, abalanzándose al nombrado.

Este simplemente correspondió a su abrazo y sonrió un poco. Si la familia de su novio tenía la misma personalidad que Kotarou no iba a tener problemas.

—Entra, entra.

Se adentró al lugar con timidez. Todo el lugar olía tan bien, era como lavanda. Bokuto le llevaba de la mano en dirección al patio, en donde estaría toda su familia. En el trayecto, analizó la casa, era bastante normal, se veía que era una familia que tenía todas las comodidades.

—¡Ah, así que este es Akaashi! —murmuró una mujer, que tenía una copa de vino en la mano mientras se acercaba al nombrado.

—¡Sí! Él es Akaashi, mi novio. Akaashi, ella es mi mamá.

—¡Es un placer conocerte! Kotarou me ha hablado mucho sobre ti.

—¿De verdad? —preguntó el pelinegro mirando a su novio, el cual tenía las mejillas un tanto sonrosadas.

—¡Síp! Ven, te estábamos esperando —dijo mientras tomaba la mano del menor. Este solo se dejó llevar.

Un hombre y dos mujeres más estaban allí, hablando también con una copa de vino en la mano, además tenían muchas cosas que Akaashi desconocía o no había visto en vivo y en directo para comer.

—Perdonen la espera —se disculpó el chico mientras hacía una reverencia.

Todos los presentes se le quedaron viendo, él era muy educado.

—¡No te preocupes! Siéntate —dijo el hombre.

Akaashi se sentó en el sofá de mimbre y su novio se sentó a su lado también.