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Ahora mismo Yamaguchi se encontraba en el departamento de Tsukishima, específicamente en su cama. Siempre que iba dejaba algo olvidado, pero que al final se quedaba allí para una próxima visita. Yamaguchi estaba recostado en aquel suave colchón mientras esperaba a que su novio llegase de comprar. Tenía ganas de comer helado, y como Tsukishima amaba tanto a su novio fue a comprar.

Sintió como la puerta principal se abría, a lo que el más bajo se levantó de la cama colocándose su camisa solamente, hacía algo de calor ese día.

—Oh, ¿ya llegaste? ¡No te tardaste nada! —exclamó saliendo de la habitación, encontrándose con una mujer.

Sintió sus mejillas muy calientes. ¿Quién era esa mujer y por qué entraba a la casa de su novio?

—¿Quién eres tú y qué haces en la casa de mi hijo?

—¿Su hijo? —preguntó el pecoso, jalando su camiseta hacia abajo, intentando tapar su entrepierna.

Menos mal que tenía su ropa interior.

—Por favor vístete.

El chico fue rápidamente a la habitación de su novio, buscando algún pantalón corto por lo menos. Ya cuando estuvo más presentable, fue donde la mujer, quien estaba sentada en el salón.

—¿Quién eres tú? ¿Uno de los polvos de mi hijo? —preguntó mientras daba una calada a su cigarro.

Yamaguchi sintió sus mejillas calientes, y no pudo evitar toser ante el humo del cigarro.

—Uh... ¿s-sí?

—¡Entonces vete! ¿Por qué sigues aquí? —exclamó la mujer haciendo un gesto con sus manos, mirando con molestia al chico.

¿Cómo iba a explicarle que era su novio y no iba a irse porque una señora le dijera eso?

Ambos giraron su cabeza al sentir la puerta principal abrirse. Era el dueño del departamento.

—¿Mamá?

—¡Hijo! Qué bueno que llegaste.

El rubio miró con expresión molesta a la mujer mientras se dirigía a la cocina para guardar las compras que había hecho. Luego se acercó a esta y vio a su novio, quien se notaba nervioso.

—¿Qué haces aquí y cómo entraste? Fuera de mi casa —exigió el más alto, con un semblante molesto.

—¿Así es cómo recibes a tu madre? Yo no te crie así. Además, ¿quién es este chico? —preguntó señalándolo.

Yamaguchi abultó sus labios levantándose del sofá con sus manos juntas. Que situación tan incómoda.

—¿Qué quién es? Él es mi novio.

La mujer elevó sus cejas por la sorpresa.

—¿Novio? Pensé que era uno de tus polvos raros que siempre tienes.

—Mamá, no seas desagradable. No lo trates así porque él es la persona más hermosa que he conocido en mi vida, ¿quieres?

Un pequeño silencio. Yamaguchi miró a su novio apretando sus labios. Quería que la tierra lo tragara.

—Creo que no nos presentamos como correspondía, uh...

—Yamaguchi —dijo el mismo.

—Yamaguchi... lo siento por haber sido así contigo. ¿Me disculpas? —preguntó la mujer mientras se acercaba a este y tomaba su mano.

El pecoso no entendía nada realmente. Echó una mirada a su novio, quien estaba con una expresión de desagrado.

—Uh... sí... no se preocupe —respondió correspondiendo a su agarre con una sonrisa incómoda.

—¡Entonces me iré para no molestar! —dijo la mujer mientras se iba—. Tienes que llevarlo a una cena para que todos los conozcamos, ¿si?

Dio una caricia rápida en la mejilla de su hijo, para posteriormente abandonar la residencia.

Yamaguchi miró a su novio, esperando alguna explicación.

—Es mi madre. Tú sabes que no tengo la mejor relación con mi familia.

—¿A qué se refiere cuando dijo que era uno de tus polvos?

El rubio soltó un suspiro mientras se sentaba en el sofá. El pecoso lo imitó.

—Yo antes me juntaba con varios chicos y bueno... como tenía mi casa sola a veces tenía sexo con ellos.

El pecoso abrió sus ojos sorprendido. ¿Su novio antes de conocerlo tenía una vida sexual activa? Quizás demasiado activa. Ahora mismo tenía sus mejillas sonrojadas. Se sentía un inexperto.

—Oh.

Un pequeño silencio.

—Pero ya no tienes contacto con ellos, ¿verdad? —preguntó el pecoso mientras rascaba su nuca. El rubio soltó una carcajada.

—Tadashi, ¿por quién me tomas? —preguntó mientras se acercaba a su novio, acunando su rostro con sus manos para luego depositar un beso en sus labios con cariño—. Claro que no.

Yamaguchi no pudo evitar soltar una risita, mientras era atacado por Tsukishima con muchos besos por todo su rostro, cuello y pecho.

—¿Todavía quieres comer helado? Compré algunos dulces también.

Yamaguchi sonrió asintiendo con su cabeza, mientras llevaba su mano hacia la mejilla ajena, haciendo una caricia. El rubio se alejó y fue en dirección a la cocina. El más bajo se quedó pensativo. ¿Realmente debía ir a una cena con la familia de su novio? Es decir, a él no le molestaba pero la manera en que conoció a su suegra no fue la mejor.

Strawberry Frappuccino ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora