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Akaashi era el primero en despertar en la cama de Bokuto. Su cabeza dolía un poco. Se quedó mirando por fuera de la ventana durante varios segundos, escuchando como los pajaritos cantaban.

—Akaashi... —murmuró el peligrisaseo, abrazando a su chico por la cintura.

Este al instante comenzó a repartir muchos besos en el hombro ajeno. Akaashi simplemente sonrió y se acercó al otro. Llevó su mano hacia la mejilla impropia para acariciarla, y posteriormente depositó un beso en sus labios.

—Ayer me diste un poco de miedo —susurró Akaashi.

—¿Qué hice?

—Querías que tuvieramos sexo... —murmuró, quedando boca abajo mientras se acurrucaba con las sábanas—. Estabas algo borracho y pensé que querías hacerlo igualmente...

Los ojos de Bokuto se abrieron como platos, ¿realmente había hecho eso? Se sentía tan mal. El chico se sentó en la cama y comenzó a decir repetidamente que lo sentía mucho y que no lo volvería hacer. La verdad es que Akaashi se había asustado de que su novio hiciera algo indeseable con su cuerpo, menos en ese momento en que estaba inconsciente y no recordaría mucho.

Fue en ese momento en que la puerta se abrió de golpe, sobresaltando a ambos chicos. Era Konoha, quien tenía unos guantes de goma, indicando que estaba limpiando.

—Bokuto, más te vale que te levantes y nos ayudes a limpiar.

—Pero estoy recién despertando... dame cinco minutos, por favor —dijo levantándose con pereza.

—Puedo ayudar a limpiar yo también —sugirió Akaashi, imitando la acción de Bokuto.

—¡Nop! Tú no vas a limpiar, no vives aquí y eres un invitado. Al menos por ahora, ve a tomar desayuno o a ducharte, pero Bokuto es el que debe limpiar.

Bokuto abultó sus labios mientras salía de su habitación, dejando a Akaashi solo en esta; se acostó en la cama durante un rato más. No se había percatado del olor de la almohada, olía al perfume que usaba su novio. No pudo evitar abrazarla. Él realmente amaba mucho a su novio. Sus mejillas se sonrosaron y cerró sus ojos.

Se quedó pensando en lo que Bokuto quería esa noche, sabía que para tener relaciones debía asearse correctamente. No sabía hacer eso, a lo que se quedó en la cama buscando información en su teléfono.

...

Akaashi ya estaba listo. Se había duchado y ya estaba vestido con ropa limpia. Al salir de la habitación en dirección a la cocina, esta ya estaba completamente ordenada. Intruseó en toda la habitación para ver que podía comer. Decidió por unas tostadas con mermelada y jugo de naranja, aquello lo hizo dos veces ya que también quería hacerle el desayuno a su novio.

—¡Akaashi! Ya terminé... creo que no volveremos a hacer una fiesta, hay personas que son muy sucias —se quejó mientras entraba a la cocina.

—Te hice el desayuno —dijo, mostrándole las tostadas con mermelada y el jugo de naranja.

Los ojos del mayor llegaban a brillar, ¡aquello había sido tan lindo! Le recordó cuando su madre le hacía el desayuno de vez en cuando.

—Gracias, Akaashi —murmuró, sentándose a su lado para disponerse a desayunar.

Akaashi no tardó mucho, y mientras Bokuto tomaba desayuno comenzó a acariciar su cabello, haciendo algunos círculos entretanto tenía una pequeña sonrisa en su rostro. Bokuto por su parte sentía que estaba en el cielo.

—Bokuto-san... —murmuró con cierta timidez. ¿Cómo se supone que le iba a decir que estaba limpio para tener sexo de una manera sutil?

—¿Mmh?

Akaashi soltó un suspiro. Se acercó a su oído.

—Creo que estoy listo para tener sexo... —susurró. Sus mejillas estaban algo sonrojadas.

Bokuto también sintió sus mejillas calientes.

—Akaashi... ¿pero dónde podríamos hacerlo?

El nombrado solo le miró. No había tenido eso en cuenta realmente.

Quizás para la próxima.

Strawberry Frappuccino ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora