El momento más hermoso de tu vida, quizá el más memorable, aquello que sería guardado para siempre en tu memoria.
Eso era cliché, Eva siempre había pensado así. Sin embargo al ver a Namjoon con aquel traje y esa flor en su chaqueta, entendió que quizá ella no odiaba el amor como siempre lo había creído.
El amor era, en realidad todo lo contraria a lo que había imaginado.
Aquella sonrisa, esos hoyuelos, todo aquello eran lo que ella no imaginó.
Ningún ser humano en el planeta podría imaginar algo como aquello.
-Te vez hermosa- había dicho él mientras pegaba su cuerpo contra el trasero de ella.
Como le hubiera gustado que en vez de decirle palabras como esas la besara frente a todos. Pero entendía que aún debía ser paciente. Aún no podía simplemente dejarse ir.
Aún había mucho más que esperar.
Toda la noche se la había pasado sentada en una silla mientras veía lo felices que eran los demás.
Incluso la misma Summer sonreía y se dejaba llevar por el momento, aunque Eva estaba segura que en aquellos ojos el dolor permanecía, quizá con los años dejaría de amar aquel hombre que le había enseñado a vivir, ella aún debía florecer y ambos lo sabían, y eso de cierta manera le dolía a Eva porque casi podía leerlo en su destino.
Sin embargo como si fuera una película de amor, aquella chica decidió esperar a su príncipe, quizá Chanyeol la hacía feliz, pero no era lo que ella necesitaba, ni a quien amaba.
Fue así como al ver a Taehyung entrado por aquella puerta casi estuvo a punto de gritar de la emoción, pero aún debía mantener su título de fuerte, así que solo se limitó a decir unas cortas palabras, y no sin antes ser un poco cruel con el hombre.
Pero después de todo ambos quizá estaban destinados a ser.
Aquel baile se había reducido a nada, sin embargo lo que pocos sabían es que para algunos aquella noche sería la más importante de su vida, quizá donde la felicidad permanecería, un poco de sol antes de la tormenta.
-Vámonos de aquí- expreso Namjoon mientras tomaba su mano y la guiaba hasta otro lugar.
Casi como si se tratara de dos adolescentes enamorados, escapado de la realidad, cruzaron por los pasillos donde Namjoon siempre decía que no estaba bien correr, gritando y tomados de las manos. Un recuerdo que se guardaría en la memoria de Eva. Un hermoso momento de lucidez que no era efecto de pastillas.
Habían llegado hasta aquella oficina la cual sería, aquella que guardaría sus más grandes secretos y aventuras.
Como si estuvieran cruzando por todos los lugares memorables antes de decirse adiós.
Quizá aquel lugar que recordarían toda su vida.
-¿Señorita me concede esta pieza?- había dicho Namjoon cuando la puerta su cerrada.
-Claro que sí- había replicado mientras tomaba aquella mano extendida y se aproximaba al mayor.
Había acomodado su cabeza en el pecho de él, mientras sus ojos se cerraban, Eva no era alguien que podría considerarse una buena bailarina, pero por aquel momento aquello no pareció importar.
-Promete que mantendrás esto como un recuerdo bueno- había expresado Namjoon mientras besaba su frente -Que pase lo que pase... mantendremos esto presente... lo que llegamos a sentir- el viento había empezado a soplar sin permitir que aquellos pasajeros del barco se pudieran preparar.
Durante muchos años Eva siempre vivió esperando aquella noticia, esa advertencia donde sabría que todo se vendría abajó, sin embargo cuando la recibió no pudo distinguirla o más bien no pareció importarle.
-Siempre recordaré la forma en la que me amaste- había expresado besándolo en los labios, y fue ahí cuando lo supo y casi lo saboreo.
Aquellas lágrimas deslizándose por sus mejillas, aquellas canciones que casi no se podían oír, incluso la forma en la que Namjoon la veía.
Se había acabado, todo había terminado.
-Solo deme unos días más y prometo que no la volveré a ver- aquellas palabras regresaron a la memoria de Namjoon mientras tenía a Eva frente a él. Porque al igual que la noche en la que sus amigos y él cometieron aquel fatídico error, Namjoon se sintió egoísta.
-Eva- había replicado mientras acariciaba el rostro de la chica -Ya se toda la verdad... tú madre hablo conmigo.
Aquellas palabras habían hecho que la chica empezara a temblar, como si supiera que vendría después. Sus lágrimas habían empezado a correr de manera imparable.
-¿Así terminarás conmigo?- cuestionó Eva mientras su mirada se endurecía, se sentía usada y humillada, porque después de todo siempre considero que lo que tenían era más que una simple frase como esa.
-Eva- expreso casi como un ruego, tanto que se pudo considerar una disculpa, pero no era la primera vez que Eva se encontraba con una mirada como esa, ni que aquella frase era dicha en su presencia.
-Así de simple, si crees que eso es lo que quieres, está bien...- expreso mientras se apartaba de él, casi empujado su cuerpo, mientras que Namjoon trataba de aferrarse a ella. Como si fuera un niño que decía odiar algo pero aún así quería seguir jugando con aquello.
-Eva yo...- ni siquiera estaba seguro de lo que le diría pero aún así se aferraba a la idea de que ella no lo odiará no como él mismo se odiaba.
-Tranquilo... no necesito escuchar absurdas justificaciones- Había dicho mientras caminaba a hacia la puerta en la que entraría por última vez -Si esto es lo quieres, se acabo- había sido tan fuerte como su abuela alguna vez aconsejo, había mantenido su postura y su mirada firme sin embargo mientras giraba la perilla espero que él la detuviera, que le dijera que era una broma, que lucharía un poco más, que todos esos te amo no habían sido falsos y que guardaría su promesa de amarla siempre, que a diferencia de todos los que la rodeaban él no la abandonaría.
Sin embargo aquello no pasó. La puerta se había cerrado y ni siquiera miró atrás, porque él no cambiaria de opinión.
Y ahora alguien más le había roto el corazón. Por qué nada se había sentido tan doloroso como eso. Porque había vuelto a caer y sentía que no se podría levantar, no después de eso.
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IDÍLICO |+18| KNJ
FanfictionEva acaba de ser transferida a un nuevo instituto. Tras haber tenido cientos de experiencia con diferentes chicos de su edad llega a la conclusión de que estos jamás lograrán satisfacer sus necesidades. Luego de conocer al nuevo director de su escue...