Ocho

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Eva siguió a Namjoon hasta el auto del mismo, sin pronunciar palabra alguna.

Por ese momento solo se limitaba a observar a la extensa figura que estaba delante de ella, caminado con elegancia y esa masculinidad que brotaba de cada uno de sus poros.

Este llevaba un traje, sin embargo y para los prejuicios del entorno que los rodeaba, hacía que otros cuestionaran un poco la providencia de Namjoon, era obvio que esto podría deberse a su tono de piel, aquel dorado canela, sin embargo la gran actuación que Namjoon había llevado a lo largo de todos esos años, había sido impecable incluso podría decirse digno de una película y fue una fuente de confianza para que otros creyeran que la elegancia de este había estado con él desde la cuna.

Pero la mirada de Namjoon, la forma en la que se comportaba cuando las luces se apagaban, le decía mucho a Eva, si, estaba totalmente encaprichada, pero su razón no era como las demás.

Entro al auto y se colocó el cinturón, le tomó unos cortos segundo volver a sentirse familiarizada con aquel vehículo, en el que en otra ocasión ya había estado, pero en cuanto lo hizo, dejó de estar con aquella rigidez con la que permaneces cuando estás en un lugar desconocido, finalmente dejó caer su cuerpo sobre el cuero que forraba a los asientos.

Volvió a mirar la estilizada silueta de su acompañante, mientras toda la atención de este estaba en el volante. Y Eva giro el rostro cuando un leve reflejo le aviso que él levantaría la cabeza, le gustaba admirarlo, pero era algo que solo se guardaría para ella, tal vez alguna vez se lo diaria, pero por ahora no quería ser pillada.

Su mirada se posó sobre el empañado cristal, efecto del frío que hacía afuera, fue ahí cuando el auto empezó a caminar.

Por aquellos segundos una parte de ella se cuestionaba, y más que nada armaba teorías acerca de las razones que detonaban aquella actitud de Namjoon; tal vez era la noche, tal vez sus miedos se esfumaban al mismo tiempo que el sol desaparecía.

Unos dedos fríos y largos se posaron sobre su rodilla, en su estómago un cosquilleo apareció, y solo el reflejo de la ventana le hizo saber que una sonrisa apareció en su rostro.

Era obvio que Namjoon durante esa noche actuaría diferente, aquellas pupilas dilatadas y la forma en la que apretaba la mandíbula, lo delataban. Hoy jugarían con otras reglas.

La mano del mismo continuo subiendo, jugando con la piel caliente de Eva, por ese momento ninguno había regresado a verse sin embargo al parecer sus cuerpos ya había pactado un encuentro.

A veces Eva se cuestionaba -¿Que es lo que debería hacer?- aquella pregunta la acosaba, cuando habían demasiadas personas a su alrededor, era uno de los efectos colaterales que dejaba, la manera perfecta en la que se comportaba, como si ahora también quisiera complacer a otros, tal vez por esa misma razón, parte de ella, muchas veces prefería estar sola, ya que así al menos no tendría que preocuparse por lo que diría luego.

Así que, ahora, qué tipo de persona, Namjoon necesitaba, ¿tal vez aquella chica que le reprochaba por no se valiente, tal vez una pequeña niña sumisa que aceptaría lo que sea, tal vez una malcriada y arrogante?.

¿Que era lo que en este momento él buscaba?

Su cabeza empezó a dar vueltas, como si un clic en el tiempo lo hubiera apagado todo, a veces eso pasaba, a veces las cosas se ponían un poco más oscuras, a veces la realidad parecía falsa, como si todo aquello fuera parte de un sueño, la última vez que algo así pasó fue un mes antes de mudarse, pero justo en ese momento Eva no quería recordar aquello.

Cerró sus ojos y respiró, una medicina necesaria, no había sido ingerida y ahora le pasaba factura.

Llevo sus manos hasta su escote y en un lado de su brasier encontró el pequeño paquete que ella había guardado antes de salir de casa, solo con tenerlo entre sus dedos sintió que su respiración se volvía estable.

Era una pequeña funda trasparente que contenía un par de pastillas rosadas, lo abrió y tomó una y aquella sensación de resequedad y dureza al tragar se presentó en su garganta, sin embargo con un poco de saliva continuo su camino. Como si un par de campanas sonaran, las cosas ahora eran diferente, las cosas, se veían más reales. A subir su mirada se encontró con los ojos oscuros de Namjoon que se encontraban expectantes, curiosos, como si tuviera temor de preguntar.

-Me gusta organizar- expresó Eva, mientras volvía a guardar el pequeño paquete en su escote, aquello jamás lo había dicho en voz alta, sin embargo ahora, una sensación de extraño mareo parecía desatar su lengua -Fui a la fiesta por alcohol gratis, sin embargo como puedes ver, aquel plan se arruinó, sin embargo, siempre hay un plan B- al acabar aquella frase, le guiño un ojo y una sonrisa acompañó aquella expresión -Me gusta estar relajada, sabes.

Tal vez después de aquello un pesado cansancio llegaría a su cuerpo y el verdadero reto era soportarlo, para luego obtener la ganancia.

-Ese podría ser mi castigo, te daré una hora, una hora en la que haré lo que tú quieras joonie- Eva inclinó su cuerpo y toco el mentón de Namjoon, para segundos después empezar a dejar un par de besos en el mismo lugar.

-Un par de horas en las que seré tu perra, sé que eso es lo que quieres- los besos de ella fueron bajando por su cuello dejando un par de mordidas.

Al escucharla, Namjoon no pudo evitar tragar saliva y respirar profundamente, no era un idiota, había reconocido la pastilla que ella tomó en cuanto la vio, y minutos antes puedo sentir como la energía de Eva parecía apagarse, pero ahora, era como si hubiera vuelto a la vida. Ella había tomado una píldora de seroquel.

-Pareces sorprendido- la voz de Eva era burlesca -No me digas que has vuelto a asustarte- susurró en su oído -Bueno, quizá al final de todo acabemos por conocernos más de lo que esperamos... Dime Namjoon ¿aún quieres jugar conmigo?- cuestionó apartándose de él.

Este guardó silencio, y Eva supuso la respuesta, tal vez se había equivocado con Namjoon, tal vez sus cálculos habían fallado, quizá ...

-Suelo romper todo lo que tocó, Eva- Aquellas palabras cortaron de golpe los pensamientos de Eva y se sintió casi obligada a llevar su mirada hacia Namjoon. Tal vez era una advertencia, Namjoon ya le había dado un par antes de ese momento, sin embargo esta se sintió un poco más extraña, más peligrosa, quizá se había sentido así, por el sentimiento anterior sin embargo, aquello había hecho que Eva conociera un poco más a Namjoon, no se había equivocado con él.

-Como romper algo que ya está roto- una respuesta rápida, corta pero precisa.

Palabras que no fueron repasadas, casi ni pensadas, solo dichas y ya, que extraña sensación.







Dios, no tienen idea de cuánto extrañaba publicar, se que me he tardado, pero he estado de viaje, y me ha costado adaptarme a las horas, pero bueno, se que no es mucho, pero espero que les guste.

Las quiero mucho. ❤️❤️
Les dejo muchos besitos de amor 💋
Y me despido. 💕💕
BYE 👋

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