Nueve

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La espera se había extendido a un punto casi doloroso, ni siquiera ellos estaban seguros a que jugaban.

No era un juego de miradas que se pudiera llamar romántico o amistoso y cualquiera que los viera de afuera podría decir que incluso en esas miradas había odio, del tipo de odio que le tienes a tu peor enemigo, de esas que estas seguro que si con solo una mirada pudieras arruinar a quien esta enfrente lo harías sin dudar ni un segundo.

Namjoon era alguien a quien le gustaba hablar, pero tenia un cierto capricho y casi curiosidad de saber que era la siguiente jugada que haría Eva. Tal vez consideraba que muchas de las palabras que salían de su boca eran disparatases de una niña rica aburrida de su vida que buscaba atención, sin embargo había una energía que la rodeaba, una que Namjoon aun no estaba seguro del por que, pero lo atraía. 

Era consiente del tipo de problemas en los que se podría meter, un despido inminente, perdería su titulo y los demás sabrían el tipo de hombre que de verdad era, todo aquello en resumen significaría mandar todo a la mierda, todo aquello que él se había esforzado tanto en construir, rompiéndose frente a sus ojos. Como vidrio frágil.

No conocía a Eva, no sabia cuan impredecible podría llegar a ser, y eso era otra advertencia que se sumaba a su balanza de contras.

Pero en ese momento no se sentía con ganas de pensar demasiado.

¿Que era lo que lo había calentado tanto?

Eva había sido la única persona que había visto mas allá de su apariencia; a su traje de diseñador, a su cabello perfectamente peinado, a su educada forma de hablar, si, ella le hacia burla a esa mascara que Namjoon se había esforzado tanto en crear.

Tal vez solo fueron unos segundos donde la sintió ausente donde hasta podría decir que vio un fragmento de vulnerabilidad de ella que lo entendió por completo, ella era igual que él. Por eso había visto la máscara con tanta facilidad. Solo alguien que conoce ese dolor lo puede ver.

Eva estaba tan necesita de alguien como él, alguien en quien confiar, alguien que entendiera lo difícil que se volvía llevar una mascara de falsedades y mentiras por años, cada uno tenia sus secretos, secretos que jamas revelarían, sin embargo ninguno estaba en la posición de juzgar al otro, no cuando acabarían siendo el escape del otro. Un placebo, uno muy necesario.

Eva no diría nada, podía parecer inestable, pero extrañamente Namjoon sentía una confianza ciega a su lado.

Un trato con miradas, un sello de confianza, si uno caía el otro caería a su lado.



Eva extendió su cuerpo hasta Namjoon arrimando sus manos en el porta vasos, pasando la punta de su nariz por la mejilla del mayor, su mejilla tenia el olor de la crema de afeitar, la misma que su padre usaba, la nariz de Eva estaba fría, así que cuando sus pieles se conectaron una sensación de escalofrió recorrió el cuerpo de Namjoon.

La re sequedad de los labios de Eva se sintieron cuando esta fue dejando pequeños besos en la mejilla de Namjoon, cualquier persona que tomara pastillas como las que Eva había ingerido tal vez se hubiera sentido mareado o con demasiado sueño sin embargo Eva, estaba mas lucida que nunca, la noche apenas había comenzado, bajo sus besos por el cuello de Namjoon, dando leves mordiscos, a diferencia de con su mejilla el cuello de Namjoon tenia un sabor más salado con una mezcla de amargo producto del sudor y de la fragancia que se había puesto antes de salir de su casa.

Solo bastaron unos segundos para que el mayor dejara que solo Eva jugara, pues él llevo sus manos hasta la cintura de la chica atrayendo su cuerpo hasta su regazo, necesitaba besar sus labios y acariciar su trasero.

IDÍLICO |+18| KNJ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora