Treinta y nueve

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En realidad nunca fui fan de las bodas, más bien incluso podría decir que las fiestas no eran mi fuerte, pero podía aceptar que lo que muchas contenían llamaban mi atención.

Alcohol gratis, y en eventos como estos la comida, pero después de todo aquello podría tomar mayor significado cuando la persona que lo festejaba te importaba.

Podría decir que use lo primero que halle en mi armario y que con las justas me maquille pero mentiría.

Después de todo si la ocasión acontecía y era una obligación arreglarse lo hice tanto como puede y a diferencia de años atrás ya no buscaba ser vista por algún hombre que luego me llevara a casa.

Aquello de a poco había perdido interés, en un principio quizá había sido porque mi corazón había sido roto por un hombre, pero supongo que luego acabo siendo tratado en las terapias a las que años atrás me había negado a ir.

Quizá había estado tan acostumbrada a el dolor que sentir que se iría me había asustado. Porque todos los cambios asustan.

-Dos cosas- dije al ver a Summer con aquel atuendo que siempre me pareció tan cliché -Estás loca- dije mientras me levantaba y caminaba hasta ella para abrazarla -Y te vez realmente hermosa- y vaya que me sentía tonta al estar a punto de llorar, al verla así de hermosa, presumiendo su sonrisa de oreja a oreja -No puede ser que quiera llorar- replique mientras suspiraba tratando de tranquilizar a mi corazón.

-Si lloras... yo también lloraré- expreso mientras sus ojos se humedecían -Le quiero... realmente le quiero- y si que solo necesitaba que dijera un poco más para ahogarme en lágrimas.

-Dios... no quiero que nuestro maquillaje se vaya a la mierda- replique mientras me separaba de ella para respirar profundamente mientras usaba mis manos como abanico para secar mis ojos y así no llorar -Mejor debería ir a buscar un asiento antes de que la iglesia se llene- explique pues si seguí ahí ya no podría contenerme.

Fue así como luego de darle una sonrisa rápida empecé a caminar hacia la salida.

-Eva...- replicó casi como si dudara mientras su mirada se paseaba por el suelo -Namjoon vendrá- dijo nerviosamente.

Y a pesar de que durante los últimos años me había estado repitiendo una y otra vez que estaba lista, que si lo volvía a ver todo estaría bien.

Pude sentir como mis piernas temblaban y como al escuchar su nombre mi corazón se detuvo.

Ya ni siquiera sabía lo que sentía por él.

-Okey- dije cerrando la puerta pues aquello había hecho que mi estómago se revolviera, ni siquiera había notado como es que mis piernas habían empezado a moverse de aquella manera, cómo está había corrido hasta el baño buscado ocultarme y no salir de ahí hasta que la boda acabara.

-Crees que no lo noto... te haz pasado todo el tiempo mirándolo... todo estará bien dices y luego vuelves actuar como una completa zorra- dijo una voz varonil proveniente del baño de hombres, algo que por un segundo me hizo dejar de pensar en mi.

-Eres una perra- había vuelto a replicar la voz mientras se podía escuchar un golpe seco desde  adentro y supe que no podía fingir que no había escuchado nada, quizá era una metiche pero debía intervenir.

Abrí la puerta encontrándome con una chica que había sido arrinconada a la pared mientras un hombre frente a ella la tomaba del cuello.

Sin embargo este al escucharme había retrocedido y hasta pareció sonreír como si estuviera fingiendo que nada había pasado.

-Es el baño de mujeres- replique entrado al lugar -Y a menos que tengas una vagina bajo esos pantalones o que internamente te sientas como una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre sabes lo que tienes que hacer- fue ahí donde aquel hombre volvió a dejar salir otra sonrisa, algo que pude notar que intentaba utilizar como arma, casi como si intentara hacerme sentir atraída por él, pero hace mucho yo había decidido que hombres como él no valían la pena.

IDÍLICO |+18| KNJ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora