09

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09 | Karma

"A veces no sé si realmente eres el amor de mi vida o alguna especie de mala jugada del karma en contra mío"

90 votos, 55 comentarios y subo el próximo capítulo.

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Restriego mis ojos saliendo de la habitación en la cual desperté sin saber dónde estoy. Al hacerlo, a unas puertas de la mía me encuentro con Iván saliendo también, aun en pijama.

Una sonrisa se plasma en su rostro al instante que me ve y se acerca a mí. Besa mi frente posando su mano en hombro y  pronto se aleja para no incomodarme.

—Buen día.—Musita y me limito a responderle con una pequeña sonrisa.

Juntos comenzamos a avanzar por los pasillos y a bajar por la escalera principal.

—¿Dónde estamos?

—Te dije que te traería a Sinaloa.—Asiento aun bajando las escaleras—Bienvenida a mi humilde hogar.—No respondo y en un silencio un tanto incómodo sigo sus pasos, que nos llevan hasta un comedor donde el desayuno aparentemente ya está servido, aunque nunca había visto uno así.

Iván corre mi silla para que me siente y la cierra, le agradezco al igual que lo hago cuando una mujer me sirve en la taza delante mío mi té de frutos rojos.

Mientras desayunamos, una llamada interrumpe a Iván quien se disculpa por tener que salir a responder.

Cuando voy a mitad de mi desayuno y noto que Iván se está tardando demasiado, la intriga me gana por lo que me pongo de pie y asomo mi cabeza hacia la puerta por la que no entramos, encontrándome con una lujosa cocina en la que sin dudas me encantaría cocinar alguna de las recetas de mi preciada abuela.

—¿Desea algo, señorita?—Me pregunta la misma mujer que sirvió mi té.

—¿Me puedes llevar con Iván?—Ella deja de hacer lo que la mantenía ocupada y sin demorar me enseña el recorrido hasta llegar con el mencionado, para eso, sólo debo abrir una puerta ya que detrás de ella escucho su voz.

No me entretengo demasiado en mirar a mi alrededor ya que por alguna razón la iluminación de esta mansión no me agrada, es escasa dándole un aspecto oscuro y tétrico a sus rincones dándome escalofríos si me detengo en ellos.

Abro la puerta en silencio y veo a Iván utilizando su celular aun en la llamada, me dedico a mirar su espalda que es la única vista que me otorga y realmente no está nada mal, aunque no estuviera igual de marcado que un chavo que va al gimnasio, él no se encontraba nada mal tampoco. Para no parecer ni sentirme como una señora chismosa, entro a lo que parece se run hogareño despacho que contrastaba demasiado con toda la casa, mientras que esta es demasiado moderna, tecnológica y con paredes, pisos, decorados y demás en color blanco brillante, en este despacho predomina el aspecto rústico, con casi todos los muebles y detalles en madera, con un propio hogar a leña y sofás de palet de madera. 

Mis ojos se detienen al encontrar algo que me hela la sangre y me aterra al mismo tiempo. Arriba del hogar se encuentra un enorme retrato de una foto mía que me habían tomado para el periódico escolar en uno de los eventos de gala de mi universidad.

 Arriba del hogar se encuentra un enorme retrato de una foto mía que me habían tomado para el periódico escolar en uno de los eventos de gala de mi universidad

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Karma | Iván GuzmánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora