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05 | Karma
"A veces no sé si realmente eres el amor de mi vida o alguna especie de mala jugada del karma en contra mío"

100 votos, 30 comentarios y subo el próximo capítulo.

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—¿Quién eres? ¿Te conozco y no me acuerdo? Explícame cómo es que ahora estoy en un mismo carro, con un destino desconocido, con.. con.

—¿Con un delincuente? Dilo Amber, sé que es eso lo que piensas de mí.

—Sólo respóndeme lo que te pregunté y deja de deducir mis pensamientos.—Espeté cortante.

Iván tomó aire y abrió su boca para responder finalmente.

—Te conocí cuando..—Hizo una pausa para detener el auto fuera de un portón eléctrico a un lado de una casilla de seguridad y las altas murallas de material que impedían las vistas hacia la propiedad.—No puede ser.—Susurró cuando avanzó el carro y pudimos ver otras tres camionetas aparcadas por el frente de la preciosa y enorme casa de campo que se robaba toda la atención por su hermosa fachada además del jardín perfectamente cuidado y decorado por fuentes de agua, estatuas blancas y algún que otro pavo real habitándolo con total tranquilidad.

En completo silencio Iván bajó del carro y con rapidez lo rodeo para llegar a mi lado, abrir la puerta y extenderme su mano para ayudarme a bajar.

Ignoré su ayuda, me quité mis tacones tomándolos en una mano y con la otra me sostuve de la puerta abierta del coche.

>—Amber..—Su tono sonó en uno de regaño pero lo ignoré y pasé por su lado chocando nuestros hombros a propósito. Escuché su suspiro peor permanecí dándole la espalda observando con admiración a los bellos animales cercanos a nosotros.

—Carnal que bueno vert... ¿Y ella?—Giré sobre mi eje al notar la presencia de una mujer acercándose a nosotros, frunció su ceño y me inspeccionó de arriba a abajo.

—¿Qué hacen aquí?—El tono de voz de Iván sonó por primera vez áspero y cortante, notándose incómodo de ver a la mujer delante nuestro.

—Creímos que sería buena idea venir a verte, ya que si no nos das señales de vida comenzamos a creer...

—Pues creyeron mal, estoy bien y necesito que me dejen sola la finca.

—¿Qué son esos modales menso?—Él me observó atónito por mi valentía pero si acaso este fin de semana era el último de mi vida no me detendría a decir lo que pienso o a hacer lo que quiero.

—Estás jugando con fuego Amber.

—Así que ella es Amber.—Dijo la muchacha.

—Uy si, el Lavaboy.—Exclamé con ironía.—Nada más te falta el cabello rosita y... ¡Ah!

—Yo te advertí.—Murmuró entredientes tras alzarme en su hombro como un costal de papas sin esfuerzo alguno y comenzar a caminar.

—¡Suéltame maldito loco!—Golpeé con mis puños cerrados su espalda pero eso pareció no inmutarlo porque siguió caminando con total normalidad.—¡Que me sueltes te dije! ¡¿Acaso estás sordo Lavaboy!?

—No seas tan brusco con ella, Iván.

—Marietha métete a la casa y dame privacidad por favor.

—¡No me dejes sola!—Le rogué, o más bien exigí con amabilidad, a la muchacha quien mordió sus labios con nervios sin dejar de caminar detrás de Iván.—¡Bájame que yo camino sola pinche loco atrabancado!

Karma | Iván GuzmánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora