Capitulo 21: El cambio

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Frialdad.

Una palabra bien compuesta y la cual da significado intenso. Esa palabra me ha definido bien por bastante tiempo, ha sido difícil demostrarme así, ya que antes del secuestro en verdad era una chica muy diferente, pero luego cambie de una forma radical, donde conocí esta palabra y la exprese de la misma manera.

Creí que la iba dejar de utilizar cuando conocí a Mike o cuando me llegó a interesar, creí que no volvería a mi vocabulario básico, pero aquí está, y estoy actuando de la misma manera.

Quisiera decir que lo he superado, eso quiere mi cerebro pero mi corazón sabe que eso todavía no sucede, es algo que me está matando y cada vez creo que mi corazón está mas y destrozado. Es increíble ver cuánto te puede afectar una persona, o mejor dicho las acciones de esa persona.

Ha pasado días tras día, donde en la mayoría de los días me duermo llorando, odio tanto la sensación de llorar, me siento tan vulnerable con mis ojos rojos e hinchados, al igual que mi nariz y tener que sorber esta cada cuatro segundos, es en verdad detestable.

He cambiado y me he dado cuenta, todos se han dado cuenta y todos me lo dicen, pero ¿Qué puedo hacer? Fui usada de la peor manera posible. Dicen que esto pasara con tiempo y en verdad lo creo, pero no sé si quiera esperar. Ahora soy más fría que antes y más seca creí que eso no podría suceder, pero al parecer si se puede, soy el ejemplo "perfecto" por decirlo de alguna manera.

Me encuentro en mi cuarto acostada, junto a mí esta Beethoven descansando, mientras yo solo veo el techo de mi cuarto. Estoy descansando mentalmente, tratando de no pensar en nada ni en nadie, es decir tener la mente totalmente en blanco. He llorado tanto que creo que ya no puedo llorar más, quisiera sentirme fuerte y no débil, así que lo intentaré hasta lograrlo.

Decido sentarme en la cama, mientras acaricio a Beethoven, analizo cada pequeño movimiento de él, siento su pelo entre mis dedos, su respiración y en ese momento me transmitió paz, algo que no sucedía desde hace un buen tiempo, cerré mis ojos y respire profundo para luego soltarlo. En eso escucho que alguien toca mi puerta...

-Pase-dije con un poco de ánimo y con tranquilidad, veo que se abre la puerta y veo que por esta se asoma Marco.

-Hola hermanita-dice entrando y dejando la puerta un poco abierta.

-Hola-dije y le sonrió sin mostrar los dientes.

-Veo que tienes un poco más de humor-dice y es cierto.

-Sí, me ayudaron-dije viendo a Beethoven y acariciándolo.

-¿Quieres hacer algo hoy?-preguntá, yo lo pienso un momento, la verdad como no he tenido muchas ganas de hacer mucho, pero hoy me sentía un poco mejor que otros días. 

-Depende de lo que quieras hacer -contesté y era cierto porque podía tener ganas de hacer algo pero si no me gusta lo que me dice digo que no. 

-Ir al salón de juegos y pasar el rato-dice y la verdad ese plan me gusto bastante. 

-Estoy de acuerdo -respondí y vi como me sonrió ampliamente. 

-¿Cómo te sientes? -pregunta preocupado.  

-Es difícil, quisiera decir que pronto estaré bien, pero no lo sé. En verdad creí que mi primera relación iba hacer bonita y que en algún momento iba a terminar, nunca me imaginé que terminaría porque me entere que era una apuesta. Estoy aquí todo el día llorando y tratando de distraerme, es difícil y no quiero salir porque no quiero que ustedes me vean así, sufriendo y llorando por alguien que es un asco-dije con mucho dolor en el pecho, y siendo sincera.

-La verdad jamás me han roto el corazón, siento no ser de mucha ayuda-dice triste sentándose en la orilla de mi cama.

-Igual los consejos que me dan las personas que le han roto el corazón no son muy buenos tampocos-dije encongiendome de hombros, sin tomarle mucha importancia.

Amor en partes igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora