11

682 138 48
                                    

¿Y ahora qué? Me subí y sostuve su mano durante todo el trayecto. Mi corazón sintió aquella exquisita mezcla de adrenalina, felicidad, miedo, pero al final, calidez.

¿Y ahora qué? Mirar cómo el tiempo se escurría como agua entre mis manos y no poder hacer nada. Despedirnos sin mediar palabra en medio de la calle para cada uno tomar rumbos diferentes.

¿Y ahora qué? Mirar por la ventana de mi habitación como llegaba un auto negro y Jungkook salía con su maleta. Su mirada encontró la mía por unos escasos segundos donde me sonrió. Donde sentí mi corazón llorar pidiendo que debía salir y sostener su mano por última vez.

¿Y ahora qué? Se subió después de abrazar a su madre, abrió la puerta del copiloto y se escucho la puerta del auto ser cerrada. Mis manos se volvieron puños.

¿Y ahora qué? El auto encendió sus luces y fue aquí que me aleje de la ventana tan rápido como pude. Me coloque un abrigo y baje tropezando los escalones.

«—Nunca, aunque no sientas mi mano junto a la tuya, seguiré ahí para ti.»

Me coloque los zapatos torpemente y abrí la puerta.

¿Y ahora qué? Mi mano sostuvo la perilla mientras mis ojos vieron como el auto empezó avanzar. Quise salir, quise gritar su nombre, pero me plante en la puerta de mi casa sintiendo el frío ingresar a mis huesos. El sonido de las llantas y motor se fue alejando hasta que fue la nada misma. Mis ojos no se fueron de donde había estado el auto hasta que sentí la mirada de la señora Jeon.

Hice una leve reverencia y retrocedí hasta cerrar la puerta. Apoye mi frente en esta y golpeé con mi mano con fuerza en la madera.

Era una maldita cobarde y miedosa.

¿Y ahora qué?

Sonreí mientras mordía mi labio al sentir como un nudo se formaba en mi garganta impidiendo que respirara con normalidad. Mi corazón dolía y las piernas perdieron fuerza con el paso de los segundos.

—S-supongo que nuestras manos nunca debieron sostenerse...

Y ahora era tiempo de seguir caminando sobre la cuerda ignorando el vacío.































✴✴✴✴✴✴✴✴✴
Corrí entre los pasillos esquivando como una profesional a todo el mundo. Tenía presionado en mi pecho miles de hojas. Había cometió la idiotez de acumular trabajos y ahora tenía tan solo la primera hora para buscar al profesor Oh y poder al menos conseguir una nota mediocre. Me lo merecía, había estado tan perdida, tan deprimida sin razón alguna que ni siquiera había prestado atención en muchos cursos.

El mes había sido toda una mierda, treinta días donde quise desaparecer entre mis pinturas. No podía explicar el porqué sentía ganas de llorar cada vez que veía el atardecer. O no podía ni siquiera pasar por el salón de música sin sentir un revoltijo en el estómago.

Ah...¿A quién quiero engañar? Sabía el motivo y tenía nombre y apellido, pero me negaba a reconocerlo y prefería poner escusas tontas. No quería ni siquiera recordar su nombre o rostro, pero se me era imposible. Incluso la melodía parecía haberse tatuado en mi piel, corazón y mente.

Gire tan rápido en una esquina que las hojas terminaron volando por el aire cuando choque de lleno con alguien. Me fui al suelo levantando los brazos patéticamente gritando agudo. Terminé golpeando mi cadera en el frío suelo y mi cabello terminó por toda mi cara.

—¡Oh mierda! —exclamó una voz.

Pronto alguien me ayudó a levantarme mientras maldecía todo lo existente. Retire mi cabello de mi cara escupiendo algunos mechones que se habían metido en mi boca. Cuando pude ver claramente, me tope con un joven más alto que yo, pero no tanto, tenía el cabello platinado y lacio.

Me sorprendió la finura de sus facciones, quijada que parecía un cuchillo. Nariz pequeña. Ojos pequeños y rasgados que eran de un café oscuro. Sus labios eran gruesos y de color carmín. La piel era blanca y se veía suave. Y vestía con pantalones negros algo sueltos en el tobillo y una camisa blanca metida por la cintura dejando ver su clavícula.

Era como un ángel, un ángel triste.

Fui consciente de las ojeras debajo de sus ojos. Su mirada era vacía y me dejó helada. Cada movimiento parecía ir en cámara lenta.

—Lo siento tanto, no me fije —. Su voz era más delgada de lo normal pero no dejaba de ser varonil y atrayente, como si Dios se hubiera puesto de acuerdo para darle todo los aspectos para ser un ángel caído.

—Descuida, lo más probable es que yo te haya chocado —. Reste importancia moviendo mis manos frente a él.

Asintió sin mucho ánimo y se agacho frente mío para empezar a recoger las hojas. Hasta yo me había olvidado que debía entregar el trabajo temprano. Imite su acción agschandome frente a él. Los dos en medio del pasillo recogiendo las hojas y juntando con torpeza.

—Por cierto, me llamo Park Jimin.

—¿Debo decir mi nombre también para no quedar como una mal educada? —cuestione sufriendo en silencio por tener que socializar.

Pude presenciar una pequeña sonrisa que hizo que sus ojos se achinaran un poco asintiendo provocando que su cabello me hiciera cosquillas en mi frente. Fue ahí recién que me di cuenta de la cercanía y disimuladamente me aleje unos cuantos centímetros.

—Va... Esta bien —bufé—Me llamo Rea, alias la amargada —finalice.

Me miró y me entregó las hojas en mis manos. Nos colocamos de pie y limpie con una mano el polvo de mis rodillas.

—Bueno, Rea, es un gusto poder haber chocado contigo —señaló detrás mío donde continuaba el pasillo—, pero debo ir a clases o llegare tarde.

Hice una reverencia torpe por sostener las hojas.

—Igual, llegare tarde —me sentí algo incómoda por su mirada fija y vacía en mi—adiós, Jimin —me despedí y pase por su lado.

Cuando estaba a unos metros de él, gire solo un poco para ver su espalda perderse por el pasillo. Sus ojos eran vacíos, como si hubiera miles de muros protegiendo algo que quería gritar. Sus movimientos lentos, como si no tuviera energía para nada y su sonrisa a pesar de ser linda, mostraba todo menos alegría.

Como un muerto en vida, pensar aquello me causó escalofríos. Porque sin razón alguna lo compare con Jungkook, el sonreía y aun así a veces parecía querer ocultar algo. Sus ojos eran demasiado expresivos, mostraban brillo como si fuera la primera vez que veía el mundo, pero habían veces donde pude ver ese deje de tristeza, miedo, como una vela siendo apagada.

Como si buscará ayuda, así como los ojos de Jimin lo pedían.

...

¿Y ahora qué, Jungkook? Continuó con mi vida, pero aún así te recuerdo. Estoy ignorando todo para mantener mi jardín de rosas intactas. Espero tu puedas encontrar muchas rosas de ilusiones.

Compartan, comenten, Voten UwU

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Compartan, comenten, Voten UwU.

¿Les está gustando como va la historia? Quiero leer sus opiniones UwU. 💜

C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora