¿Alguna vez han aceptado sobras? Y lo recibes como si fuera el mejor premio a pesar que no es prácticamente nada.
Eso era lo que yo siempre había recibido de mis padres, y es que si en algún pasado me dieron cariño, era tan mínimo que no lo recordaba del todo. Aún así esperaba aquella migajas. Sonreía enorme y mi corazón rebosaba de alegría cuando me regalaban una simple y vaga sonrisa.
Patética.
Pero no podían juzgarme, solo quería ser amada por quienes se suponen me dieron la vida. Por quienes se suponen, debían buscar mi felicidad y evitar mis lágrimas. Cuando estaba cerca de ellos me sentía una niña que se mete debajo de la meda pensando que era un lugar seguro.
—¿Sigues estudiado en la universidad de arte? —cuestionó mi tía.
Era sábado y yo ya me encontraba en Estados Unidos, sentada en el comedor de la lujosa casa de mamá hablando con mi tía, la responsable de mi primera fiesta a los quince, responsable de regalarme mi primer lienzo y pinturas.
Me sentía cansada, no me gustaba los viajes, me daba náuseas y dolor de cabeza durante horas. Bebí de mi jugo de manzana mientras escuchaba algunas anécdotas de mi tía Haneul. Solía ser muy animada para su edad.
—Yo sabía que mi sobrina estaba metida en coas turbias, pero no pensé a ese nivel —soltó.
Aquello me llamó la atención levemente y dejé de tomar de mi jugo.
—¿Qué paso con Yua?
Yua era mi prima seis años menor que yo. Estaba cursando el penúltimo año de secundaria. Era una de las personas más puras que existía en la tierra, por eso me llamaba la atención lo que decía mi tía.
—De todo hija, de todo —sacudió su mano exagerando sus expresiones.
—No es por ser cruel, pero... ¿Que podría llegar hacer alguien que no puede ver? —susurre apenada por decir aquello.
Yua había perdido la vista por culpa de un accidente. La pobre había pasado por una etapa de depresión muy profunda, pero hace unos años atrás me dijeron que estaba mucho mejor.
—Yua es muy independiente a pesar de no poder ver. Pero vieras el grito al cielo que pego sus padres cuando se enteraron que un tipo mucho mayor que ella la visitaba.
Mi boca se abrió de la sorpresa, pero lejos de sentir enojo o decepción, sentí alegría. Sonreí tapando mi sonrisa con el vaso.
—Bueno, ya es bastante grande como para saber en donde se mete. Quizás él sea la razón de su mejora —concluí.
Me arrepentí al instante cuando mi tía empezó con su sermón de la moral, educación a los jóvenes y cosas que solo me causaban risa de vez en cuando.
Durante aquella hora, mamá nunca apareció. Traté de llamarla, pero tenía el celular apagado. No quería pensar mal, pero no era la primera vez que mamá ignoraba mis llamadas.
Me despedí de mi tía y subí a la habitación de invitados. Mañana llegarían mis primas menores y debía recargar fuerzas para soportar sus chillona voces de adolescentes.
Camine por los pasillos de la segunda planta con mi pijama ya puesta. Había varios ventanales que daban una hermosa vista a la ciudad llena de luces. El ruido de los autos se podía escuchar desde aquí. La casa o más bien departamento estaba ubicado en una de las zonas más caras.
No se podía esperar menos de una abogada reconocida.
Abrí el balcón y camine hasta estar apoyada en las rejas. La brisa era suave y golpeó mi rostro logrando que cerrará los ojos buscando paz dentro mío.
Una paz que no llego, no hasta que recordé su sonrisa, su mirada, su rostro y su melodía. Era sorprendente como podía llorar al pensar en el y a la vez sentir paz. Volví a dibujar sus facciones, mientras se reproducía en mi cabeza aquellas notas. Había decidido ignorar, continuar con mi camino en aquella cuerda inestable.
Aún así, el había dejado una huella en mi cabeza y corazón. Poco a poco me destruía y todos mis intentos por sostener mis muros parecían valer menos.
Cuando sentí mis ojos picas decidí que era suficiente. Me aleje del balcón y cerré las puertas de vidrio para volver a la habitación de huéspedes. El lugar se sentía frío y me recordó a mi casa en Seúl. Abrí la puerta y la cerré detrás mío botando todo el aire que tenía acumulado en mis pulmones para volver a llenarlos y así repetir el proceso hasta que termine sentada en el margen de mi cama mirando a la pared.
—Fue lo mejor, fue lo mejor —me repetí con un pobre intento de blanquear mi mente y dejar de pensar en todo lo que pudo ser.
Me hice un moño desordenado y me pase las manos por la cara sintiendo todo mi cuerpo pesado al igual que mi corazón.
Fue entonces que mirando la pared como si fuera la más interesante de la habitación, algo captó mi completa atención. Una caja metida debajo de la pequeña mesa de noche. Mi rostro estaba mirando a un costado y como la curiosa que era, me arrodillé al costado de la cama.
Metí mis manos con miedo de toparme con alguna araña, así que lo hice lo más rápido posible y la terminé lanzando al medio de la cama.
Era una caja de zapatos vieja con cinta en algunos lados donde había grietas. Gran representación de mi corazón ahora mismo. Sacudí mis manos y miré cautelosa la puerta para ver si alguien venía. Pasé saliva con fuerza y me dispuse a levantar la tapa de cartón.
Varias fotos de cuando era niña, unas cuantas de mi madre cuando era más joven y mi papá vestido de policía en la entrada de la estación. Las retire y las sacudí para poder ver mejor. Sonreí nostálgica. Hace bastante no veía a papá. Él era quizás, el más comprensivo. Fui pasando las fotos una detrás de otra, hasta que me tope con una donde aparecía con la ropa de secundaria. Algo que me extraño fue cuando me vi con el cabello corto, no recordaba habérmelo cortado. Siempre había usado el cabello hasta más abajo de los hombros gracias a que era tan esponjoso que terminaba encogiendose unos cuantos centímetros. Mire la parte trasera y vi la fecha de la foto.
5 de diciembre de 2013
Sonreí, había pasado mucho tiempo ya, era normal que olvidara aquello. Me encogí de hombros y seguí rebuscado algo interesante.
Mi libreta.
Mi libreta de dibujos.
La que se supone perdí.
Mi libreta.
¿Cómo llegó aquí?
...
¿Sabes? No sólo eran sentimientos lo que nos unía. Poco a poco me di cuenta que también eran sucesos. Me había tirado al vacío hace mucho, pero recién ahora me daba cuenta.
Ya saben que amo ver sus opiniones. Así que Voten, comenten y recomienden.
Esta historia pertenece a la Saga Tears.
#1: CONTRA VIENTO Y MAREA || JJK
#2: DAMA || PJM
#3: NUNCA DIGAS ADIÓS || KTH
#4: BASTÓN || MYG
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C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)
FanfictionContra viento y marea se tomaron las manos. Ella con su pincel y él con su violín. Ella buscando lo que la realidad no podía brindarle y él buscando lo que le fue arrebatado... La felicidad. [ 3ER PUESTO ES EL CONCURSO "THE SUMPTUOUSNESS AWARDS 2023...