Contra viento y marea se tomaron las manos.
Ella con su pincel y él con su violín. Ella buscando lo que la realidad no podía brindarle y él buscando lo que le fue arrebatado... La felicidad.
[ 3ER PUESTO ES EL CONCURSO "THE SUMPTUOUSNESS AWARDS 2023...
No importaba cuan perdida me sentía, la vida me pisa los talones y debo guardarme las lágrimas para continuar. Así fue que una nueva semana se asomo con lentitud, pero trayendo consigo trabajos y más trabajos.
Durante la semana y la siguiente, todo fue contra mi. Los cuadros empezaron a ocupar gran parte de mi habitación, gritando en silencio que ya no había escapatoria. Los días eran lentos, fríos a pesar que el invierno nos había dejado ya. Todo me parecía azul y gris, cada persona que me hablaba lo sentía lejano, como si fueran ecos. Aquellos trabajos que en algún pasado me mantenían ocupada, ahora parecían un motivo más para no salir de cama y mirar por horas aquella puerta con el candado llamándome para abrirlo y poder leer aquellas páginas que parecían haber sido arrancadas de mi cabeza.
Jimin y Lara parecían niñeras, tomándose el atrevimiento de seguirme hasta mi casa y estar merodeando como si fuera suya.
Me cuidaban, eso decían.
Pero me sentía más inútil, tampoco tenía las fuerzas para decirlo en voz alta. Estaba en un estado donde el miedo dejó mi cuerpo junto a lo poco de felicidad que creía tener.
Solo quedaba un envoltorio vacío, como aquel que tiras a la basura luego de abrir aquel regalo que resultó tener en el interior puro confeti, aquel regalo especial se iban al darte cuenta que todo lo que había dentro era nada.
Así me sentía, todo este tiempo pensando que tenía ilusiones, metas sueños, ahora eran polvo y yo un simple envoltorio.
Un triste vacío...
Aquella felicidad que decía obtener sumergiendo mi mente en la pintura era falso, tan patético como esperar el cariño de mis padres.
Algunos días miraba a la ventana deseando encontrar algo que me motivará a seguir. Aquella corazonada que sentí cuando lo vi.
Tener la energía que tuve para correr por todo el campus sólo para verlo.
¿Era egoísta al querer mi felicidad?
¿Era egoísta al desear muy en el fondo volver a verlo?
¿Era cobarde por plantearme bajo la lluvia de mi sufrimiento y esperar que la vida me premie?
Si, lo era.
Me tape mejor con mis cobijas buscando calidez. Escuché voces, platos golpear y luego alguien entrar a mi habitación.
—Largo, los voy a denunciar por invadir mi hogar —suelto, mi voz suena rara por estar tapada por completo.
—¡Aigoo! ¿Cuanto tiempo piensas seguir así? Da gracias a que Jimin y yo te cocinamos o estarías muriendo de hambre —. Jalo de las cobijas con fuerza destapandome.
Sufrí un escalofrío cuando el viento golpeó mi cuerpo. Todo mi cabello terminó en mi cara. Cruzo los brazos terca, no quería su ayuda o cuidados. Suficiente tenían con ver mi cara depresiva todos los días en la universidad.
—Wow... Estas hecha una mierda.
—Gracias Jimin —digo con sarcásmo al ver como el mencionado ingresa a mi habitación con las manos metidas en su pantalón.
Mientras yo me hundía, él parecía haber encontrado alguna luz, pues lo veía más animado, el color de su piel había regresado y las ojeras ya no eran por algo más que estudiar lo debido. Ahora parecía un ángel brillante, quise sentirme como él, preguntarle como había logrado encontrar aque camino en la oscuridad.
—Rea, de verdad, debes arreglar lo que sea que te esté pasando —hablo Lara.
Me sentía algo culpable, incluso Jimin tenía algo de conocimiento sobre mis sentimientos. Pero ella venía hasta aquí, me cocinaba, aunque hablara mucho, solía sacarme al menos una o dos sonrisas. En cambio yo solo la evitaba.
Con lentitud me fui sentando con la espalda apoyada en la cabecera. Retire el cabello de mi cara soplando para que fuera más fácil. Los miré parados a los dos frente de mi, con la preocupación brillando en sus ojos.
Quizás no estaba tan sola...
—Comeré solo si traen la comida hasta aquí —condiciono mostrando una sonrisa sin dientes.
Lara asiente de acuerdo, pero Jimin niega con la cabeza. Se acerca hasta mi a un costado de la cama.
—No, necesitas salir de la cama, así que iras al comedor a sentarte como una persona normal.
Lo fulmine con la mirada y este parecía decidido, negué con la cabeza. Parecía una niña, pero vamos, no quería salir de cama, estaba cansada. Había tenido unos días de mierda.
—Me quedare aquí y esperare mi comida ¡Ah! —grito cuando me veo siendo levantado en brazos por Jimin como si fuera una princesa.
Pará no caer, llegó mis brazos detrás de su cuello y le aferro. Escucho la risa escandalosa de Lara y soy llevada hasta el comedor. Toda mi cara se torno roja cuando fui dejada en la silla y Jimin me desordeno el cabello con cariño.
Lara feliz al ver que por fin probaría su comida empezó a servir cantando una canción de una de sus bandas favoritas.
Creo que se llamaba Euforia... Pero no estaba segura.
—Rea, la próxima semana pensábamos ir a la playa con Jimin y un grupo más de la universidad. Y como buena amiga que soy iras conmigo —aviso, más no pregunto, la mire ofendida cuando volteo con los platos husmeando.
—¿Cuál amiga? Soy una solitaria —hablo acomodando mi cabello.
Los dos se miran y sueltan risas.
—Aún no está lista para aceptarlo, déjala, así de ciega es —. Le comunico al platinado quien se acomodo la camisa que llevaba dejando ver parte de su cuello.
Eso era demasiado... ¿Provocativo? Debería dejar de hacerlo a la ligera.
Empecé a comer apenas Lara dejó todo sobre la mesa. Los tres sentados mientras discutíamos sobre ir a la playa.
No quería ir, odiaba la arena que se metía a tu cuerpo y después era un calvario limpiar todo. Luego el cabello se maltrataba con el mar y el sol te quemaba.
No quería ir, la última vez fue por un viaje obligatorio en la escuela y permanecí escondida en los baños. Recibí una sanción por evitar los ejercicios con mis compañeros, pero valió la pena.
Por alguna razón, la playa le provocaba miedo, angustia, las olas del mar eran muy bonitas, pero las evitaba.
Como todo en realidad.
O diablos, debo dejar de evitar todo lo nuevo o fuera de mi patética rutina.
—Okey, iré, ¡Pero no me meteré al mar! —aviso seria, pero luego una suave sonrisa se plasma en mi rostro cuando veo la ilusión en los ojos de... Mis amigos.
... Perdida en la oscuridad, pero no sola...
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