07

918 172 31
                                    

Mordí mi labio tapando con mi gorro negro parte de mis ojos. Apoye mi cabeza en el respaldo de la silla y cerré los ojos. Escuchar de fondo la risa de algunos me molestaba. La profesora no llegaba y de verdad estaba esperando su llegada, no por gusto me levante temprano y corrí por todo el campus para ver la cara de gente que ni conocía y tampoco tenía la intención.

Estudiar en la universidad de artes no era color de rosas específicamente. Ahora que lo pienso, la palabra rosa siempre está presente en mi, y es que es fascinante como comparamos la vida con una y si la quitamos de la ecuación, vemos todo oscuro.

—¿Rea? Tierra llamando a Rea —. La voz de Lara se alzó sobre él bullicio, di gracias, podía soportarla a ella, a nadie más.

—Estoy aquí, siéntate delante mío, no quiero estar cerca de gente idiota.

Escuche su risa y luego sus tacones hasta que algo cayó sobre mí cara hasta aterrizar de golpe en la mesa. Me retire el gorro y tuve que acoplar mi vista a la intensa luz que ingresaba por las ventanas.

—Toma, te traje tu dosis de café —soltó de golpe.

Acomodo su cabello rojo de un lado a otro. No podía creerlo, ¿De verdad estaba cumpliendo? Tuve que morder mi labio para no sonreír con la sorpresa e incredulidad invadiendo mi ser.

—¿Fue él? —pregunté por las dudas.

Lara asintió con ánimo, bueno, siempre era así. Tome entre mis heladas manos aquel vaso descartable que traía aparte un sobre de azúcar, eso era lo que había impactado contra mi rostro. Estaba caliente y cuando abrí la tapa, el aroma a café recién comprado golpeó mis fosas nasales logrando calentar mi cuerpo.

—Llegamos juntos, incluso me pregunto que tipo de café te gusta. Me quedé como estúpida, nunca me lo dijiste.

—No tendría, solo me debes dinero —comento encogiendo mis hombros.

Acerque la bebida caliente a mis labios soplando de a poco hasta dar un pequeño sorbo que me hizo jadear de gusto.

—Socias, socias, repite conmigo —se giro en su asiento y artículo con lentitud—. S-O-C-I-A-S...

Negué con la cabeza como una madre cansada y le reste importancia moviendo mi mano concentrada en el sabor de la bebida. Ingresó y calentó todo a su paso, como un manto interno que brindó calidez.

Bueno, si está iba a sentir durante una semana entera, empezaría amenazar a Jungkook con la denuncia más seguido. Sonreí un poco al recordar la conversación en la ventana.

Esa pizca de felicidad se fue cuando sus ojos volvieron a mi. Aquel recuerdo empezaba a perseguirme incluso en mis sueños. Dejé de beber de golpe. Aprovecharía que la profesora no venía y dudaba que apareciera hasta dentro de una hora.

No sabía cómo articular las palabras, dudaba mucho que fuera lo suficientemente clara para que me entendiera. Suspire antes de llamar a Lara tirando un poco de su cabello. Esta dejo de ver su celular y giro a verme.

Dude un poco, pero termine soltando lo que tenía retenido hace días.

—Lara... ¿Recuerdas la melodía que toco Jungkook con su violín? —pregunté con duda, agarrando con fuerza la bebida entre mis manos.

Se tomó unos minutos para pensar o recordar. Ladeo la cabeza como un cachorro y asintió como una niña.

—Claro, fue muy bonito escuchar un violín después de tiempo. La última vez fue en la boda de mi madre —comentó.

Contuve el aliento antes de continuar con mi avalancha de preguntas.

—¿Qué sentiste? Digo... ¿No sentiste como si... Te arrancará algo por dentro? —titubeo algo insegura.

La mayor parte del tiempo no tenía filtro, decía lo que me apetecía sin tapujos. Pero últimamente todo lo que giraba en torno a Jungkook, me dejaba en una cuerda floja, donde no sabía si debía seguir con las preguntas y caer o aferrarme a seguir ignorando aquella corazonada.

No sabía si tirarme al vacío por respuestas o caminar tambaleante hacia la ignorancia.

La pelirroja hizo un gesto extraño, como si estuviera en una crisis tratando de que aquellos sentimientos que le provocó aquella melodía, volviesen con nitidez.

—Era alegre, incluso podría crear una canción con la base.

Pase saliva, sin razón alguna, empecé a beber del vaso que ya estaba frío con rapidez, sin respirar.

No quería pensar que estaba loca o que era tan deprimente que siempre buscaba un lado oscuro a lo que sea que viese o escuchase. Porque podía jurar que esa melodía había causado estragos en mi. No era normal que cada vez que la escuchaba era como la primera vez y poco a poco, algo me decía que si prestaba más atención aún, podría leer cada nota, cada vibracion como lo hacía mi corazón.

Era una rara mezcla de miedo y curiosidad. Quise reír por lo estúpido que podía llegar a sonar en mi mente.

—Alegre... Yo siento como si quisiera llorar —confesé sin poder ocultarlo.

Lara, quien había estado mirando sus uñas, me presto atención. Trato de buscar algo en mi rostro. Un indicio del motivo de mi pregunta.

En algún pasado mi madre me había felicitado (Una de las pocas veces que supe lo que era que te sonrían con orgullo) Pero ahora no sabia si era algo bueno. Madre siempre dijo que era tan difícil de leer como un mapa sin la mitad de su hoja. Porque quizás podías llegar a mi hasta un punto, pero corrías el riesgo de perderte.

Por mucho tiempo me sentí especial, pero poco a poco me cerré. Porque ser un mapa que no podía ser descifrado cansaba. Era agotador saber que había algo que me faltaba, era consciente de ese pedazo que se había ido de mi. Mi madre me felicito por ser indescifrable, quizás porque ella se encargo de perder aquel gran pedazo. Y la lleno de ilusiones.

—Existen cosas que nadie puede explicar, si sientes algo diferente, especial, debes aferrarte hasta encontrar la respuesta. No sabes que puedas estar dejando pasar.

Mis ojos vieron la suave sonrisa amable de Lara. Luego baje a mirar el café ya frío.

—Sin importar el resultado, sin importar la respuesta... ¿Debo aferrarme? —cuestione.

—Sin importar la respuesta, sin importar el resultado. Solo se vive una vez.

No quería rocas en mi camino. Pero algo me decía que estaban muy cerca de caer sobre mi.

...

Dicen que ser transparente es bueno, pero corres el riego de ser dañado. Pero era peor estar bajo miles de capas, bajo miles de muros. Porque tarde o temprano, estas caían sobre ti ahogando todo lo que protegidas con anhelo. Yo sentía que mis muros se estaban agrietando mientras más caminaba en busca de una respuesta.

Lloro brillitos, sus comentarios me hacen muy feliz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lloro brillitos, sus comentarios me hacen muy feliz. Dejen de ser FANTASMAS, me gusta leer lo que piensan y como se identifican con la historia. Ayúdenme a que más gente pueda leerla historia, compartan UwU.

C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora