C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)

23

No sabía si tirarme por la ventana o por la puerta, pero definitivamente tirarme del auto estaba en mis planes. Fundi mi frente con la ventana y cerré los ojos al volver a escuchar el coro de gallos de mis compañeros de universidad. Lara los había contagiado, colocando un mix de canciones kpop. Todos estaban a punto de bailar una de las coreografias. Miré al conductor, Jimin tenía unos lentes de sol, su cabello brillaba más de lo normal, la camisa como siempre, dejando ver su clavícula.

—¿También quieres tirarte por la ventana? —preguntó divertido girando a verme solo unos segundos.

Me encogí de hombros.

—Por la puerta es más atractivo —segui el juego.

Los dos sonreímos desviando la vista hacia el retrovisor donde una eufórica Lara junto a Yeonjun y Weein cantaban hasta hacer temblar todo.

Yeonjun era estudiante de danza contemporánea al igual que Jimin, era un año menor, pero eso no quitaba la experiencia que poseía, desde que aprendió a caminar supo lo que era mover su cuerpo al ritmo de melodías o al menos es lo que nos dijo cuando le preguntamos. Su cabello era azul y tenía miedo que se perdiera al meterse al mar, sería difícil diferenciarlo.

Por otro lado, estaba Weein, teníamos la misma edad, veintitrés años. Ella se desenvolvía en el ámbito del canto, su voz era suave, pero potente. Por alguna razón, todos eran más alto que yo, incluso ella. Con él cabello castaño y largo.

Los tres juntos parecían los mejores amigos, parecíamos todos amigos. Se sentía bien a pesar de tener que soportar sus cantos y bailes mal coordinados a pesar que dos de ellos bailaban desde la cuna.

Contuve una risa cuando Yeonjun se atoro al tratar de llegar a una nota y empezó a toser como un viejo con tos crónica, Lara y Weein se fundieron a la ventana para evitar sus microbios.

—Perfecto, ahora todos tenemos mini Yeonjuns en nuestros cuerpos —soltó Jimin quien negó como un padre.

—No te preocupes, tiene todas sus vacunas —aviso divertida Lara golpeando la cabeza del peliazul como si fuera un perro.

Weein y yo reímos sin poder evitarlo al ver lo indignado que estaba Yeonjun. Al cesar las risas y el silencio reino, decidí que necesitaba aire. Debía admitir que estaba realmente nerviosa, durante todo el viaje mi estómago parecía tener terremotos.

"Las mejores playas están en Busán"

Dijo Lara un día antes, ya era demasiado tarde como para negarme a ir. Así que apenas aborde el auto de Jimin, tenía un mal presentimiento. Miles de escenarios se crearon en mi cabeza y ninguno terminaba con un final feliz.

Él estaba en Busán.

De solo saber que estaba ahí, que podría verlo al menos de lejos, mi interior gritaba en una rara mezcla de miedo y alegría.

—Vamos Rea, el mar no es tan malo, deja de temblar —Jimin me desordeno el cabello como solía hacer.

Entonces caí recién en cuenta que mis manos parecían tener vida propia y se movían nerviosas sobre mis muslos.

—No es eso...solo estoy emocionada —mentí sin querer preocupar más. Entre Lara y él, definitivamente Jimin me cuidaba más, a veces me cuestionaba del porqué de su comportamiento.

—Aja y tu me gustas —. A pesar de haberlo dicho con sarcásmo no tarde en sentir mis mejillas calientes.

Aclaró mi garganta fingiendo que no escuche nada.

—De verdad, hace mucho que no iba a la playa. Es... Extraño, no recuerdo casi nada de haber ido a una —comentó ida, mirando por la ventana.

Ya estábamos en Busán, pero nos dirigíamos al hotel cerca de la playa. Era bastante lujoso, lo bueno es que podíamos costiarnos los gastos a excepción de Lara a quien le pagaría todo sus gastos, tampoco es como si el dinero fuera mío. No me dolía gastarlo, con algo debían sustentar mis padres su falta de cariño.