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—¿Lo conoces?

—¡Claro! Comparto con él algunas clases de danza contemporánea, es muy bueno —chilló en susurrós.

Mire a Lara algo curiosa, estábamos paradas debajo de un árbol que no tenía casi nada de hojas ya que aún el invierno dejaba sus estragos. Incluso el clima demoraba en irse y estaba en un limbo donde a veces hacía calor y otras un frío infernal. Suspire mirando al platinado recostado en el tronco de un árbol con los ojos cerrados y podía ver desde donde estaba, como sus labios se movían como si estuviera hablando solo.

Lara se colgo de mí brazo y todo su cabello rojo choco contra mi hombro y cuello descubiertos. Miles de cosquillas me atravesaron y la aleje golpeando su costilla.

—Auch.

—Aléjate mujer, pareces un chicle —solté sin dejar de ver a Jimin.

Escuche como bufo y se soltó de mi brazo, pude mover el hombro libremente.

—Es extraño, ¿No crees? —cuestiono rascando mi cuello. La miró de reojo y la veo encogerse de hombros.

—Me recuerda a ti —. Giro a verla curiosa—, los dos encerrados en su mundo, el baila y tu pintas.

Sonrió y se despedido de mí diciendo que llegaría tarde a sus clases. Me quedé apoyada en el tronco pensativa por las palabras de Lara.

Mi mundo.

Incluso en mi mundo empezaba a ver gris. Baje la cabeza como si tuviera miedo que la gente me tache de cobarde.

Tenía miedo de dejar mis rosas, tenía miedo a lo nuevo. Tenía miedo a los enormes rocas.

Pintar ahora se sentía como una dulce tortura. Porque sabía que estaba haciendo mal, pero aún así me gustaba encerrarme entre pinturas.

Mis ojos se abrieron justo cuando sentí la de Jimin sobre mi. Efectivamente me observaba fijamente. Incluso en la distancia pude ver sus ojeras y su piel levemente pálida. Moví mi cabeza en un vago saludo y este me imitó.

Park Jimin, era un ser raro y misterioso.

Me hacía cuestionarme cuanto puede una persona ocultar y durante cuanto tiempo es invisible hasta que llega un punto donde todos pueden ver tu alma destrozada. O quizás solo yo podía verlo.

Negué alejando la mirada, no podía ir de curiosa por la vida. Acomode mejor la correa de mi mochila en mi hombro y me aleje de ahí a paso lento adentrandome al edificio.













✴✴✴✴✴
Metí un puñado de papas a mi boca y trate de no morir ahogada. Tome el control del televisor y cambie de canal a las noticias, no había nada interesante. Habíamos entrado por fin a vacaciones, pero muchos continuaban asistiendo a la universidad para utilizar la biblioteca o presentar trabajos.

Pará mí suerte, había logrado desocuparme por completo y andaba como toda una vagabunda en mi casa. Tampoco estaba orgullosa, debería estar dibujando o pintando, pero simplemente había entrado en un bloqueo.

Ni siquiera podía mirar una rosa sin tener que pensar en cierta persona con violín en la puerta de mi casa tocando aquella melodía que provocaba que todo mi ser temblará de pies a cabeza.

Nuestros caminos se separaron y era lo mejor. Porque no podía existir algo que jamás empezó.

Con el paso del tiempo me había acostumbrado a la soledad, a permanecer siempre con mi mundo sin necesidad de buscar compañía. Mi única esperanza fue recibir algo de amor por parte de mis progenitores. Nada más, después todos podían desaparecer para mi. Era algo con lo que había vivido día a día desde que era muy pequeña. Quería reír para no llorar al sentir un enorme vacío, no el que siempre sentí, no, este era mucho más grande y notable, como si todos pudieran verlo. Era asfixiante, pesado y angustiante. No podía dormir, no podía dejar en pensar en aquel vacío que cada vez se hacía más y más grande desgarrando todo a su paso para tomar territorio dentro mío.

C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora