La respuesta, aquella que jamás me atreví a sacar, la que ignore, como siempre, durante años y años. La cabeza me daba vueltas, aún así no me moví ni un centímetro. Era la primera vez en mi vida que enfrentaba a mi madre que con el pasar del tiempo empezaba a verla como una completa extraña.
Costumbre, desde niña busque al menos una sonrisa sincera, que viera la falta que me hacía. Buscaba su amor, fue caídas constantes, donde cada intento me dejaba en la deriva de un ¿Qué más haré? ¿Sonreir más? ¿Sacar buenas notas? ¿No salir? ¿Limpiar la casa...? Me acostumbre a caer.
Malas decisiones, adolorida, quebrada, con miedo y con una gota de esperanza, decidí sobrevivir, dejar de lado los intentos de salir a la luz, mejor era buscar una bombilla de mentiras, sentarte en un rincón y sonreír con lo que las sombras te mostraban.
Miedo, aquel enemigo, pero a la vez buen compañero. Quien había logrado que pensara que a su lado era mi hogar, uno frío y desolado, pero seguro. Me consumió hasta que solo quedó mi yo quedó bajo enormes rosales con espinas.
Esperanza, la cual había perdido de a poco, aquella gota que aún mantenía guardada se la dedicaba a mis padres. Ridículo, lo sé, no me basto una vida de rechazo, quizás pensaba que después de la muerte me perdonarían. Lo más gracioso es que no tenía ni idea cuál es el motivo de su desprecio.
Felicidad, el miedo no me dejaba salir de mi caparazón, no me permitió que disfrutará de las cosas que me sacaban sonrisa, enredanda con mis rosas. Dejé de buscarla en la realidad, para crearla entre pétalos falsos, tallos falsos, colores falsos, rosas de ilusiones.
Y ahí parada, mirando sus ojos supe sin que abriera su boca que la respuesta no llegaría. Empezó a morder sus labios con insistencia, la mirada la tenía perdida en cualquier lado lejos de mí.
—E-entiendo —muevo la cabeza arriba y abajo comprendiendo que no diría nada—, supongo que tenemos algo en común, somos cobardes, pero... ¿Sabes cual es la diferencia? —. Solo pude ser consciente de sus ojos llorosos—. Mientras yo soy cobarde por tu culpa, tu lo eres por miedo a perder lo único que aun te ama.
—R-rea... Yo.
—Rea nada, no lo negare, te amo, eres mi maldita madre, pero ahora eres una de las razones por las que dejaré de ser cobarde —reí aún con el corazón en la mano, debía dar el primer paso—. No volveré a esperar absolutamente nada de ti, entre tu y yo solo existe la misma sangre, el resto terminó de romperse por tu culpa.
Verla como una desconocida, pero que en el fondo aún había amor me descompuso por completo. No tenía el valor de decirle que se vaya, di media vuelta y con mi ropa aún de viaje salí de casa. Sin pensar demasiado cruce la calle y toque la puerta repetidas veces.
—¿Rea? —cuestionó la señora Jeon mirándome curiosa.
—S-se que es raro mi visita —muerdo mi labio controlando mi voz quebrada—. Pero no quiero estar en casa por hoy... Me preguntaba si tiene espacio para una vecina amargada...
Levante la mirada y las lágrimas florecieron, sollozo débil antes de lanzarme a los brazos de una de las pocas personas que a pesar de todo el rechazo siguió ahí.
La única que recordaba mi cumpleaños.
Quién me regalaba medias con gatos bordados.
La que solía dejarme robar sus rosas.
Me cocinaba para dejar tapers en la puerta de mi casa.
Quién durante tanto tiempo fue ese calor maternal que ignore.
Debía empezar a ver mi alrededor, salir de mi caparazón o moriría entre rosales con espinas.
—¿Sucedió algo? —. La preocupación baño su voz.
Escondí mi rostro en su cuello como toda una niña. Aferrada a ella logró meternos dentro, cerró la puerta y me separo de ella. Con cariño limpio mis lágrimas con sus manos, acomodo mi cabello acariciando los mechones.
—Mi niña, por supuesto que puedes quedarte aquí, soy una señora muy solitaria últimamente, me vendría bien tu joven compañía —. Me regalo su más hermosa sonrisa recordándome a la de Jungkook.
Tomo mi mano y me hizo sentarme en su sofá. Se alejo para desaparecer en su cocina, me distraje mirando la mesa ratonera como si fuera algún objeto del museo. Cuando escuché sus pasos la miré.
—Vi en las novelas mexicanas que cuando se está deprimida se llora ahogándose contra una almohada, pero como no veo eso nada sano, vamos a seguir el ejemplo de las americanas —levantó sus manos—¡Helado! —reí entre sollozos realmente aniñado.
Ahora me cuestionaba el porqué había evitado tanto a la señora Jeon, si era tan radiante como el sol.
—¿C-con película de romance con final triste?
—¡Cierto! —abrió los ojos y formó una "o" con sus labios de color coral—¡Para eso debo llamar a Nerea! Esa niña es fanática del romance para la corta edad que tiene.
La vi buscar su celular entre su mandil de cocinar la cual usaba casi siempre y marcar un número.
—¿Hola? —al parecer le había contestado, escucho un rato—. No, Jungkook no está —. Me tense al escuchar su nombre, continuó—:Vino la señorita Jung, esta peor que enamorada abandonada, así que trae todo tu arsenal.
Unas cuantas palabras más y la llamada termino.
—¿Nerea es su nieta mayor? —pregunto aun con la voz quebrada.
Ella camina y toma asiento a mi costado.
—Si, es muy astuta.
—No lo niego, se ve que le gusta mucho estar con Jungkook.
—Cuando ella nació, Jungkook pasaba por un mal momento, así que Nerea fue una buena noticia para él —. En sus ojos pude ver la tristeza al recordar el pasado.
Y la curiosidad apareció, pero esta vez no la guarde, no tuve miedo al preguntar.
—¿Mal momento? ¿Qué fue lo que sucedió con él?
Espere y espere, los labios los abría cada segundo sin saber si decirme o no. Los nervios me consumieron atenta a lo que diría.
—No se... Pero un día regreso a casa, armo sus maletas y se fue a Busán. Estuvo un tiempo sin salir de casa. Podía notar en sus ojos la tristeza cada vez que iba a visitarlo, pero luego mejoró, empezó a dar clases de música y fue como regresar siete años atrás...
Siete años atrás...
...
Buscaría las respuestas y cortaría las espinas de mis rosales...Mi bebe Rea esta creciendo, chau, me voy a llorar.
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C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)
FanfictionContra viento y marea se tomaron las manos. Ella con su pincel y él con su violín. Ella buscando lo que la realidad no podía brindarle y él buscando lo que le fue arrebatado... La felicidad. [ 3ER PUESTO ES EL CONCURSO "THE SUMPTUOUSNESS AWARDS 2023...