Capítulo 19: "Después del desastre viene la calma"

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Soren debía aceptar que sobre esa cómoda y espaciosa cama no se pasaba una mala noche, parecía que en algún momento las mantas se lo tragarían vivo, pero eran las necesarias para combatir el frío que hacía.

Pero, aunque la cama fuese cómoda... Y hubiesen todos los elementos necesarios para dormir, Soren no podía ni siquiera cerrar los ojos.
Cada que recordaba las caricias y los besos de Marck los anhelaba y después su mente estaba ahí para restregarle el humo de la felicidad que se esfumaba por entre sus dedos, dejándolo con el corazón roto y las manos vacías y las heladas lágrimas rodando por su cara.

Giraba por la cama, de un lado a otro sin poder conciliar el sueño, miraba hacia el techo del la cama, que era parecido al de su antigua cama...
Extrañaba a Marzialle, quería volver; quería que por lo menos estuviese en brazos de una persona que le quería...
Y ahora estaba solo, enfrentando su corazón destrozado, en una mansión lejos de muchos poblados. Sintiéndose mas que encerrado.

No supo en que punto de la cruda noche, las lágrimas cesaron... Secas en su cutis y sus ojos se cerraron para dar paso al inmenso mundo de los sueños.

Despertó por una voz masculina y conocida. - Soren despierta...- Susurró aquella voz, Soren abrió los ojos y tallándose los ojos con las manos se enderezó con la blusa del vestido sobre puesta.

Soren se despabiló un poco, estirando los brazos mientras bostezaba, y se rascaba la espalda.
Una vez incorporado observó a Marck, quien le miraba desde la puerta de entrada a la habitación.
Vestía un atuendo muy elegante color sepia y unas botas de equitación, mientras tenía su cabello ligeramente rizado peinado hacia atrás, con unos cuantos rizos asomándose en su frente. Dándole un toque especialmente apuesto.
Soren sonrió con ligereza al observar lo atractivo que era Marck, sin embargo bajó la mirada recordando la cruel realidad.

Detrás se Marck se encontraba una señora de tez morena y ojos color miel, con el cabello amarrado hacia atrás y un ceño serio, Soren dedujo en seguida que ella sería la que se encargara de los cuidados de Soren.

- Mira Soren, ella es Ad...
- Es bastante descortés no decir "Buenos días"- Interrumpió Soren arqueando la ceja, lo que ocasionó que Marck entornara los ojos suspirando, mientras suplicaba por paciencia. - Buenos días Soren.- Contestó con una pequeña sonrisa forzada. Soren, con una sonrisa satisfactoria asintió.
- Buen día Marck.

- Retomando lo que decía... Ella es Adalia. - Marck dio una palmada en la espalda de la señora, y esta asintió reverenciando a Soren. - Buen día Señor Thomas.
- Buen día Adalia... Un gusto.- Contestó Soren cortésmente sin moverse de la cama.

- Ella es la mejor candidata para cuidar de ti, elegirá tu ropa, te vestirá y te maquillará para...
- No quiero maquillaje.- Interrumpió de nuevo Soren, no enojado sino bien tratando de ser estratégico.
Marck suspiró controlándose en sus impulsos de enojo.
- De acuerdo nada de maquillaje, sin embargo quiero que estés listo ya... Como verás el baño lo dejó listo hace unos minutos, hoy mis padres vendrán a visitarnos y necesito de toda cooperación.

Soren suspiró entornando la mirada mientras asentía y se preparaba para salir de la cama. - Otra cosa Soren, Adalia viene de desendencias gitanas, espero eso no te incomode. Comentó el pelirrojo haciendo que Adalia irguiera la espalda observando expectante a Soren. - Eso no es mi problema.- Contestó.

Marck asintió y se retiró de la habitación cerrando la puerta, dejando a Soren solo junto a Adalia.
- Señor Thomas, por favor le pido que no me mal interprete por haber sido gitana.- Exclamó la señora reverenciando de nuevo
Soren encogió los hombros con esa actitud fría tan normal en el. - Ya te dije que no tengo ningún problema con eso.-
Se levantó de la cama con los pies descalzos y arrastrando el fino vestido, observó una pequeña puerta junto a la habitación, a lo que Soren interpretó como el baño, y no estaba equivocado. Dentro de la habitación del otro lado de la puerta reposaba una bañera mucho mas grande que la de Soren, un tocador y un gran espejo de cuerpo completo.
Junto a la bañera se encontraba un pedestal con una esponja y una barra de jabón, y tres pequeñas botellas de colonia bellamente decoradas.
Adalia le acompañó y de colocó junto a las colonias. - ¿Cuál desea que vierta en la bañera Señor Thomas?- Preguntó la mujer de manera servicial.

"El arte de la mentira"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora