Capítulo 33: Tres lágrimas, un arrepentimiento.

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Angelo se quedó quieto, sabía a la perfección que había sellado su sentencia, definitivamente las cosas no estaban yendo como lo había hilado.

Soren con la cara llena de lágrimas, se permitió irradiar una sonrisa de esperanza. - ¡Marck!- Exclamó el chico queriendo llorar de nuevo al ver que había llegado aquel caballero de elegante traje y rizos rojos como el fuego.

- Angelo... ¡Suelta a Soren en este mismo maldito instante!- Exclamó corriendo hacia el lugar, Angelo quien se había enderezado con las manos en alto, recibió lo que podría ser uno de los golpes más fuertes de su vida, con los nudillos de Marck estampándose en plena mejilla.
Tan fuerte que logró tirarlo de la cama al suelo, cayendo este de costado y mordiéndose el labio por el golpe, provocando un sangrado en este.

Angelo, a quien de verdad había dolido el golpe, solamente se limpió la sangre que escurría por su mentón, retrocediendo un poco en la alfombra.

Marck tenía un aura realmente tenebrosa, mirándolo con los ojos llenos de furia. Tomó a Soren del brazo y tiró de él hasta poder rodearlo con el brazo derecho; y con el izquierdo señalaba acusadoramente a Angelo. - Parece que te haz olvidado de algo muy importante Angelo...- Susurró Marck tratando de regular esa rabia.
Tomó la mano derecha de Soren, levantándola al aire y dejando ver aquella bellísima argolla de matrimonio que se encontraba en su dedo anular. Soren estaba algo desconcertado, pero no se separaba de Marck, mirando con un desprecio increíble a Angelo.

- ¿Ves esto? ¡SOREN SIGUE SIENDO MI ESPOSO! ¡¡TÚ NO DEBES TOCAR LO QUE ES MÍO POR LEY CIVIL Y ECLESIASTICA!!

Soren abrió tan grande los ojos con aquella extraña declaración, y un sonrojo que inundó su cara por completo; había entrado a un estado de Shock, aunque necesitaría más para sacarse esas ganas desesperadas de llorar.

Marck, soltó suavemente a Soren, bajando de la cama y fulminándole completamente con la mirada, Soren jamás había visto un ceño tan furioso reflejado en los azules ojos de Marck.
- ¡Te advertí que no le hicieras nada!- Exclamó perdiendo el juicio y abalanzándose sobre Angelo, tomándolo del cuello de su ropa y zarandeándole con fuerza, dispuesto a atestar otro golpe a Angelo.

Soren estaba nervioso y asustado, pero un fuerte impulso de culpa dentro de si mismo le obligó a hablar. - ¡Marck basta!- Exclamó con miedo de que lastimase de gravedad a Angelo, odiaba ser la manzana de la discordia.

Marck al escuchar eso venir de Soren simplemente respiró profundo, azotando a Angelo contra el suelo, tan fuerte que este dejó ir el aliento con dolo. - Largo de aquí...- Mencionó Marck con el cabello alborotado sobre la cara.
- Marck...-
- ¡Lárgate de aquí ahora mismo!

Angelo, con la mejilla hinchada y su labio todavía sangrante; se levantó rápidamente y sin dudar un poco, corrió hacia la salida de la habitación, cerrando con un fuerte portazo.

Soren observó ello aún en estado de shock, con la playera desabotonada y cruzando las piernas para que no estuviesen sus intimidades a la vista, aunque la transparencia de la playera permitía ver su corset. Pero seguido de ello, se salieron unas lágrimas de su cara, comenzando a sollozar por simple inercia.
Marck se levantó del suelo y corrió a auxiliar a Soren, tomándolo gentilmente del rostro y haciendo que le mirase a los ojos. - ¿¡Estás bien!? ¿¡Dónde te lastimó!?- Preguntó realmente preocupado, limpiando las lágrimas de Soren con los pulgares.

- ¡Marck! ¡Creí que no llegarías!- Exclamó Soren abalanzándose con Marck, abrazándolo con fuerza y llorando fuertemente en su pecho.
Marck, al escuchar esos sollozos de miedo, tristeza y algo que iba más lejos que esos sentimientos, solo pudo abrazar a Soren protectora mente. - Aquí estoy Soren... Ya pasó todo...- Susurró sintiéndose terrible mientras acariciaba los cabellos de Soren.

"El arte de la mentira"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora