Capítulo 8

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CAPÍTULO ESTRELLA (07/12/2020): Honey-Moon66 Te amoooooo

Capítulo 8| No eres mi tipo

—Mamá me dijo que si vuelvo a dejar que llegues a ese estado, me quita el celular por un mes.

No pude evitar reír mientras Daymond  me comunicaba aquello observándome sobre su hombro desde el asiento delantero.

—A mi me dijeron algo parecido mis padres —intervino Annaí con voz molesta —, no quiero perder mis cosas por ti, Lúa.

Un silencio incómodo invadió el espacio reducido dentro del auto. Eran pocas las veces en las que mi mejor amiga se enfadaba, Annaí me había enseñado a no saltar como loca por la mínima cosa, tenía un temple de admirar a la hora de estar frente a una situación de estrés que haría enfadar a cualquiera. 

Así que el hecho de que no haya podido ocultar su molestia, hacia que tuviera claro que esa vez, en serio había actuado de forma abrupta e irresponsable.

—Lo siento —me disculpé con un arrepentimiento sincero —. No sé qué me pasó, sentí que si no olvidaba lo que había visto y lo estúpida que me sentí, me volvería loca. 

El silencio no se disipó, para ser sincera jamás pensé que el silencio pudiera ser callado con más silencio, pero eso acababa de suceder. No me pasó desapercibida la mirada que intercambiaron mis dos amigos, y se me hacía totalmente detestable, pero no había nada que pudiera hacer. No era nadie para controlar sus pensamientos o acciones, y tenía muy claro que aquello se debía a que estaban preocupados por mi. 

Agradecí el momento en el cual bajamos del auto y tomé camino hacia mi clase, ya vería en el almuerzo a mis amigos y sabía que para ese momento las cosas estarían normales como siempre.



Me detuve en seco cuando un cuerpo robusto y alto se interpuso en mi camino. No hubiera prestado atención  la situación de no ser porque aquel cuerpo no intentó caminar, esquivarme y en las dos oportunidades en las que quise pasar por su lado, se movió impidiendo mi caminar. Así que un tanto confundida, elevé mi rostro para encontrarme con la segunda persona a la que no quería ni cruzarme.

Scott me sonrió de manera coqueta, con esa sonrisa que suelen utilizar los hombres y que derriten. Me hubiera derretido ante él, era guapo, mi estilo de chico, piel blanca, ojos marrones, cabello castaño oscuro y con unos pequeños lunares en su cuello que le daban un toque especial, pero Anderson tenía la mente tan lavada como los trapos que mi madre dejaba en lavandina por tres días, haciendo que quedaran sin rastro de nada... y él no tenía nada en la mente. 

—Tú y yo —se inclinó de tal forma que invadió mi espacio personal de manera molesta, dejando su rostro a centímetros del mío —, tenemos muchas cosas de las que hablar —el aroma mentolado de su aliento se sintió refrescante.

Sonreí y di tres pasos atrás, para volver a mantener una distancia socialmente aceptable.

—¿Y de cuándo acá los diamantes como yo hablan con simples piedras como tú?

No pretendía sonar arrogante o de mal humor, solo era yo, siendo yo. Era mi forma de ser, y Scott lo pudo ver, ya que rió con diversión y metió la mano en sus bolsillos con tranquilidad.

—Desde que el diamante se cree con el derecho de besar a la piedra y luego patearlo en las pelotas.

Abrí y cerré mi boca un par de veces sin saber muy bien como disculparme, o como mandarlo derechito a la mierda sin ocasionar un problema.

—Estaba pasada de tragos, y de todas formas tú andas diciendo que tengo sexo con mis clientes...

—Yo no ando diciendo nada —me interrumpió con voz firme y expresión seria. Clavó sus ojos en los míos con profundidad y observó a nuestro alrededor, estábamos rodeados de todos los alumnos —. Solo fui y le dije a mi amigo que si quería perder su virginidad y aprender a cómo hacerlo, fuera contigo. En los vestuarios todos dicen que se han acostado contigo, y no es que me importe, pero me pareció algo útil para ayudar a Ashton. Él realmente necesita de tu ayuda, y hay personas a las que aprecio —dijo en voz baja.

No sabría decir la razón, pero le creí a un noventa por ciento. Su voz y mirada eran convincentes, y a pesar de que Scott tenía la fama más asquerosa, había algo que me decía que me estaba diciendo la verdad.

Ese diez por ciento restante era un margen de error que dejaba siempre allí, al fin y al cabo... todos mienten, no se puede creer por completo en alguien.

—Supongamos que te creo —dije sin apartar la mirada.

Scott volvió a sonreír, pero esta vez fue diferente. No supe la causa hasta segundos después.

—Y quiero que sepas algo —agregó —: No eres mi tipo. Si, eres sexy, te vistes bien, llevas la vida de una chica a la que no le importa el qué dirán, pero se te nota lo buena chica desde lejos, y no me gustan de esas... pero acabas de convertirte en parte de mi lista. Si, es mi lista, no de Ashton y no pararé hasta tenerte en mi cama. 

Me paralice al grado de no poder decirle nada antes de que se diera la vuelta y me dejara en el medio del pasillo, entre el bullicio de las personas. No fue su tono de voz lo que me dejó impactada, ni la mirada cargada de seguridad con la cual me observó, o la manera en que sus pupilas se dilataron a cada segundo. Fue esas últimas palabras, esa frase "no pararé hasta tenerte en mi cama" conocía muy bien de hombres, desde las propuestas más bajas hasta las sutiles formas de seducir, pero solo una persona me había dicho aquello en mi vida, solo una persona había entrado tanto como para destrozarme por dentro, y Scott acababa de repetir las palabras que me dijo antes de desaparecer. 

Acababa de volver a escuchar su amenaza.

Acababa de volver a escuchar su amenaza

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¡Hola, garrapatitas!

Sorry por publicar tarde, aquí son las 00:25 del 8 de diciembre, pero diremos que es 7 de diciembre jajajja

Espero les haya gustado el capítulo, nos leemos el miércoles. 

Con cariño.

¡Kalu!

La consejera sexual de Ashton| EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora