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- ¡Vamos Dipper! - gritaba emocionada una pequeña niña.

- ¡Espérame Mabel! - el pequeño niño iba corriendo tras su hermana.

Esos pequeños niños querían entrar solos al bosque, sin embargo a ambos los levantaron del suelo cuando estaban cerca.

- ¿A dónde se estaban queriendo meter ustedes dos?, duo de problemas.

- Jajaja tío Stanley - la niñita se colgó del cuello de su tío.

- Tío Stanford, Mabel me obligó - acusó mientras se acomodaba en los brazos de su tío.

- ¡Delator! No es cierto él también quería ir.

- Jajaja son tan problemáticos, vayamos a la cabaña - dijo el tío Stanley mientras cargaba a su sobrina.

- ¡No! - gritaron los mellizos.

- ¿Por qué? - preguntó su tío Stanford.

- Es que, es que... ¡Vimos un duende que iba hacia el bosque! - dijo emocionada la castaña.

- Tu solo lo viste porque yo no vi nada, seguro solo fue tu imaginación Mabel.

- No fue mi imaginación Dipper, enserio vi un duende.

- Te creemos Mabel, en este pueblo hay muchas cosas misteriosas - el tío estiró la mejilla de su sobrina.

- A excepción de la cabaña del misterio, ya que son cosas que inventa el tonto de mi hermano.

- Oye, no es necesario que me insultes - dijo ofendido.

Ambos hermanos comenzaron a caminar mientras cargaban a sus sobrinos.

- Entonces si existen duendes también deben existir - susurraba la pequeña Mabel - ¡Unicornios! ¡Tío, tío! ¿Hay unicornios? - comenzó a jalar la camisa de su tío.

- Eso pregúntale al nerd de mi hermano.

- Con ese insulto estamos a mano. Respondiendo a tu pregunta pequeña si hay pero no son tan amigables como crees.

- Que pena, me gustaría ver uno - bajo la cabeza deprimida.

- Tío, ¿Cómo va tu investigación? - pregunto su mellizo con una sonrisa.

- Ya la estoy acabando, mi tercer libro es esencial para completar las otras dos.

- Dedicaste la mayor parte de tu vida en esos libros, ¿Qué piensas hacer después Stanford?

- Bueno, como se que a mi sobrino le encantan estas cosas le daré el primer libro.

- ¡¿Enserio?! ¡Gracias Tío! - lo abrazo.

- ¡¿Eh?! ¡No es justo que él solo reciba un regalo!

Dipper le saco la lengua y ella hizo lo mismo.

- No me olvide de mi sobrina, a ti te daré el tercer libro - le sonrió.

- ¡Gracias! ¡Já, no eres el favorito Dipper!

- Supongo que el segundo lo vas a conservar tú mismo pero no respondiste mi pregunta ¿Qué vas a hacer?

- Cumpliré la promesa que hicimos de niños, vayamos a navegar Stanley.

- Pensé que lo habías olvidado - dijo sorprendido.

- Claro que no, pero ¿A quién vas a dejar la cabaña?

- Supongo que a Soos es el único empleado en quien confío.

- ¿Nos vendrán a visitar? - preguntaron los mellizos un poco tristes.

TODO CAMBIA (Damian Wayne Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora