Prólogo.

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Los donceles eran hermosos. No había duda de ello. Atraían la atención de los hombres tanto como la de las mujeres. Un Doncel normal era pequeño, delicado y de complexión delgada sin importar su estilo de vida. La mayoría contaba con una marca característica que lo identificaba como de su especie. En muchos casos la marca se presentaba como un lunar, o una mancha en la piel. Sin embargo, algunos donceles tenían ojos de tonalidades raras, como turquesa o morado.

Había casos de donceles sin marca. Aunque raros, existían, y se les conocía como defectuosos por no presentar los mismos rasgos que sus semejantes.

Había muchas maneras de identificar a un Doncel, pero lo usual era reconocerlos por sus marcas, ya que las otras maneras requerían una investigación médica a los que pocos súbditos tenían acceso. La sangre casi nunca acertaba, aunque al examinar el tejido o la saliva se podía identificar fácilmente a un Doncel.

En el Reino había pocos donceles, y la mayoría vivía como mascota de los miembros más adinerados de la sociedad, tales como duques y Lores. En aquellos casos, los donceles pasaban a ser meros objetos y no integrantes de la sociedad. Era humillante, mas no el peor destino para un Doncel.

Dentro del gran muro entre el Reino y su exterior, los donceles no eran más que el objeto de diversión de los guardias. A las afueras del muro, los donceles servían para complacer a aldeas enteras. Cómo se mencionó, vivir en el Reino no era la peor opción.

Entre tantos donceles heridos y maltratados, habían pocos que lograban ser tratados como personas. Kaelin era uno de ellos, todo gracias a qué ocultaba su marca y hacía creer a todos que era un doncel defectuoso. Funcionaba, pues los defectuosos eran ignorados todo el tiempo.

Como agente de policía, Kaelin tenía que presenciar los horribles tratamientos que recibía su raza. Incapaz de hacer algo para detenerlo, se metió en tantas discusiones con sus superiores que terminó en una oficina, encargándose del papeleo que conllevaban lo arrestos.

Para ser un Doncel, la sociedad le indicaba que debía ser seductor, frágil e incluso desesperado. Sin embargo, Kaelin no podría alejarse más de aquella definición. Él era un alma rebelde que se negaba a ser sometida. O al menos lo fue, hasta que encontró a alguien que le enseñó a ser libre. Desde ese día, no tuvo que rebelarse más. La rebelión indicaba oponerse al orden de las cosas, pero para él, su mundo era tal y como quería que fuera.

Doncel: Persona de género masculino capaz de embarazarse. Cuentan con un aspecto femenino que los hace atractivos para muchos hombres.

La Bestia Y Su Doncel. (primera Parte Saga Donceles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora