If • Jung Sungchan

🍒: The pain of others became my pain

Maratón 3/3

Era miércoles en la mañana, la semana pasada había sido un desastre. Después de haber ido por un helado todos juntos, DamHee se alejó un poco de nosotros, casi no nos habla y trata de evitarnos, que en si era normal en ella, pero nunca había hecho gestos al vernos. Creo que se molestó por colarnos a su ¿cita? ¿salida como amigos?, no sé cómo llamarlo, con Sungchan.

Aunque pensándolo bien, ¿por qué se enojaría? No hicimos nada malo, es normal colarnos a las salidas de los demás, no será que...no, a DamHee no le puede gustar Jung. Sacudí levemente mi cabeza al pensar en esa incoherente idea, entre al salón que aún estaba vacío para mi fortuna. Deje mi mochila en mi asiento caminando a mi casillero sacando mis sandalias que acostumbraba utilizar en las mañanas.

—Hyemi, hola. —Llego Yangmi.

—Hola. —le sonreí cerrando mi casillero regresando a mi asiento, quería dormir un rato.

—¿No te regañaron por la calificación de química?

Yangmi se sentaba enfrente de mí, a pesar de llevar toda la secundaria juntas en el mismo salón, me era todavía incomodo hablar con ella, lo más que hemos hablado es sobre la exposición que paso hace días y que no me gustaría recordar por lo terrible que fue.

—De hecho, no. —recogí mi cabello en una coleta. —Mamá es muy comprensible tratándose de Química, Matemáticas e inglés. —Saque el tetra pack de juguito de mango que traía en la mochila. —Bueno, obviamente omitiendo algunas partes. —Coloque el popote dándole un pequeño trago. —¿Te regañaron?

—Si. —Arremango un poco la manga del saco dejándome ver su piel levemente morada sorprendiéndome de tal manera que casi el jugo sale por mi nariz. —Bastante diría yo. —soltó una risa, más bien hizo una mueca tratando de controlar sus ganas de llorar.

En los años que la llevo conociendo es una niña de casa, no, de casa no, de convento. Su falda está un poco más debajo de sus rodillas, su saco es más grande que su talla, en deportes siempre trae puesto pans tallas más grandes, y nunca se maquilla, que no es malo, pero por con quien se junta y su comportamiento, es raro ver a sus amigas exageradamente maquillada y ella sin una gota de maquillaje en su piel. Sus padres le exigen demasiado, diría que ni con un 10 se conforman, pobre de Yangmi.

Varias veces la he visto quejarse de algunas zonas de su cuerpo, pero nunca me imaginaba que le pegaban, personalmente nunca he tenido una experiencia que me golpeen, pero comprendo a las personas que pasan por eso, y más cuando son sus propios padres quien hacen eso. No entiendo porque hacen eso, ¿Qué ganan golpeando a sus hijos? En vez de educarlos, los trauman.

—Lo siento mucho, Yangmi.

—No te preocupes. —sus ojos estaban rojos. —Perdón por abrumarte con eso. —limpiando las pocas lagrimas que salieron.

—¿Abrumarme? Jamás. —le sonreí. —No está mal desahogarte con los demás.

Sonreímos, no dijimos nada más. Tampoco quería preguntarle más cosas que ella no quería contar.

—Hyemi. —saludo JeongIn. —¿Por qué DamHee está enojada? —jalo una silla. —Hola Yangmi. —ambos se sonrieron.

—No sabemos, desde la semana pasada está enojada.

—Bueno. —saco su celular colocándolo enfrente de mí. —Pásame el número de Munsu, por favor.

—¿Te gusta o qué? —busque en mi celular el contacto. —Porque no se lo pides tú.

—No, porque no está y porque me dejo debiendo una partida.

—Lo último no te pegunte.

—Ya viene. —aviso Yangmi.